Hace tiempo os comentamos en redes que habíamos probado a abordar el tema de la pubertad y el desarrollo físico de nuestros hijos a través de un libro maravilloso que nos ha dado pie a fascinantes conversaciones. Pero, ¿qué pasa cuando el tema va un poquito más allá y nuestros hijos quieren saber más sobre sexo? Os damos algunas ideas para abordar al tema si tenemos la suerte de que nuestros hijos busquen aclarar dudas con nosotros (aunque ya sabéis que, en ciertos momentos de la vida, muy probablemente no va a ocurrir):
Ver series en familia: un gran recurso para empezar una conversación
Si no habéis visto Sex Educación, serie de Netflix con tres temporadas, con vuestros hijos adolescentes, este es el momento. Hay muchas series y películas más que nos pueden servir para abordar ciertos temas con ellos, pero esta nos ha gustado especialmente porque habla de relaciones de todo tipo, teniendo muy presentes las homosexuales, sin tapujos y sin grandes aspavientos. Si hace años me hubieran dicho que encontraría una serie que me sirviera como recurso para hablar con mis hijos sobre juguetes anales, por ejemplo, creo que no me lo hubiera creído. Sin embargo, los tiempos cambian y hay temas que, por suerte, podemos comentar sin pudor. Y oye, que tampoco hay que profundizar si no os sentís cómodos, la propia serie, sin necesidad de ampliar información, ya da información bastante clara, sin llegar a subir de tono de forma exagerada.
Aborda este tipo de temas, más concretos, pero sobre todo aborda problemas de autoestima, acoso, abuso, lo absurdo del querer complacer, la comunicación entre padres e hijos… Lo dicho, si no la habéis visto, apuntadla en la lista. Es un básico.
Aprovecha la preadolescencia
Está claro que, cuando entren de lleno en la adolescencia, no seremos nosotros su primera fuente de información, sino que lo serán sus amigos o, peor, internet. Y en internet ya se sabe que lo que más se encuentra, es porno. A menos que ya se hayan iniciado en relaciones, que entonces buscarán juguetes como los de https://www.easytoys.es/ y similares. Pero para eso también estaremos ahí los padres, para apoyarles en lo que nos dejen.
Hace tiempo, en una conferencia, escuchaba a Marina Marroquí dar datos sobre el altísimo porcentaje de niños que se inicia en el consumo de porno entre los 8 y los 10 años. ¡Entre los 8 y los 10 años! Así que sí, hay que aprovechar la preadolescencia porque en este periodo pueden confundirse tanto las cosas, que acaban teniendo un cacao importante en la cabeza sobre lo que son las relaciones sexuales y cómo abordarlas. Y por favor, que no lo hagan mal. Que no empiecen con experiencias en las que consideren que faltar el respeto del otr@ -o que se lo falten a ell@s- es normal porque eso en el porno está totalmente normalizado y no es la realidad así que… hablemos con ellos. ¡A cada ocasión que nos den! Por eso, cuanto más sepan, cuanto más les hayamos contado, mucho mejor para todos.
Confía en tus capacidades comunicativas: Los mensajes, claritos
Acomoda tu lenguaje a lo que saben, a lo que entienden y no temas si vas a utilizar palabras que no te imaginabas utilizando delante de ellos. Porque sí, hay que evitar decir ciertas palabras que te parezcan excesivamente vulgares, pero también hay que ser cercano y tener claro que nos entienden. Vas a encontrar el término medio.
¿Recuerdas la primera vez que les enseñaste a tus peques lo que es el pene o la vulva? Seguro que tampoco te imaginabas contándole a un peque lo que es o para qué sirve (porque seguro que muchos preguntaron) y sin embargo, lo hiciste. Confía en tus capacidades para dar un mensaje claro. Puedes hacerlo y va a entenderte. Y esa es la idea, que te entienda.
Hace tiempo, viendo las noticias, me preguntó mi mayor: “¿qué significa que una chica ha sido abusada sexualmente por siete chicos? ¿qué le han hecho?”. La noticia es terrible, hubiera sido mejor cambiar de canal, cambiar de tema… pero este tipo de atrocidades están en nuestra vida y quiero que mi hija esté preparada para salir corriendo antes de que se le pueda presentar una situación así, así que le conté qué es un abuso sexual, algo que hasta ahora no había hecho de manera explícita. Y se le pusieron los pelos de punta. Y a mí también. Pero le quedó claro que eso no se puede hacer. Mi mediano no preguntaba, pero escuchaba y confío en que el mensaje cale en los dos: el respeto por encima de todo. Siempre. También en el sexo.
Otra cosa que he aprendido es que es mejor decir las cosas claras, con soltura que con timidez. Si no te sientes cómod@, no lo ves claro, pospón la conversación a cuando estés preparad@. Pero cuando lo hagas, hazlo con toda la confianza y las ganas del mundo. Poder hablar de estos temas con tus hijos es un lujo. Que recurran a ti, es un privilegio. No lo olvides.
Los libros, siempre a mano
Déjales que elijan libros que les puedan interesar, ofréceselos incluso si has visto que pueden ser útiles y ponlos a su alcance. Les aclararán muchas dudas y te ayudarán a que algunos temas que no puedas abordar porque no se dan las circunstancias, porque no te atreves o no te sientes cómod@, no se queden en el aire. Hay temas que nos sobrepasan, porqué no admitirlo, o temas que cuando queremos abordarlos ya es tarde y nuestros hijos ya han construido ese temible muro entre ellos y nosotros. Pero siempre podemos ayudarles a tener toda la información que necesiten para sacar sus propias conclusiones.
Fórmate: lee tú también, estudia y aprende
No dejamos de aprender con nuestros hijos y, igual que leíamos manuales de pediatría cuando eran más pequeños y empezaban a tener mocos sospechosos, ahora toca el momento de ahondar en la comunicación y en cómo hablar con ellos.
Os recomendamos una plataforma maravillosa: Educar es todo, heredera del antiguo Gestionando hijos, que cuenta con numerosas formaciones online de la mano de profesionales estupendos que os ayudarán a aprender sobre la nueva etapa a la que nos enfrentamos como padres. Lucía mi pediatra, Alberto Soler, Marina Marroquí (de la que os hablaba antes), María Jesús Álava, Antonio Ortuño, Begoña Ibarrola, María Soto, José Carlos Ruiz…
Cada familia es un mundo, eso está claro, pero seguro que encontrarás la mejor manera de hablar de estos temas en la vuestra. ¿Nos dais alguna idea?