Si hay un espectáculo que no puede faltar en nuestras agendas en estas fechas festivas es el Price en Navidad. ¡Qué ganas teníamos de volver a ver a nuestra querida Cometa! Este año, la polifacética y simpatiquísima protagonista viaja por todo el mundo en busca de los mejores artistas para el espectáculo del Price. ¡Y vaya si los encuentra! Nosotras salimos alucinadas con el espectacular despliegue de color, luz, sonido y arte a raudales del nuevo espectáculo navideño. Y es que Madrid en Navidad es muchas cosas y, entre ellas, está el Teatro Circo Price.
Tengo que hacer una nota mental de no anticipar los planes a las niñas antes de llevarlos a cabo porque mi pequeñina se ha pasado una semana preguntándome si ya era el día de ver a Cometa. Y, por supuesto, en casa se ha tarareado y cantado a todas horas la canción de: “Cometa, Cometaaaaa… ¿quién soy yo? ¡Cometaaaa!”. Porque uno la canta y el resto responde, así, ¡sin ton ni son!
Como os iba contando, este año el Price en Navidad se ha superado aún más, si cabe. Una introducción de cada número ambientado en los diferentes países que recorre Cometa, pone la nota de color con el maravilloso ballet de Perfordance y enmarcan unos números circenses impolutos y fascinantes. El público se sumerge en África y se maravilla con un número aéreo en espiral que nos dejó atónitos por su belleza. Parecía que la acróbata, Belén Mercé, bailaba colgada de una verde liana, ante la atenta mirada de una tribu africana.
Tras dar una vuelta por África, nos fuimos directos a Londres. De repente, el escenario lo copó un desfile de la Guardia Real, con sus característicos uniformes y largos gorros de pelo. Iban acompañados por todo un gentleman ¡guapísimo! – esto que quede entre nosotras, jajajaja-, con su traje de sastre y bombín y, en un abrir y cerrar de ojos, se subió de un salto sobre la cuerda elástica y empezó a hacer todo tipo de acrobacias, saltos y equilibrios imposibles, sin perder un ápice de glamour. ¿Su nombre? Claudio Rossi.
El misterio de los faraones llegó con la aparición de Anubis. Todo se tornó de color dorado en el escenario del Price. Y bajo la cabeza del chacal, apareció Desko Amat, un artista que realizó los más extraordinarios equilibrios y acrobacias sobre las aristas de un cubo. El toque urbano llegó con la ciudad que nunca duerme. En concreto con uno de sus barrios más antológicos: Brooklyn. Patinadores y saltadores hicieron gritar al público con sus giros.
Y un número que nos impactó sobremanera por su cromatismo y sus efectos visuales fue el del Amazonas. Una bandada de aves de impactantes colores flúor invadieron la pista con sus colores, sus aleteos y sus graznidos. Una maravilla de ballet que enmarcó la actuación de Isabela & Ernesto, que actuaron a gran altura, realizando todo tipo de saltos y giros en pareja y dejando al público sin aliento.
Por supuesto, en estos recorridos por emblemáticos lugares del mundo, no podía faltar India. Imaginaros la cara de mis niñas cuando vieron aparecer un gigantesco elefante dorado y, a lomos del mismo, iba Marco Motta, emulando al mismísimo Dios Brahma. El artista llevó a cabo un espectáculo de contorsionismo aéreo en cintas de lo más impactante. Yo solo pensaba en articulaciones luxadas. Me dolía solo verle. Y mi pequeña, intentando emularle, doblándose los dedos, con la flexibilidad que caracteriza a los niños…
Y al fin, llegamos a ¡París! Un número con chefs que llevaban bandejas de plata y montaban mesas con manteles de cuadros vichy, sencillamente maravilloso. En este entorno fabuloso, llevaron a cabo un número de percha Solène & Rodrigo. Ella monísima, con sus zapatos de tacón a 20 metros de altura. ¡Ahí es nada!
Y ¿qué ciudad diréis que cerró el espectáculo? Por supuesto, nuestro queridísimo ¡MadriZ! Fue maravilloso ver a todo el elenco de artistas y bailarines, vestido de chulos y chulapas y también a Cometa, por supuesto. Marcarse un chotis en escena.
El arte y la gracia de Cometa
Las transiciones entre los espectáculos circenses de Price en Navidad las realizan Cometa y el Amargador, que estas Navidades también viene preparado para amargar las fiestas a los terrícolas, algo que nuestra extraterrestre preferida intentará evitar por todos los medios. Son geniales estos dos artistas, Cometa Pulpón e Íñigo Sádaba -también artífice del vestuario-, que consiguen arrancar constantes carcajadas al respetable, mayores y pequeños. Carla tiene ese aire canallesco que tanto caracteriza su habla y sus andares y ese nervio que hace que te desternilles. Íñigo es genial en todas sus apariciones en escena. Borda su papel.
En uno de los momentos, interactúan con una mujer mayor del público, quien, al finalizar el espectáculo, resulta ser la madrileña Graziela Galán, una maravillosa trapecista de 63 años -quién lo diría-, que pone un broche final de oro y diamantes al espectáculo, actuando cuando llegan a la ciudad de Madrid. Todo un placer poder ver a esta grande en acción.
No quiero dejar de mencionar la escenografía tan espectacular, ni tampoco el vestuario, tan magistralmente diseñado y confeccionado. Bueno y las coreografías, la iluminación, la dirección… En Price en Navidad está todo tan cuidado y mimado que se palpa el trabajo tan minucioso que hay detrás de cada detalle. ¡Un placer poder volver a disfrutar de esta función en el Teatro Circo Price!
Price en Navidad estará hasta el 8 de enero. Podéis consultar toda la información y comprar las entradas en www.teatrocircoprice.es