No entiendo las redes. Parecen vivir una realidad paralela… Cuando en la Comunidad de Madrid decidieron suspender las clases, el clamor generalizado en redes fue un «y qué vamos hacer 15 días con los niños en casa… habrá que buscar parques que visitar». A ver, señores y señoras, no es ese el fin de la suspensión de clases. El fin es quedarse en casita. Por suerte, en la puerta del cole no es lo que se oía. Los padres se preocupaban más por cómo organizarse si ellos tenían que ir a trabajar, por el retraso evidente que causará en el aprendizaje de sus hijos, por la pérdida de rutina y lo que costará volver a la normalidad… Hablé con padres angustiados porque el único plan B que tenían era dejar a sus niños con los abuelos, en el sector de riesgo evidente de este coronavirus que nos ha puesto a todos patas arriba. Las preocupaciones iban mucho más allá del manido «se van a subir por las paredes». 

Pero, ¿por qué las redes muestran una realidad paralela? ¿Muestran quizá lo que subyace en nuestro pensamiento y de cara a la gente damos una imagen más responsable? No entiendo bien cuál es la preocupación real… ¿la que nos cuentan cara a cara o la que leemos  en las pantallas?

Personalmente, me viene fenomenal que las familias busquemos planes porque de eso va Mamá tiene un Plan, de hacer cosas «fuera de casa» juntos, pero sinceramente, en este momento no podéis leer la información que tenemos publicada sin cuestionarlo todo porque el 98% de la información que tenemos publicada es información pre-coronavirus. No podemos modificar toda la info así que os pedimos que la leas con ojo crítico.

Museos y teatros han suspendido su actividad en su mayoría, eventos deportivos y multitudinarios también están cancelados… básicamente todo lo que tenemos online. Los centros que os recomendamos también están cerrando así que sintiéndolo mucho, nuestro medio no os puede ayudar a planificar vuestro tiempo de ocio fuera de casa… pero podemos daros ideas y herramientas para hacer de vuestro tiempo en casa, el que nos sobre entre estudios y trabajo, mucho más llevadero: ideas para evitar discusiones, organizar tareas, encontrar recursos interesantes y educativos online, manualidades y juegos de mesa… en fin, otras alternativas que no impliquen salir innecesariamente.

Estos días son para lo que decimos: estar en casa, movernos lo menos posible e intentar mantener el ritmo de trabajo lo máximo posible. Si aprovechamos estos días para pasar tiempo «de fiesta» y haciendo excursiones con nuestros hijos, no estamos conteniendo el virus sino prolongando este periodo de «cuarentena». Y es cierto que no se ha decretado que nos confinemos en casa, pero parece evidente que por responsabilidad social debemos limitar nuestras salidas por ocio, las visitas a familiares, especialmente inmunodeprimidos… comienza una etapa rara y difícil, pero si actuamos con sentido común seguros que todo pasa más deprisa.

Y ya que estamos, ¿por qué no lo vemos, como dice Sonia de Crece Bien, como una oportunidad para estar en familia, para charlar, para preocuparnos unos por otros, para trabajar la convivencia bajo el mismo techo?

Esta mañana en casa hemos lanzado un reto: no gritar durante 21 días. Ni porque estemos enfadados ni porque estemos emocionados. Vamos a limitar los gritos y el jaleo porque si no, ni se puede trabajar ni mantener la mente clara. No sé si superaremos el día 1, pero lo vamos a intentar con todas nuestras fuerzas. Y vamos a quedarnos en casa.