Hace unos días leía en una revista de cine sobre el éxito que ha cosechado en países como Francia, Alemania o Bélgica, la película Mía y el león blanco y cuando nos invitaron al preestreno, mi hija Carmen, que ya había visto el tráiler en la televisión, se entusiasmó muchísimo. Pues bien, os puedo asegurar que, después de ver la película, lo primero que pensé es que iba a tener el mismo exitazo en España.
Fui a verla con mis hijas y con una amiga de ellas (5, 7 y 8 años) y no se movieron de la butaca en la hora y media que duró la peli -tenía mis dudas sobre si Pilar, que tiene 5 años, no se cansaría porque nunca la he llevado al cine a ver nada que no sea animación-. Desde el minuto uno ya no puedes apartar la vista un momento de la pantalla por la increíble fotografía que tiene la cinta, tan cuidada -se desarrolla en África-. Os pongo un poco en antecedentes sobre la trama. Mía es una niña que se traslada con sus padres a vivir a África, ya que su padre se dedica a la crianza de leones para venderlos. Ella lo está pasando un poco mal porque echa de menos a sus amigos y su colegio de Londres. Hasta que su padre, unas navidades le hace el regalo de su vida: un león blanco. Desde entonces se hacen inseparables, pero cuando el león crece, su padre decide que no se acerque tanto a él por el inminente peligro y, cuando ésta se niega, decide venderlo. Es entonces cuando comienza la aventura más grande de Mía, pues decide cruzar la Sabana junto con su amigo, para ponerlo en libertad.
Imaginaros el tremendo trabajo que habrá supuesto rodar con personas y, sobre todo, con niños interactuando con animales salvajes y nada menos que con leones. No me extraña que hayan pasado tres años con el rodaje de la peli, algo que ha propiciado que los protagonistas, incluido el león blanco, crecieran en tiempo real.
La película es apta para todas las edades porque las niñas disfrutaron viéndola y yo aún más. Es una historia bellísima, de esas que te parecen bonitas en todos los aspectos y de principio a fin. Si os digo que el director es Jacques Perrin, quizá el nombre no os diga nada, pero si os menciono pelis suyas como ‘Los chicos del coro’ o ‘Nómadas del viento’, podéis imaginaros el nivel de ‘Mía y el león blanco’. El trasfondo de la misma me encantó porque inculca el amor por los animales y por el cuidado y conservación de los salvajes. Además de los vínculos que se pueden establecer entre personas y animales, aunque éstos últimos sean salvajes y la capacidad que tienen de ayudar a las personas en momentos complicados.
Emoción y risas
Durante toda la historia hay momentos en los que te ríes muchísimo y también momentos muy emocionantes, en los que no puedes evitar que se te salten las lágrimas. Sobre todo, al final de la película -tranquilos, que no os voy a hacer spoiler-, es inevitable soltar alguna lagrimilla o muchas, como le pasó a Pilar que no podía cerrar el grifo -ella es bastante lloronceta-. Cuando se le pasó, me dijo que le había encantado, pero que el final, le había dado mucha penita. Y a mitad de la peli me dijo otra cosa: “mami, me encanta África, ¿podemos ir algún día?” Con esta afirmación, os podéis hacer una idea de la fantástica fotografía y todos los maravillosos escenarios en los que se desarrolla la cinta. Claro, Pilar veía a esos niños protagonistas de la cinta andar entre jirafas, elefantes, leones y pensaría, ‘¡vaya morro que tienen!’
Hay un momento crucial que sirve de denuncia contra las cacerías enlatadas, que se cobran cientos de vidas de leones en África cada año, aunque todo el mensaje de la película es un claro canto a la conservación de los leones y de la vida salvaje en África. Y el mensaje caló muy hondo en Carmen, mi niña mayor, de 8 años, a quien ya le cuesta eso de aceptar que haya gente en su entorno próximo, que tenga la caza por afición. Por eso, salió convencida una vez más, de la necesidad de seguir dándoles la murga para convencerlos de que no lo hagan… No sé si lo conseguirá, pero ella intenta mentalizarles constantemente.
Lo dicho. Una película maravillosa para ver en familia, que estará en las salas de España desde el próximo viernes, 12 de abril.