«Mis padres jamás se sentaron conmigo a estudiar y mucho menos a hacer deberes», «a nosotros nos ayudaban menos en casa»… Son frases que escuchamos con frecuencia entre los padres y las madres cuando comentamos la cantidad de tiempo que nos quita «hacer los deberes» con los niños. La gran mayoría se queja, o nos quejamos, al vernos convertidos en profesores de los niños, pero… ¿te has planteado si tu hijo sabría estudiar solo? Si dudas de que pueda hacerlo, entonces la siguiente pregunta es obligada: ¿cómo puedes ayudarle a que aprenda a estudiar solo? Porque una cosa está clara: no podrás ayudarle para siempre…
Igual que buscamos apoyo con clases extra escolares de inglés, matemáticas o cualquier materia que se les resista… ¿Por qué no darles herramientas cuanto antes para que aprendan a aprender solos? Quizá te suene raro, pero tiene mucho sentido. Te contamos más sobre un método de aprendizaje basado en el autodidactismo: el método Kumon, que seguro os hará la vida más fácil.
Kumon defiende el autodidactismo como la mejor forma de aprendizaje y, de hecho, sus sesiones están orientadas a desarrollar en los niños el disfrute por aprender de forma que descubren su potencial y talento para que ellos solos puedan continuar aprendiendo con motivación: les da la capacidad de aprender por sí mismos.
Más sobre el autodidactismo
Como dice Francisco Mora, autor de Neuroeducación y referente en este campo, “sólo se puede aprender aquello que se ama”. De hecho, aprender es una fuente de placer que despierta en nuestro cerebro áreas responsables de la segregación de hormonas que nos hacen sentir felices. La felicidad, familias, también llega a través del aprendizaje. Si unimos esto a la ilusión, y el reto, la felicidad se multiplica porque no sólo aprendemos sino que superamos retos, algo cuya persecución está escrita en nuestro código genético. Estamos hablando de la autorrealización, del sentirnos autónomos, capaces, libres… valores que en general ayudan a que amemos lo que estamos haciendo y aprendiendo.
En esto, ni más ni menos se basa el autodidactismo, en hacernos sentir de esta manera, pero… ¿cómo conseguirlo? Podéis consultar a los profesionales del método Kumon en vuestro centro más cercano y os darán todos los detalles.
Toru Kumon, fundador del método decía “se puede obligar a un niño a estudiar hasta un límite, pero el potencial de crecimiento mediante un aprendizaje autodidacta es infinito”.
Los programas de Kumon han sido formulados para adaptarse a las necesidades y a la capacidad de cada niño, en cada momento, por medio del estudio diario de cuadernillos de matemáticas, de inglés o de lectura a propuesta del orientador, que conoce sus necesidades concretas.
Al principio, cada alumno comenzará en un nivel que le resulte cómodo y que académicamente no le suponga un desafío, lo que nos permitirá sentar una base sólida para su estudio. Al asegurarnos que la tarea es asumible, podemos fomentar la velocidad, el ritmo y la concentración, al tiempo que cultivamos su capacidad de estudiar de forma autónoma.
Una vez adquirida esta base, es posible programar contenidos más difíciles que ayuden a tu hijo a descubrir y a aprender por sí mismo. Recibirá orientaciones para aplicar lo aprendido en ejercicios que no ha visto nunca.
Sobre el método Kumon
Hace 60 años se abría en Japón el primer centro y hoy es la empresa educativa más grande del mundo con presencia en 56 países. En España son más de 21.000 alumnos los que siguen la metodología en los 220 centros que hay repartidos por todo el país. ¡seguro que tienes uno cerca de casa!
Su objetivo es desarrollar en cada alumno las habilidades y actitudes necesarias para, a través del autoaprendizaje y la autonomía, desarrollar al máximo su capacidad y ser así una persona autónoma, responsable y competente en el menor tiempo posible. Pero para sacar el máximo provecho de este método, la familia y el orientador del centro deben trabajar de la mano. El orientador trazará un plan personalizado para cada niño, con objetivos y retos adaptados a su desarrollo y desde casa, con la ayuda de la familia, se siguen las mismas estrategias y se ofrecen las experiencias necesarias para afianzar esa actitud y esas capacidades que queremos desarrollar.
Sin embargo, a pesar de la importancia de familia y profesor, siempre será el alumno el protagonista del proceso de aprendizaje, porque los alumnos, no hay que olvidarlo, deben disfrutar aprendiendo a su ritmo y descubriendo la sensación de logro que le proporciona el método desarrollando su potencial al máximo.