¿Queremos que nuestros hijos lean? Leamos nosotros también y hagámoslo delante de ellos, pero también con ellos. Enseñémosles que cuando tienen un libro entre sus manos están ante una nueva aventura en su vida, que a través de las letras conocerán a nuevos personajes con los que podrán imaginar historias de lo más variadas y que la lectura les abre un nuevo mundo que hasta ahora desconocen.
Elena lee un libro a la semana. Y lo hace porque así se lo piden en el colegio. Suelen ser cortos, con bastantes ilustraciones, de letra enlazada y con los que trabajan y desarrollan, además de la capacidad lectora, su comprensión. Los lunes le entregan el cuento, que va leyendo a lo largo de la semana, y el viernes le meten en la mochila una ficha en la que tiene que poner el título del mismo, escribir la palabra nueva que haya aprendido y hacer un dibujo que muestre lo que ha entendido. Estamos encantados porque esta actividad refuerza lo que su padre y su madre estamos intentando inculcarla desde bien pequeña: amor por los libros.
Momentos y excusas para fomentar la lectura entre los peques
1. Organizar quedadas de lectura con los amigos de la urbanización. Nosotras el año pasado con motivo de la Feria del Libro de Madrid decidimos que cada madre tenía que bajar a nuestra zona común uno o dos libros. Y, aunque hacía calor y muchos peques estaban más pendientes de jugar a los globos de agua que a la historia de El hospital de Litera Tura, fue una experiencia que pensamos repetir este año. De hecho a raíz de este evento, creamos un grupo de whatsapp al que bautizamos con el nombre de Feria del libro de Vallecas. ¡Por cierto, estáis todos invitados!
2. ¿Qué hacer cuando tienes que ir a la revisión de los cuatro años de tu hija y sabes que tu pediatra, que es muy maja, lleva siempre un retraso de 30 minutos, pero tú tienes que estar a tu hora por si ese día va bien? ¿Por qué no aprovechar este tiempo para contarles una historia? Nosotros empezamos a hacerlo y de esta manera Elena ya sabe que ir al médico es sinónimo de leer un cuento y, a día a hoy, es ella misma la que se dirige a la estantería para seleccionar el que más le apetece ese día. Y os diré más, si alguna vez hemos tenido que ir a urgencias, ¡también llevamos el libro!
3. La comida con los más peques es para muchos padres uno de los peores momentos del día. Según mi pediatra, y los pediatras de toda España imagino, tienen que comer sin ningún tipo de distracción, pero como en la crianza muchas veces hay que «sobrevivir», yo les entretengo con un cuento.
4. En los viajes. Tengo que reconocer que es algo que no he puesto en práctica, porque siempre que intento leer en el coche me mareo, pero tengo amigas, conocidas, primas, vecinas que sí lo hacen -darles a sus hijos un cuento en trayectos largos en coche- para que el viaje sea más llevadero. ¡Es otra opción!
5. Cumpleaños, Papá Noel, Reyes…. Cualquier ocasión es buena para regalar un libro. Papá y mamá así lo hemos establecido en casa y, ante cualquier excusa (al final del curso escolar, porque la han sacado que sacar sangre…) o fecha con celebración a la vista, buscamos un nuevo título que engorde nuestra pequeña biblioteca.
6. ¡Dulces sueños! Y es que en casa es imposible que mis hijas concilien el sueño si antes no ha habido el tradicional…. Mamá, cuéntame un cuento. Tenemos rachas, hay temporadas que nos tiramos dos meses con Las divertidas aventuras de las letras (Bruño) y otras en las que cada día es un título diferente.
¿Quién da más momentos o excusas para leer un cuento? ¡Se admiten ideas!
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