Si pensamos en una isla paradisiaca, con aguas cristalinas y una fauna y flora marina digna de descubrir o unas callejuelas preciosas, con casa típicamente mediterráneas enseguida se nos viene a la cabeza la necesidad de coger un vuelo e irnos, como cerca, a las Baleares, ¿verdad? ¿Qué os parecería si os dijera que, justo enfrente de la costa en la que vacacionáis -si es que sois de Costa Blanca, como nosotras- esta isla existe y está a muy poquitos kilómetros mar adentro? No sé si os sonará el nombre de Tabarca, pero, si no es así, memorizadlo porque, en vuestras próximas vacaciones en el levante español, vais a querer conocerla.
Como os decía, en nuestra estancia estival en Benidorm siempre optamos por descansar aunque, con las peques, también nos movemos algún día y realizamos alguna excursión diferente, salimos a descubrir nuevos pueblos y rincones o vamos a divertirnos a algún parque temático o acuático de la zona. Este año nos apetecía muchísimo conocer la isla de Tabarca, ya que, desde hace algunos años, es una opción que barajábamos. Y nunca pensé que sería un lugar tan bello.
Como imaginaréis, hay que ir en barco 😊, lógicamente… Nosotros lo tuvimos claro desde el primer momento, después de la experiencia del año pasado. Volvimos a elegir a la empresa Excursiones Marítimas Benidorm, que cuentan con un gran número de expediciones en barco por la Costa Blanca, todas ellas preciosas y con embarcaciones que os encantarán. El año pasado fuimos con las niñas al Islote de Benidorm (os lo contamos aquí) y este año decidimos ir un poquito más lejos y descubrir Tabarca, que se encuentra a poco más de 20 kilómetros de Alicante. Un total de una hora y media de recorrido desde el puerto de Benidorm.
En el puerto de Benidorm embarcamos en un catamarán bastante grande, de dos plantas. A la ida decidimos viajar en la planta de arriba. Ambas cuentan con terrazas, una en la proa y otra en la popa, en las que los viajeros pueden ir durante la travesía sin problemas y, en el interior del barco, cómodos asientos donde sentarse. El barco también cuenta con baños y con servicio de bar a bordo. Vamos, que tendréis todas las comodidades para viajar con peques. De hecho, muchas de las personas que hicieron la excursión con nosotros, llevaban carritos de bebés. Según tomamos asiento en la planta de arriba para salir hacia Tabarca, mis hijas se asomaron enseguida a la cabina del capitán, cuya puerta se encontraba abierta.
Estaban fascinadas por la cantidad de botones y pantallas. ¡Yo creo que pensaban encontrar poco más que un timón! De hecho, Pilar me dijo “mira mami, parece la cabina de una nave espacial”. En cuanto empezó la travesía y enfilamos mar abierto, el capitán, que ya las tenía fichadas, las llamó y las preguntó si querían ser sus “segundas de abordo” y ayudarle a llevar el barco. Imaginaros la emoción de las peques. No perdieron el tiempo en entrar en la cabina. Juan, que así se llamaba el capitán y al que quiero agradecer su amabilidad, las acomodó en los asientos contiguos al suyo y allí estuvieron con él. Les enseñó muchas cosas: la presión, las pantallas que indicaban por dónde íbamos… Carmen y Pilar no salían de su asombro.
Al volver a sus asientos no pararon de comentar todos los detalles de los nuevos descubrimientos. Mientras, avanzábamos en la travesía y pudimos divisar a través del cristal y después, desde la terraza, la costa de Villajoyosa, Campello -donde hicimos parada para recoger pasajeros-, San Juan, Alicante y Santa Pola.
Una vez allí enfilamos hacia la isla de Tabarca. Cuando llegamos y desembarcamos en el puerto nos dimos cuenta que había una playita, con sus restaurantes y sus chiringuitos, donde había bastante gente, así que decidimos alejarnos de ese núcleo, que es donde desembarcan todas las excursiones y perdernos por la isla para descubrirla y aprovechar para chapotear en alguna calita menos concurrida.
Así fue como descubrimos lo maravillosa que es la isla de Tabarca, que es muy chiquitita. Lo primero está totalmente amurallada y algunos restos de su muralla están muy deteriorados por la erosión del mar -la mandó construir Carlos III- y otra zona ha sido reconstruida. En este sentido, la isla me dio un aire a Dubrovnik e incluso a la parte de la ciudadela de Ibiza.
Tampoco dejéis de recorrer sus calles empedradas y deleitaros con sus casitas encaladas en blanco con cercos azulones y buganvillas adornando sus balcones y ventanas, al más puro estilo mediterráneo.
Cuando entramos un poco en la isla, decidimos parar a tomarnos algo fresquito. Allí encontraréis todo tipo de bares y restaurantes. No dejéis de probar su tradicional caldero para comer o cualquiera de sus pescados y productos del mar porque más frescos, imposible. Nosotros hicimos lo propio cuando llegó la hora de comer. Pero antes, bajamos a una calita que encontramos por allí, por una escalerita de madera y estuvimos bañándonos para refrescarnos antes de llenar la tripilla.
Después, nos fuimos a otra distinta y también muy pequeñita, donde estuvimos buceando y alucinando con los peces y la flora marina. Es impresionante lo bonita que es esta isla para bucear. De hecho, fue declarada Reserva Marina de España en 1986.
Lo que sí os recomiendo si vais con peques y pensáis bañaros es llevar escarpines ya que las calas son de roca y canto rodado. Después de refrescarnos y descansar un poco a la sombra de las rocas, continuamos explorando la isla a lo largo de su muralla y llegamos hasta el final de la misma -es muy pequeñita así que no os echéis para atrás porque vayáis con niños pequeños-.
Como digo, en la excursión que nosotros hicimos a bordo del catamarán de Excursiones Marítimas Benidorm, nos dieron 5 horas libres en la isla, con lo que te da tiempo de sobra a conocer la isla, disfrutar de sus calas y comer en alguno de sus restaurantes, sin prisas, ya que las dimensiones del lugar son pequeñas.
La vuelta para las peques fue mucho más tranquila ya que, después de las emociones vividas, fueron dormitando todo el trayecto y a los mayores, nos dejaron disfrutar más libremente de las deliciosas vistas costeras y de altamar.
Si os apetece realizar esta excursión, la de la isla de Benidorm con visión submarina, la del peñón de Calpe o ir a conocer Ibiza, Formentera… Excursiones Marítimas Benidorm dispone de un amplio abanico de posibilidades y de embarcaciones en toda la Costa Blanca. Echad un vistazo a su página web, donde también podréis comprar los billetes www.excursionesbenidorm.com
¡Qué preciosidad de isla! Yo no la conocía, la próxima vez que veranee en Alicante me pasaré sin duda. Gracias.