Seguro que en más de una ocasión habéis pensado lo bonito que sería hacer el Camino de Santiago en familia. Pero luego habéis recapacitado en las largas caminatas, las ampollas y, entonces, habéis desistido de hacerlo con los niños. Os vamos a proponer una alternativa al camino a pie o en bicicleta, que también está reconocido como Camino “oficial” y que ¡os encantará para hacer con niños! Se trata del Camino Marítimo de Muros-Noia. Una alternativa que combina la navegación a vela por las Rías Baixas y un tramo a pie muy llevadero. ¿Queréis saber más? ¡Os contamos nuestra experiencia!
El Camino Marítimo a Santiago de Muros-Noia fue reconocido por el Cabildo Catedralicio en el año 2020, como la opción por mar para llegar a Santiago de Compostela. ¿La condición? Realizar 90 millas náuticas a vela y un último tramo hasta la plaza del Obradoiro a pie, unos 12 kilómetros. Nosotras hemos vivido la experiencia y os garantizamos que es maravillosa. Navegar por las Rías de Vigo, Pontevedra, Arousa y Muros-Noia, observar la belleza de sus paisajes desde el mar, arribar a los puertos y entrar en las localidades como lo hacían los antiguos peregrinos, disfrutar de la belleza del Atlántico en su estado más salvaje y aprender la navegación a bordo de un velero.
Tampoco hay que olvidarse de la gastronomía de la zona y de la belleza de los parajes y municipios. Todas estas son solo algunas de las bondades que podréis disfrutar realizando el Camino Marítimo de Muros-Noia. Nosotras lo realizamos de manera “exprés”, en solo tres días, aunque os recomendamos que, con vuestras familias, realicéis la ruta completa de 5 a 6 días, para hacer tramos de navegación más cortos y no saltaros ninguna de las bellísimas paradas de esta travesía. Por supuesto, en cada puerto en el que atraquéis, debéis sellar vuestra credencial del peregrino y, así obtener en Santiago, la preciada Compostelana.
Una ruta marítima histórica
Como os comentaba, fue en 2020 cuando el Cabildo Catedralicia reconoció el Camino Marítimo de Muros-Noia como alternativa al Camino de Santiago a pie, bicicleta o caballo.
Pero para recibir este reconocimiento, la Asociación de los Concellos del Camino de la Ría de Muros Noia, la Asociación de Náuticos de Galicia y la empresa Sailway, responsable de los barcos que realizan esta travesía, han llevado a cabo una concienzuda labor de investigación que demuestra que esta ruta marítima se remonta al siglo XII. Fue entonces cuando los guerreros de la Segunda Cruzada pasaban por estos puertos de la ruta, en dirección a Santiago de Compostela, para pedir la protección del Santo en su periplo hacia Tierra Santa. Fue también en esta misma época, cuando el rey Fernando II otorga a la villa de Noia el rango de ciudad y el título de “Portus Apostoli” o puerto al servicio de la Catedral de Santiago.
Primer día de navegación: Vigo-Islas Cíes-San Vicente Do Mar
El recorrido para completar las 90 millas náuticas arranca en el puerto deportivo de Vigo, donde nos espera el precioso velero “Ángela”, de 15 metros de eslora, equipado con 4 camarotes y 3 baños, además de cocina y salón. Es decir, en él pueden pernoctar hasta 8 personas y navegar hasta 11. Si no os apetece pernoctar en el barco, también tenéis la opción de hacerlo en hoteles y diferentes alojamientos cercanos a los puertos. La empresa Sailway os confeccionará una travesía acorde a vuestras necesidades.
El primer tramo del Camino lo realizamos desde Vigo hasta las Islas Cíes, que se levantan imponentes frente a nosotros. Esta navegación nos lleva, aproximadamente, una hora y cuarenta y cinco minutos. La llegada, cruzándonos con otras embarcaciones y visualizando un paisaje lleno de vegetación y agua azul oscura, sobrecoge. Conforme nos vamos acercando a la isla del Norte, en la que atracaremos para desembarcar, el agua se torna de color turquesa e invade nuestra retina un paisaje casi Caribeño, con la playa de Rodas presidiendo la estampa.
Cuando desembarquéis en las Islas Cíes podréis realizar varias rutas, una de las más bonitas es la que os lleva al faro, desde donde contemplar los escarpados acantilados de la parte trasera del archipiélago. Otra opción es dar un paseo hacia el restaurante del Camping de las Islas y allí degustar, con unas maravillosas vistas, unas xoubas y unos xinxos, además de un buen pulpo a feira.
¡Ah! Y no os olvidéis de sellar vuestra credencial en cada parada. Después de disfrutar de los bellísimos paisajes que ofrece el Parque Nacional del Atlántico, embarcaréis de nuevo hacia el siguiente puerto: San Vicente do Mar, en El Grove.
En esta travesía, algo más larga que la primera, lograréis ver el Atlántico en su estado más natural. Nosotros tuvimos la gran suerte de ver delfines y arroaces saltando. En este tramo de navegación, a diferencia del anterior, la mar nos pilló un poco más picada, como dicen en tierras gallegas, pero, si vais con niños y contáis con más de tres días para realizar el Camino, el patrón del barco, optará, en este caso, por atracar en otro puerto más cercano hasta que el mar se encuentre en calma y poder así realizar la travesía sin temor al posible mareo. De hecho, en caso de escoger el Camino a partir de 5 días, los tramos de navegación son mucho más cortos, según nos explicaron los responsables de Sailway.
Segundo día de navegación: San Vicente do Mar-Muros-Portosín
Partimos desde el precioso puerto de San Vicente do Mar hacia la localidad marinera de Muros. La entrada en velero en el puerto de Muros es un espectáculo para la retina. Veleros, barcos pesqueros y embarcaciones de recreo de mayor tamaño preceden a un municipio que vive en torno a su ría, desde la cual, vemos el lugar como una bella postal, enmarcada entre el mar y la montaña. Desembarcamos y comenzamos la ruta a pie que realizaban los peregrinos cuando llegaban a este puerto. Seguimos el trazo de la antigua muralla -ahora quedan pocos restos de ella- y llegamos a la colegiata de Santa María do Campo.
Su interior, es una muestra genial del denominado gótico marinero, por su cubierta que emula la quilla de un barco invertido. Nos llama la atención su pila bautismal con una gran serpiente enroscada en su interior, única en Europa y también nos encantó poder subir a su torre del campanario, desde donde contemplar unas vistas privilegiadas de la villa marinera. Todos estos datos y muchos más nos los descubrió nuestra guía, Montse París, la mejor que pudimos tener, perteneciente a la organización Muros, Vila de Auga e Sal, con la que os recomendamos hacer las visitas guiadas.
Las calles de Muros tienen un encanto especial. Paseando por ellas huele a salitre, a tradición marinera. Esas calles angostas, sus casas de piedra y las redes pesqueras surcando las rúas -decoración por fiestas patronales-. Sus gentes que se asoman a las ventanas y te saludan al pasar; te recomiendan beber de esa o aquella fuente; te preguntan de dónde vienes, señalan lugares pintorescos y hasta te invitan a entrar en sus casas. Así son los habitantes de esta tierra. Generosos y orgullosos de ella. Terminamos nuestra visita a Muros en el santuario de la Virxe do Camiño, dedicado a los exvotos y con su joya de Cristo Crucificado del siglo XIV.
Nos marchamos de Muros para llegar al puerto deportivo de Portosín y pernoctar allí. Por la mañana nos despedimos de nuestro querido capitán de Sailway, Manuel y de su segunda de a bordo María, con mucho dolor de corazón. ¡Profesionales y gente maravillosa, que hace de la navegación un placentero paseo!
Tercer día. Fin de la navegación y ruta a pie: Noia-Toxosoutos-Santiago
Montamos en nuestro minibús hacia la vecina localidad de Noia, otra bellísima villa marinera, que sorprende al visitante con sus calles empedradas, sus construcciones, sus templos y sus leyendas. Empezamos la visita en la iglesia de San Martiño, de la que, cuenta la leyenda que quien ose a construir la torre que le falta caerá en desgracia. De hecho, los dos que osaron hacerlo, un maestro de obra y un cineasta que la reprodujo de madera para su película, no acabaron muy bien… Más allá de leyendas negras, el interior de la misma es otro ejemplo de gótico marinero bellísimo y su exterior recuerda a las iglesias de Normandía. Nos acercamos después a Santa María A Nova, cuyo interior, desacralizado, alberga el museo de las laudas -lápidas- sepulcrales, dedicadas a diferentes gremios. A su sombra, un majestuoso campo santo.
Salimos de Noia dirección al camino interior que nos llevará a Compostela. Hacemos un alto en el camino muy recomendado: Toxosoutos y San Xusto. La guía nos comenta que es el lugar más bello del entorno. Y se queda corta. Bajamos una escalinata empedrada y, lo que nos encontramos, nos deja perplejos.
Un tupido y húmedo bosque, con árboles centenarios, musgos y helechos, enmarca un monasterio y, tras él, el río San Xusto va formando saltos de agua que, conforme avanzas subiendo la ruta, van siendo mayores, formando cascadas de gran tamaño y hasta una laguna al final, ideal para bañarse cuando el calor aprieta.
Después de reponer fuerzas en Rois y en Urdilde, encaminamos la ruta hasta Bertamiráns. En concreto, en la plaza Mahia se inician los 12 kilómetros a pie hasta la del Obradoiro de Santiago.
Sin duda, el momento más emotivo es cuando caminas por la Rúa das Hortas para desembocar en el imponente centro de Santiago, con su catedral vigía. Una vez allí, mostramos nuestra credencial con los sellos en las paradas del Camino, que nos hacen merecedores de la ansiada Compostelana. Una enorme emoción nos invade al cruzar la Puerta del Perdón y visitar la tumba del Apóstol. Es el final de nuestra peregrinación. ¡Y ya tenemos ganas de volver para hacerla en familia!
Datos de interés
Hoteles recomendados: Hotel Sercotel Bahía de Vigo, Hotel Spa Atlántico San Vicente do Mar y Hotel O Noso Portosín.
Restaurantes recomendados: restaurante del camping de Islas Cíes; asador D’ Pepe en San Vicente do Mar; restaurante Muradana en Muros; restaurante del Real Club Náutico de Portosín; hotel gastronómico Casa Rosalía, en Brión.
Más información: www.sailway.es.
Qué maravilla! No tenía ni idea que se pudiera hacer un camino de Santiago marítimo. Seguramente vale la pena!!!!