El comienzo de la vida. Así se llama el documental disponible en Netflix que he estado viendo esta semana. Un documental en el que hablan expertos del sector del la educación, la psicología, la psiquiatría, la neuroeducación además de madres y padres y en el que explican su experiencia sobre los primeros años de la vida de los niños, ese periodo mágico de 0 a 3 años, especialmente.
Si os interesa este tema, os recomiendo que lo echéis un vistazo porque hay capítulos para todo: metodologías educativas alternativas como la Reggio Emilia o Montessori, la importancia para el adulto de educar a su propio bebé a nivel emocional, la soledad que viven las madres (especialmente madres) en las urbes actuales y la necesidad de una tribu… todos temas que probablemente ya habéis escuchado y sobre los que habréis leído y reflexionado si os interesa el tema, pero que llegan a Netflix acompañados de la opinión de expertos que os darán mucha más información.
Algunos datos curiosos un poco spoilers 😉
En formato entrevista- documental, los expertos van contando datos curiosos, experimentos, estudios que se han realizado a lo largo de los años y explicando porqué, por ejemplo, un adulto con 22 años al que se le dedicó tiempo y amor en sus primeros 3 años de vida tiene muchas más posibilidades de tener mayores ingresos económicos, un menor fracaso escolar en su infancia y adolescencia, etc.
Un documental en el que se reflexiona de manera muy acertada sobre la importancia de tomarnos la primera infancia de nuestros bebés como un periodo trascendental para el mundo puesto que en ellos se cimienta la futura sociedad o, como dicen en Reggio Emilia, la sociedad actual porque los niños no son ciudadanos del futuro, sino del presente. No importa si los niños de los que hablamos sean bebés de pocos días. Ya son ciudadanos. Una reflexión maravillosa que personalmente me ha impactado y me ha hecho reflexionar mucho.
¿Cómo puede ser que un bebé de pocos días tenga tanto impacto en la sociedad? Si lo piensas bien, realmente lo tiene en la medida en que altera completamente el entorno en el que se encuentra, la familia en la que nace, el barrio en el que crecerá dotándolo de espacios que necesita para su desarrollo como escuelas, parques u hospitales.
Otra de las grandes afirmaciones de este documental que me ha llamado poderosamente la atención es cómo en muchas sociedades se coloca la maternidad como agente de empoderamiento a la mujer. En este primer mundo en el que nos encontramos, la impresión que tengo es que la maternidad es, precisamente, lo que hace que socialmente perdamos importancia las mujeres: se nos aleja por ella de puestos de responsabilidad, en muchos casos se nos despide de nuestros empleos, es considerada un «trabajo de segunda»… sin embargo, en algunos países (los más machistas) la joven que se convierte en madre adquiere así el respeto social al convertirse en agente del cambio. Ya no es hija o esposa de, sino madre de alguien. Es una persona que influye, y de qué manera, en la vida de otros ciudadanos. Este cambio de mentalidad me parece muy interesante.
La premisa del documental es difundir un mensaje imprescindible: el comienzo de la vida de cada individuo es la clave para construir sociedades pacíficas, prósperas y creativas y, en estos primeros pasos, son las personas que están con ellos quienes marcan la diferencia.
Lo dicho, amigos, os animo a ver esta producción de Netflix que seguro que os inspira para educar a vuestros hijos aún más desde el amor y la comprensión, a entender mejor sus cerebros y su forma de aprendizaje y a disfrutar con cada nuevo descubrimiento a su lado.
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