Hay pocas obras de teatro que aúnen humor y risas, con misterio y suspense y que, además sean de calidad. Nosotros estuvimos disfrutando de una de ellas el otro día. Su título es “Escape Room” y probablemente la conoceréis porque lleva en cartel ya varias temporadas y volverá en septiembre. Esta genial combinación de sentimientos a la que esta comedia lleva al espectador, es producto tanto de su extraordinario reparto, pero también de su guion, escenografía y efectos.
Pero vayamos por partes. La trama se desarrolla, como su propio título indica, en un “escape room” del madrileño barrio de Lavapiés, donde dos parejas quedan para hacer una actividad diferente. Uno de los protagonistas decide presentar a su novia a sus mejores amigos y quiere hacerlo de un modo original y divertido, así que se dan cita para participar en este juego. Todo correcto hasta que una de las protagonistas recuerda que, la calle de al lado, había aparecido últimamente en las noticias por un macabro asesinato. Esto, asociado a que no logran que en el “escape” les abran la puerta, darán al espectador una pista de lo que van a presenciar en los siguientes minutos de escena.
Pero no os vayáis a pensar que todo es misterio y suspense en “Escape Room”. Los golpes de humor desternillantes a lo largo de toda la obra están garantizados. Y es que, como os contaba al principio, el reparto tiene nombre y apellidos, por todos conocidos: Antonio Molero, Leo Rivera, Kira Miró y Marina San José. Un elenco que todos conocemos muy bien de la pantalla grande y pequeña y que da la talla igual para interpretar un thriller que para una comedia o un drama. Y ¡vaya si cumplen con las altísimas expectativas! Fuimos un grupo de amigas a ver la obra y no paramos de reír en ningún momento. Aunque, como os decía, también sentimos algo de miedito conforme avanzaba la trama y, hubo un momento, en el que, he de confesar, que una de mis amigas y yo misma, soltamos un grito por un buen susto…
A lo largo de la representación, los protagonistas se exponen a determinadas situaciones extremas en las que han de tomar decisiones que les atañen directamente a sus vidas. Sí, sí, como lo escucháis, a sus vidas: a sus relaciones, a sus familias, a sus trabajos, a todo en general. Las pruebas que encontrarán en el “escape” pondrán a prueba sus escrúpulos y su capacidad de decir la verdad o de ser fieles a sus principios. Es por ello que la obra, más allá de ser una sencilla comedia, con algún puntazo que otro, ahonda más en los sentimientos del espectador y le remueve en lo más profundo de su ser, le toca la fibra, a la vez que le hace desternillarse de risa con sus golpes de humor -en muchas ocasiones algo negros-. De hecho, es mejor que se abstengan de asistir a verla las personas que sean sensibles a reírse de los extremos políticos porque, en esta obra, ridiculizan muchas de las creencias políticas llevadas a los extremos. Para mí, algo muy, pero que muy necesario. Y es que ¿qué es la vida sin el humor? Una servidora, después de todo lo que hemos pasado en los últimos meses, está dispuesta a relativizar todo y a reírse a carcajadas de las cosas de la vida que no son importantes.
Y no quisiera dejar fuera el magnífico texto, obra de Joel Joan y Héctor Claramunt, así como la extraordinaria escenografía y efectos técnicos y de luz y sonido, que hacen que la obra sea redonda y te envuelva, te introduzca directamente en este espeluznante “escape” y te haga vivirlo casi en primera persona. La magia de un teatro bien hecho.
Si queréis ver esta fascinante obra y echaros unas risas con ella, estará en el Teatro Fïgaro de Madrid hasta el próximo 27 de junio y… ¡volverá en septiembre! Más información y venta de entradas en https://gruposmedia.com/cartelera/escape-room/