Cuando viajamos con niños pequeños, uno de los principales quebraderos de cabeza es, sin duda, el alojamiento. Buscamos la comodidad de un hotel para desconectar de los quehaceres diarios que tenemos en casa, pero quizá la amplitud de una habitación no sea la más adecuada para una familia de cuatro o cinco miembros. Por eso, para alojarnos en nuestro viaje a Vitoria, nosotros lo tuvimos claro cuando vimos las características del Gran Hotel Lakua. Completos apartamentos dentro de un hotel que hacen que tengas los servicios de éstos y también la comodidad y autonomía de tu propia vivienda autónoma. ¡Tomad nota si estáis pensando en una escapada a Vitoria en familia!
El Gran Hotel Lakua, el único cinco estrellas de la ciudad, cuenta con todas las comodidades que necesitéis para vuestra estancia en Vitoria y Rioja Alavesa. Se encuentra situado al norte de la ciudad, aunque muy bien comunicado con ella en transporte público -la línea 4 de autobús urbano tiene parada al lado del hotel y el Metro Ligero está a 10 minutos-. Nosotros elegimos el Lakua porque queríamos hacer ruta, además de por Vitoria, por otros municipios de La Rioja Alavesa y, la comunicación por carretera es muy directa en este lugar, además el hotel cuenta con parking propio y, si no os apetece aparcar en él, no suele haber problema para encontrar sitio en la calle.
Nuestra gran preocupación, a la hora de viajar en familia, es elegir un alojamiento que cuente con habitaciones amplias y comunicadas para tener controladas a las peques. En el caso del Gran Hotel Lakua, ademas de contar con amplias habitaciones individuales y dobles, cuentan con suites y con amplios apartamentos con todas las comodidades. Cuando lo vimos, por supuesto, optamos por coger un apartamento, ya que contábamos con los completos servicios de un hotel extraordinario y con la dotación y autonomía que puedes tener en casa.
Nuestro apartamento del Gran Hotel Lakua contaba con todo lo necesario para una estancia de diez. Una espaciosa habitación doble, con grandes ventanales y muy luminosa, con escritorio, televisión y un armario empotrado de considerables dimensiones. También contaba con un salón comedor, que, cuando llegamos, ya estaba convertido en la habitación de las niñas. Aunque sus camas eran el sofá del comedor, no os podéis imaginar lo comodísimas que eran. En este lugar, también había televisión y una mesa con sillas, que las niñas aprovecharon para hacer los deberes del cole.
En nuestro apartamento, no faltaba un amplísimo baño, todo de mármol verde, con gran bañera, doble lavabo y con todos los «amenities» que podáis necesitar en caso de olvido: peines, kit dental, kit de afeitado…, además de albornoces y zapatillas.
Tampoco falta una cocina con todo lo necesario para desayunar, comer o cenar en el apartamento. Reconozco que esto nos vino genial, ya que después de una tralla turística considerable durante el día, las niñas estaban muy cansadas y, salvo un día, los otros dos no salimos a cenar, sino que cenamos allí. La cocina del apartamento contaba con nevera, microondas, vitrocerámica, tostadora, cafetera, exprimidor, cubertería, vajilla y una batería de cocina. Nosotros no cocinamos, pero el lugar estaba perfectamente equipado y, si vais con niños muy pequeños o con un bebé, agradeceréis tener de todo.
Además de esto, al apartamento se accedía por un gran recibidor, con un perchero. Los suelos son de tarima y las habitaciones dan al exterior con amplios ventanales, con lo que la estancia es muy luminosa. Además, y esto es importante para mí, en las ventanas, no sólo están las clásicas cortinas opacas, sino que también cuentan con estores automáticos, para que no os moleste la luz de primera hora de la mañana y podáis descansar. Y, hablando de descansar, las camas del apartamento eran una maravilla. Sus colchones y almohadas tenían la firmeza justa y las sábanas, ¡una gozada!
Otro punto a favor es que, la zona de apartamentos, cuenta con un acceso independiente por la zona lateral del edificio y no tendréis que pasar por la entrada principal de recepción.
Otros servicios
Además de las cómodas habitaciones, el Gran Hotel Lakua cuenta una decoración preciosa, en materiales nobles y, en sus paredes, el arte abstracto, tiene un papel predominante. En el alojamiento también encontraréis todos los servicios que necesitéis. Desde un completo desayuno, hasta su cafetería Garnier, con bocadillos, sándwiches y todo tipo de raciones, así como su restautante Margoa, que sirve a diario menú del día. El Lakua también cuenta con un genial spa y con gimnasio.