No podía dejar de contaros los 5 mitos sobre las nuevas tecnologías que el neuropsicólogo Álvaro Bilbao nos contaba en una de sus charlas sobre dispositivos electrónicos y niños hace unos días en Colegios Brains. Ya os adelantábamos sus 10 propuestas para introducir las nuevas tecnologías a los niños en otro artículo, pero este nos parece igualmente importante para que, con argumentos de peso, podáis evaluar la utilización de estos dispositivos en el entorno familiar.
Es bueno que los niños se familiaricen con la tecnología pronto
Como si de aprender idiomas se tratara, muchos padres consideran que los niños deben aprender a utilizar los dispositivos electrónicos en edades tempranas porque son cada vez más útiles en la sociedad. Sin embargo, tal y como comentaba Álvaro Bilbao, están diseñados para ser muy intuitivos por lo que no necesitan de grandes entrenamientos.
La tecnología ayuda a desarrollar la inteligencia
Pero realmente… ¿quien se convierte en un tenista de élite jugando al tenis en la consola? No hay verdadera transferencia entre lo aprendido en la consola y lo aprendido en la vida real.
Los niños deben aprender a ser multitarea
Las tecnologías nos ayudan, dicen, a cambiar de actividad con facilidad y frecuencia, pero ese, dicen Álvaro Bilbao, no es el verdadero reto. El reto es permanecer concentrados en una única tarea. Así, las nuevas tecnologías no ayudan sino todo lo contrario.
Las tecnologías nos hacen más felices
Álvaro Bilbao nos explica que por razones neurológicas no podemos ser más felices por esos pequeños flashes de felicidad que se activan cuando vemos una foto en Instagram o ganamos una partida de Fortnight porque estos pequeños logros activan nuestro sistema dopaminérgico (que segrega dopamina), no el sistema serotoninérgico que es el que produce la verdadera sensación de felicidad.
Las nuevas tecnologías mejoran la capacidad de concentración de los más pequeños
En este punto, Álvaro Bilbao diferencia entre concentración y entretenimiento . Los dispositivos hacen que los niños estén entretenidos, que se lo pasen bien, pero no que estén concentrados. De hecho, los antros neurológicos que se encargan de activar la atención permanente permanecen inactivos durante la utilización de pantallas.
Después de desterrar estos 5 mitos, el consejo más importante de Bilbao es, sin duda, que los niños no se expongan a estos dispositivos hasta los 6 años de edad, momento en el que su cerebro está más preparado para enfrentarse a las nuevas tecnologías.