Cuando pensamos en un lugar ideal para desconectar en vacaciones de verano con nuestros hijos, la primera condición que se nos viene a la cabeza es que debe ser un lugar donde ellos disfruten y jueguen, donde nosotros tengamos un ambiente de relax, debe estar a pocos metros del mar, tener cocina variada y de calidad, unas bonitas instalaciones con piscina y amplia oferta de ocio. Desde Mamá Tiene un Plan nos hemos puesto en marcha para buscar este lugar idílico y… ¡lo hemos encontrado! Está en Islantilla, Huelva y su nombre es Hotel Puerto Antilla. Memorizad el nombre de este hotel porque, una vez que lo probéis, ya no querréis viajar a otro lugar costero. Ni vosotros, ni vuestros niños.
Nosotras nos hemos alojado en el Hotel Puerto Antilla este puente de mayo y solo podemos deciros que nuestras peques suplicaban que no entregáramos las llaves del “paraíso”, como lo llamaban ellas, en recepción al marcharnos. Solo con contaros esta anécdota, ya os damos una pista de cómo lo han pasado ellas durante estos días festivos. Hotel Puerto Antilla es un hotel ideal para ir en familia. Lo tiene todo para pasar unas vacaciones de diez. Como su director comercial, José Díez nos explicó “es un hotel hecho para que los niños disfruten y, si los niños disfrutan de forma autónoma, los padres desconectan, pueden relajarse y tener su espacio”. Y es que en Puerto Antilla cuentan con Mini y Maxi Club, donde hacen actividades chulísimas, durante todo el día, con los niños repartidos por edades. Para que os hagáis una idea, Pilar y Carmen fueron juntas al Maxi Club dos tardes y en él disfrutaron de actividades como tiro con arco, crocket, juegos de pelota y por las noches cine, donde proyectan las últimas pelis familiares. El grupo de animadores se ganan literalmente a los niños y empatizan al cien por cien con sus gustos y sus personalidades. A mis hijas les ha costado un disgusto separarse de su querida Rocío. Como imagináis, mientras nuestros
hijos estaban gozándolo con las actividades del Maxi Club, nosotros aprovechábamos para relajarnos en una hamaca de la piscina, mientras nos tomábamos algo fresco; dábamos larguísimos paseos por las gigantes playas de Islantilla o nos dábamos un masaje y hacíamos el circuito termal en el spa. Sí, sí… Tal y como lo estáis leyendo. No os exageramos cuando lo calificamos de “Paraíso”.
Pero las bondades del Paraíso, perdón, del Hotel Puerto Antilla no terminan aquí. Sus instalaciones son amplísimas y preciosas. De hecho, cuando accedimos a esa gran recepción, toda llena de vegetación, flanqueada por cipreses y olivos, ya adivinamos que este establecimiento estaba especialmente destinado al relax. Nos recordó mucho a los hoteles más lujosos del Caribe, de Bali o Tailandia.
De hecho, en la entrada principal, ya se aprecia la vegetación y un riachuelo fluye a ambos lados de la puerta giratoria. Nada más entrar por esa puerta, te trasladas al Nirvana. El mobiliario está muy cuidado con mesas bajas y sillones con tapizados tropicales. Bajando las escaleras de la recepción hay una amplia zona de sillones, donde se encuentra el bar del hotel y accedes al jardín, otro lugar para desconectar. El silencio, el agua y la vegetación lo invaden todo en este lugar.
Desembocamos en una vista maravillosa de tres piscinas. Una de ellas en forma de lago, que bordea las dos centrales destinadas a actividades. Las cruzan varios puentes de madera y las rodean altos árboles, fuentes en forma de ríos y cascadas y vegetación, entre la cual hallamos múltiples hamacas y sombrillas de paja.
Al lado de esas tres piscinas, encontramos otra que cubre muy poquito, junto a un área de juegos, destinada a los más chiquitines y, en frente, la zona de spa, donde se encuentra el circuito termal, pero también el gimnasio y la piscina de agua caliente, de acceso libre.
Amplias habitaciones familiares con las mejores vistas
Y diréis. Unas zonas comunes amplias, pero, ¿qué pasa con las habitaciones? Como os decíamos el Hotel Puerto Antilla está diseñado para la comodidad de las familias. En este sentido, cuenta con amplias habitaciones familiares, en las que vuestros hijos tendrán su propia habitación y camas, separadas por una puerta corredera de la vuestra.
Cuando reservéis, sabed que existen las habitaciones familiares con y sin vistas al mar y también cuentan con dobles, que, si vais con bebés, están genial. Nosotras disfrutamos estos días festivos de una habitación con vistas al mar y a todo el jardín con sus piscinas y, desde luego, abrir los ojos por la mañana y ver esa estampa a través de las puertas que dan acceso a la terraza, no tiene precio. Con solo estas vistas, ¡no importa, ni siquiera madrugar! La amplitud de la habitación y del baño -en total unos 40 metros cuadrados– os harán sentir mejor que en casa. Por supuesto, las habitaciones cuentan con todas las comodidades para que la estancia sea un diez.
Otro de los puntos positivos del hotel es su escasa distancia a la playa, en primera línea: saliendo por la puerta de las piscinas, la parte opuesta a recepción, encuentras la pasarela de madera de acceso a la playa de Islantilla, un paraíso natural.
La playa cuenta con kilómetros y kilómetros de arena y es todo un paraíso en el Atlántico. Carmen y Pilar lo pasaron en grande ya que, con las subidas y bajadas de marea, pudieron encontrar conchas gigantes y se han traído a casa una auténtica colección que tienen puestas en su baño para, como ellas dicen, “recordar estos días tan guays”.
Cocina gourmet en vivo en su buffet
Punto y aparte merece la cocina del hotel. Uno de sus puntos más fuertes y que más nos ha gustado ha sido su buffet, recién reformado. Y es que, no habíamos estado jamás, en un hotel de playa, tan grande -cuenta con 400 habitaciones- con un buffet de semejante calidad y variedad.
Cuando vas con tu familia a un hotel de playa, la comida del buffet puede gustarte mucho y ser muy variada, pero os aseguro que no es comparable a la cocina del Hotel Puerto Antilla. La gran variedad de cada día en almuerzos y cenas, no mermaba nada la calidad del producto, que podríamos calificar de gourmet.
Zona de arroces: dos tipos de arroces que cocinaban en vivo en los fogones; zona de gisos; zona de placha y brasas: pescados, carnes y mariscos que cocinan en vivo en las planchas y en la zona de brasas. Zona de pastas y zona de pizzas, con tres y cuatro variedades diarias, respectivamente. ¡El paraíso de mis niñas!
También contaban con una parte dedicada a las ensaladas, con ingredientes de todo tipo para hacerla a tu gusto y las ensaladas más elaboradas ya hechas: de gulas, ahumados, cítricos… Otra mención especial merece la “zona postres”, con tartas variadas y caseras -todos los días siete tartas diferentes-, así como otros cuatro postres tipo natillas, cremas o arroz con leche. Por supuesto, también fruta de extraordinaria calidad, troceada y entera, fuentes de chocolate blanco para bañar los trozos y helados de todo tipo. Y ¡qué decir de los desayunos! Todo tipo de platos calientes: huevos a la plancha, salchichas, revueltos. Tortitas, gofres y churros hechos al momento.
Zumos y Smoothies naturales de todas las frutas que os imaginéis que también veíamos hacer en vivo. Bollería de hojaldre, cereales, chocolate a la taza blanco y negro, fruta, embutidos… Todo para completar una estancia de relax, disfrute, desconexión y deleite.
El hotel también cuenta con un restaurante a la carta, con unas vistas fabulosas. De hecho, se llama “El Mirador”. Se encuentra en la zona de las piscinas y es un lugar bucólico, en el que podréis tomar algo o comer de primera.
Ya sabéis, el paraíso existe. Se llama Hotel Puerto Antilla y está en Huelva. Un lugar ideal para pasar estas vacaciones de verano en familia o para escaparse en el puente de San Isidro. Nosotras, sin duda, ¡volveremos! Toda la información y reservas en www.puertoantilla.com.
Hay que ir
Menudo paraíso, eso se tiene que probar
Un sitio ideal!!!!