Hace unos días, estuvimos haciendo una ruta en familia por Vitoria y sus alrededores. Si tenéis pensado recorrer la denominada Rioja Alavesa, no os podéis perder una visita a la villa medieval de Laguardia, uno de los municipios más bonitos de España, con una historia apasionante. Y, dentro de las murallas de Laguardia, una de las actividades que tenéis que realizar es la visita a una bodega. Nosotros elegimos la de El Fabulista y fue todo un acierto porque adaptan magistralmente la visita a familias con niños; los peques se enteran muy bien de toda la historia de la bodega y de cómo se fabrica el vino y, al final, pueden degustar su mosto tradicional, a la par que los adultos realizan las catas de vinos en el interior de su cueva, ubicada ¡a 7 metros de profundidad! La más grande de Laguardia.
La visita guiada a El Fabulista comienza en el exterior de la bodega, donde la guía nos explica por qué se denomina así este lugar. Y es que, el emplazamiento que ocupa actualmente este paraíso del vino, es un palacio del siglo XVII, que fue la morada de Félix María Samaniego, uno de los fabulistas más prestigiosos de nuestro país y que está enterrado justo al lado de ese edificio, en la iglesia de San Juan.
En la entrada de la bodega El Fabulista, nuestra guía también nos dio unas breves pinceladas de la historia de Laguardia, que luego nos vinieron muy bien a la hora de recorrerla. Laguardia es una localidad medieval amurallada que nace como fortaleza defensiva por el lugar privilegiado que ocupa. Y la bodega El Fabulista es de las pocas que siguen trabajando en el interior de la muralla. Esto es posible porque realizan una fabricación artesana, por maceración carbónica, de forma que elaboran 40.000 botellas al año, algo que puede parecer mucho pero, si las comparamos con las 5.000 botellas que producen las bodegas más grandes, ubicadas en el exterior de la muralla, es una producción muy limitada. Y otro de los motivos por los que El Fabulista puede estar ubicado dentro de la muralla es que se encuentra al lado de la única puerta de acceso al interior de la muralla por la que pueden pasar vehículos.
Una vez en el interior, nuestra guía nos explicó en qué consistía la elaboración tradicional de vino por maceración carbónica. La uva se descarga en el interior de unos grandes receptáculos que hay en el suelo de la bodega, denominados lagos, donde éstas se pisan. Mis hijas alucinaban siguiendo la explicación de nuestra cicerone: cómo se procede al pisado de la uva y a la extracción de las primeras remesas de vino, tras la fermentación alcohólica.
Después, llegó el momento más deseado, la bajada a la cueva ubicada a 7 metros de profundidad, donde se realizará la «magia final» o transformación del vino y posterior mezclas. En Laguardia existen más de 300 cuevas y la de El Fabulista es la más grande. Es una pasada recorrerla, escuchando las explicaciones de cómo se sigue elaborando y envejeciendo el vino en ese lugar, que cuenta con una temperatura constante, ideal para trabajar este manjar líquido y tambien para conservarlo.
Por supuesto, la visita concluyó con una cata de tres vinos de la bodega El Fabulista. Nos encantaron sus nombres, inspirados en las fábulas de Samaniego «La zorra y las uvas», «La cierva y la viña» o «Los amigos y el oso». También cuentan con un caldo, inspirado en unos cuentos eróticos que el escritor creó y que fueron todo un escándalo para su época, «El jardín de Venus». En el interior de la cueva, nos enseñaron a realizar una cata correctamente; a diferenciar los olores y sabores del vino; a distinguir un joven de un crianza o un reserva… También realizamos un maridaje con productos como queso o chorizo y vimos con cuál de los vinos combinaban mejor. Por su parte, nuestras peques también utilizaron su copa decantadora, pero ellas para probar un vino más infantil, el mosto artesano de las bodegas ¡que les encantó! Y, lo que más les gustó fue participar también de la cata y del maridaje.
Visitas teatralizadas
Y, si vais durante el fin de semana, preguntad por las visitas teatralizadas a la bodega El Fabulista. Un recorrido que estará lleno de sorpresas, ya que, en un momento determinado, aparecerá en la cueva Félix María Samaniego, en persona que podrá acompañar a sus invitados, caracterizado como uno de los personajes de sus fábulas y deleitarles con alguno de sus cuentos. También podría aparecer, su esposa, la mismísima Manuela de Salcedo.
Os recomendamos que reservéis plaza en la bodega para no quedaros sin ella. Toda la información y reservas, pinchando aquí. Y, si después de esta visita, queréis comer o cenar en un lugar muy especial donde continuar con una experiencia inolvidable con vuestros pequeños, la bucólica finca Villla Lucía es el lugar que estáis buscando. Espacios amplios, terraza exterior, producto de kilómetro cero y de primera calidad y un Museo del Vino concebido para la diversión y el aprendizaje de mayores y pequeños, ¡hasta con experiencia en 4D! Os lo contamos todo, en nuestro siguiente post.