Decídmelo de verdad. Paraos a pensar un segundo y decidme con sinceridad… ¿os estáis aburriendo en casa? Porque a mí no me queda tiempo ni de respirar… vamos que voy más agobiada que de costumbre, si es que se puede. Bueno, vale, no más agobiada, pero mi lista de tareas es desde luego más larga. Debe ser porque mis expectativas son también mayores…
Sé a ciencia cierta (porque mi whatsapp también está que hecha humo) que la mayoría de los padres se llevaron las manos a la cabeza cuando se cerraron los coles pensando en las tareas que se nos iban a venir encima. Que ha sido una medida lógica, racional prudente y, llegados a este punto, la única posible, no lo cuestionamos, pero sí sabíamos que acompañar a los niños en estos días de teletrabajo también para ellos iba a ser un trabajo en sí mismo. Y lo está siendo.
¿Y por qué? Pues porque los niños se han encontrado de lleno con los grandes retos del teletrabajo:
- No ceder ante las tentaciones de estar en casa.
- Asumir que no tenemos todo el tiempo del mundo: el día también se acaba estando en casa
- Mantener la cordura pasando el día en casa, sin salir
a la oficinaal colegio.
Por suerte, los padres que ya tele trabajamos con frecuencia o, en su defecto, los miles de artículos publicados sobre cómo hacerlo de manera eficiente, teníamos algunas claves para hacer las cosas un poco más fáciles para nuestros retoños. Os contamos nuestros secretos:
- Ya lo habréis leído en mil sitios, pero es que realmente es muy útil: haz un horario con ellos y acordad los ritmos. Intenta que su rutina se parezca a la del cole para que no seles haga raro. Les resultará más fácil mantener el ritmo si ya lo tienen interioridad.
- Coloca ese horario en un lugar visible y escríbelo de manera que lo entiendan. Si aún no leen, que tenga dibujos (podéis hacerlos juntos) y si ya leen pero les cuesta asimilar las tablas pon puntos en lugar de tabla.
- No hace falta que los niños madruguen como si fueran al cole, pero sí es importante que se levanten a una hora decente. Una buena recomendación pueden ser las 9 de la mañana para estar frente al ordenador o los libros antes de las 10h. Puede que vuestro reto sea que no se levante a las 7 de la mañana… pero en ese caso solo puedo aconsejaros… ¡paciencia!
- Aquí va una de las grandes normas para todo tele trabajador: organízate como si trabajaras fuera. Es decir, desayuna, dúchate, vístete y ponte a trabajar. No te sientes frente al ordenador sin lavarte los dientes y en pijama, por favor. Puede que no lo creas, pero tu ritmo no será el mismo.
- Organiza una zona de trabajo e intenta tener a mano todo lo que podemos necesitar para evitar que se estén levantando todo el tiempo. Muchos niños, los más mayorcitos, podrán quedarse en su lugar habitual de trabajo, en su habitación y su escritorio, pero otros muchos tendrán que cambiar de zona, como es mi caso. En mi casa hemos tenido que mudarnos de habitación para que todos los hermanos estén en el mismo espacio y aseguremos que tanto ellos como mamá tienen su zona de trabajo.
- Piensa en sus ritmos para organizar sus tiempos, no en los tuyos. Mis peques son aún muy peques: 8 y 4 años. La mayor más o menos puede organizarse sola, aunque hay que estar pendiente de que no se distraiga, lógicamente, pero el pequeño necesita guía constante. Una necesita apoyo puntual y supervisión constante y otro necesita que se mantenga la emoción de las actividades para no perder el hilo y alternar el trabajo con descansos que le ayuden a despejarse un poco. Y por supuesto, activad física de vez en cuando. Hace unos días hice un horario en el que olvidé marcar los descansos y el pobre se volvía loco viendo que aquello no terminaba nunca, que el ritmo sería el mismo hasta la lejanísima hora de comer. Pueden faltar 15 minutos, pero se les hace muy, muy lejano cuando no tienen conciencia del tiempo. Ayúdales a pasarlo mejor visualizando el descanso y el cambio de actividad con un reloj que avanza sin parar.
- Deja que ellos decidan cosas que hacer. A lo mejor hay que incluir actividades que no os han pedido en el cole o modificar un poco éstas. Cuando son pequeños no entienden para qué tienen que hacer lo que les pedimos y les cuesta mucho más. Si hay que modificar un poco la ficha de turno y en lugar de pegar trozos de papel marrón hay que pegar pegatinas o algodón, hazlo. Seguro que el profe lo entiende. Ya tendréis ocasión de recortar y pegar como estaba previsto en esa ficha. El niño verá que habéis hecho la ficha que tenía para esa mañana y se sentirá feliz.
- No te obsesiones con las pantallas. Este es un consejo para ti. Apuesto a que cuando acuestes a los niños (si no te toca teletrabajar a ti porque no te ha cundido nada) te tumbarás en el sofá frente a la tele deseando vaciar la mente. A ellos les pasa lo mismo. Esta es una situación excepcional que no va a durar para siempre así que si en lugar de una hora de pantalla tienen dos o tres, no te flageles. Hay un montón de contenido interesante para que vean ellos solitos así que si logras que sea esto lo que vean en lugar de videos de youtube sinsentido ya habrás conseguido algo muy importante.
- Pídeles ayuda en la casa. Serán muchos días encerrados y en los que reclamarán tu atención. Hazles saber que podrás estar más tiempo con ellos si terminas antes de ordenar y limpiar la casa. Seguro que cuando se lo expliques, se les ocurrirán un montón de cosas de las que pueden ocuparse. Para que no se pierda, ponlas sobre el papel en un sitio visible (de nuevo, con dibujos si no saben leer) y destinad un ratito al día para hacerlas. Así trabajarán la empatía contigo y se implicarán en las tareas del día a día. Puede que sea un comienzo interesante…
- Jugad todo lo que podáis. No todo va a ser estudiar y trabajar… jugad todo lo que podáis. Desempolvad los juegos de mesa, explorad los que quedaron en la parte mas baja de la pila de juguetes y… ¡a jugar! Puede que aquí también se desaten las peleas entre hermanos porque no se ponen de acuerdo sobre el juego… os cuento lo que hicimos este fin de semana nosotros por si os sirve: hicimos un listado de 6 juegos (3 elegidos por cada uno) y los pusimos en una lista otorgando un número a cada uno. Tiramos un dado y jugamos un ratito (unos 15 minutos) al que iba tocando. No valía repetir ;si volvía a salir el mismo número, tirábamos de nuevo. Así, hicimos una especie de rutina de juegos de lo más dinámica. ¡Ojalá os sirva!
Hasta aquí nuestras ideas… seguro que tenéis muchas más. Si queréis contarnos, nos encantará escucharos y, si queréis simplemente compartir vuestras frustraciones, también estaremos encantados porque seguro, seguro que en algún momento nos hemos sentido igual… ¡Feliz #YoMeQuedoEnCasa!