Hay personajes de la literatura universal que jamás morirán. Y uno de ellos, estaréis de acuerdo conmigo, es el mítico Sherlock Holmes, creado por Arthur Conan Doyle. Un personaje que ha sido versionado multitud de veces en cine, teatro, series de adultos y animadas… El detective más universal de todos los tiempos. Pues bien, acaba de estrenarse en la Gran Vía madrileña el musical “¿Quién mató a Sherlock Holmes?”.
Cuando vimos el cartel, con Daniel Diges como protagonista ya nos enamoramos de la producción a simple vista y decidimos ir a verla este puente de diciembre. La primera sensación: un gustazo volver a ver la luz de un musical brillar en una Gran Vía desgraciadamente apagada desde la Pandemia. El majestuoso Teatro EDP Gran Vía ha sido el elegido para el estreno de esta producción del mismo equipo que llevó a las tablas “El Médico”.
Nada más subir el telón nos llamó la atención el decorado y el vestuario. Por arte de magia nos trasladamos al Londres victoriano. En concreto a una mansión de la época, propiedad de un misterioso adinerado que envía una invitación a los protagonistas de la obra para que se den cita allí. Ni él los conoce a ellos, ni ellos se conocen entre sí.
Así, de repente, coinciden en el salón de la mansión inglesa el doctor Watson –Enrique del Portal-, Irene Adler –Talía del Val-, el proferor Moriarty –Enrique Ferrer- y la misteriosa señora Roberts –Julia Möller- discutiendo sobre el motivo de aquella invitación y sobre quién es el misterioso anfitrión –Josean Moreno-. Éste no tardará en aparecer y les indicará el motivo de la cita: Sherlock Holmes va a ser asesinado y el asesino está allí mismo, entre ellos. Aunque él aún no lo sabe…
Con este comienzo tan sugerente empieza la trama de un espectáculo en el que los diálogos se mezclan con unas composiciones musicales de diez, obra de Iván Macías y Félix Amador. Pero, sobre todo, unas composiciones musicales interpretadas por unos grandes, con unas voces privilegiadas.
La aparición de Sherlock Holmes en escena –Daniel Diges- tardará más que la del resto. Y eso que la esperábamos ansiosas. Aparece en el momento culmen en el que los invitados hacen el primer gran descubrimiento de la trama. ¡Noooo! No os preocupéis que no os voy a desvelar nada más. Porque esta historia tiene mucha, pero que mucha miga.
Como decía, el escenario nos traslada a una mansión victoriana perfectamente decorada y ambientada. Está separado en tres partes: el salón principal, con su escalinata de subida a las habitaciones; la biblioteca y la entrada principal a la vivienda. Y la escena está tan perfectamente orquestada que te trasladas a cada una de las estancias en todos los momentos. En un lateral del salón se encuentra el mayordomo, un mayordomo pianista. Por supuesto, como en todas las historias de misterio, siempre hay un mayordomo y, como bien sabéis, es pieza clave en muchas de ellas. En esta en concreto él es bastante parco en palabras, pero nos echamos unas buenas risas y disfrutamos sobre manera de su maestría al piano, que contextualiza cada escena de la obra.
El vestuario, al igual que la escenografía, merece mención aparte. Son impresionantes los vestidos de las damas de la obra y también los son los trajes de los caballeros. Sherlock, por supuesto, con su sempiterna gabardina, su sombrero y su clásico traje beige. ¡Muy Holmes!
Aunque no lo creáis entre tanta trama de misterio hay lugar para el humor. Un lugar muy importante diría yo. Nos arrancaron sonrisas y carcajadas en varios momentos de la obra. Uno de mis momentos favoritos fue la interpretación del tema “Es tan inglés”, una canción pegadiza, en la que los protagonistas definen cosas que son muy inglesas y creo recordar que mencionan Abbey Road, los sándwiches, el fútbol o el jerez, pero también lanzarse de un balcón o nunca beber de más. Jajajajajaja.
A las niñas les encantó la obra, que es apta para toda la familia, ya que tiene un argumento fácil de seguir y, al mismo tiempo, te introduce en la trama, en el misterio que envuelve cada momento de la historia. Te llegas a plantear quién será el asesino y tu mente baraja a cada momento un culpable distinto. Pero estoy segura que no lo acertaréis. Seguro que no adivináis ni en un millón de años, quién mató a Sherlock Holmes. Al final todo da un vuelco brutal y totalmente inesperado, es de los mejores finales que he visto en mi vida. Sencillamente, genial. No os lo podéis perder. Uno de los mejores regalos que os podéis hacer estas Navidades. Volver a disfrutar de un gran musical en la Gran Vía. Volver a la deseada cultura. ¿Qué puede saber mejor que eso? Mejor que emocionarse con una canción. Mejor que inquietarte en una butaca y trasladarte a otros mundos. Queridos, ¡volvamos a disfrutar de la magia del teatro! Y si es de la mano del musical “¿Quién mató a Sherlock Holmes?”, mucho mejor. Toda la información y la venta de entradas en www.quienmatoasherlockholmes.com.
Que interesante me ánimo a disfrutarlo.
Como gran amante de Sherlock Holmes y del Londres victoriano, no me lo perderé. Gracias por no dar detalles de la trama!