Las salidas gastronómicas en familia nos encantan. Intentamos ir con las peques no solo a restaurantes de cocina tradicional, sino a otros de cocina más exótica. Nuestra intención es que prueben otros sabores diferentes a los que están acostumbradas. En este sentido, este invierno probaron el sushi y les encantó, así que decidimos ir con ellas a un restaurante japonés del que nos habían hablado muy bien: Miss Sushi. En concreto, fuimos al de la Plaza de Santa Ana en Madrid y ¡nos encantó! Nos encantaron sus platos, muy elaborados y originales; la frescura de sus alimentos; y nos encantó su decoración, con la que las niñas alucinaron.
Nada más entrar en Miss Sushi lo primero que llama poderosamente nuestra atención es el local, decorado con mimo y esmero, con muebles retro y afrancesados, en tonos rosa empolvado que empasta perfectamente con el gris, el otro color predominante. Unos tonos muy chics y amorosos que a las peques les encantan. De hecho, Carmen tiene decorada su habitación en estos mismos tonos. Parecía que estábamos inmersos en un cuento de princesas con esos muebles con las margaritas, emblema del logo de Miss Sushi, y esas preciosas lámparas retro. El local de la plaza de Santa Ana, se divide en varios ambientes y su mobiliario cambia en función de la mesa en la que te ubiquen; todas ellas, preciosas. A nosotros nos sentaron en un banco tipo rinconera, tapizado en rosa, en forma de ese, con cojines a juego. Las mesas beige y gris, imitan al mármol de Carrara. Se respira elegancia y la decoración llama la atención del viandante que pasea por el centro de Madrid y que divisa todo esto desde fuera, ya que el local está acristalado.
Cuando nos sentamos, comprobamos la amplísima carta con sushis, poques, ensaladas, tempuras, tatakis, sashimis, noodles, yakisobas, udon, tempuras, makis o nigiris, todos ellos tan variados que no sabréis por cuáles decantaros. Eso mismo nos sucedió a nosotros, así que nos dejamos guiar por las especialidades destacadas en carta. El encargado, muy amable y atento nos recomendó como entrante una tempura de gambón salvaje que venía acompañado por una salsa cremosa de chile dulce, que nos encantó. El gambón estaba fresquísimo y era muy grande y la tempura, en su punto, crujiente y deliciosa. La salsa maridaba a la perfección y no era nada fuerte para no restar protagonismo a un marisco de tan buena calidad.
Como entrante también nos recomendaron el tartar de atún rojo con huevos y crujiente de loto. El atún de almadraba está sazonado al momento, los huevos están hechos a baja temperatura y los chips se componen de la raíz de la flor de loto. Nos dijeron que la manera de comer este plato era mezclándolo todo. En boca, recordaba un poco a los huevos rotos con jamón y patatas fritas, pero con el toque japonés. Es cierto que es un plato de inspiración patria, pero con el toque asiático, por el atún rojo marinado, acompañado de las chips de loto crujientes como las patatas fritas y los huevos. Estaba riquísimo este plato. Fue uno de los que más nos gustó.
El tercero de los entrantes elegido fue el Bun Tartar, compuesto por un pan brioche hecho al vapor y frito, relleno de aguacate y tartar de vacuno y acompañado de salsa de chiles y sriracha y mayonesa de trufa. La salsa estaba ligeramente picante, pero sin ser excesivo.
Como último entrante, pedimos el Dragon, un sushi que nos pareció maravilloso en boca. Está hecho a base de arroz y alga nori con tempura de gambas y espárragos y está servido con mayonesa japonesa y salsa teriyaki, muy suave. Además, en la mesa tenéis los cuencos para la salsa de soja, en la que podéis mojarlo, si queréis. Este plato viene presentado como si fuera un dragón, terminado en cola. Está delicioso y muy suave. Sin duda, uno de los mejores sushis que he probado jamás.
Como plato principal, optamos por el que abre la carta, que nos pareció la estrella. Su nombre lo dice todo: “El tataki más rico del mundo”. Y realmente lo es. El tataki es un atún rojo de almadraba de Barbate y la preparación del mismo es todo un ritual. De repente, nos sacaron una mesa de cuero y madera adicional, donde ubicaron el plato ovalado con las salsas – mayonesa de trufa, salsa sriracha, migas de maíz y finas hierbas- y, al lado, en una sartén, el atún rojo troceado con una mantequilla de soja por encima. El encargado flambeó, delante nuestra, la mantequilla, para que se fundiera con el atún y fue colocando los trozos del mismo, sobre la base de finas hierbas de la fuente. ¡Un ritual que nos encantó! El atún rojo estaba fresco y tiernísimo y el sabor era extraordinario. Es un plato perfectamente estudiado y trabajado para comerlo, en su punto óptimo, tras flambearlo en el momento y que su sabor se mezcle con la salsa.
Después de esta delicia de platos, aunque estábamos saciados, el directorio de postres de la carta nos llamaba a gritos y pedimos un poste para compartir. Bueno, no sé si llamarlo postre u obra de arte culinario. El capricho de fresa es una gran copa con mousse de queso, fresas laminadas con un toque de pimienta sansho, helado de vainilla al final de la copa y coronada por macarons de frambuesa. Lo cierto es que la estética del postre casaba a la perfección con la del lugar y el sabor… Realmente delicioso, sin llegar a empalagar. ¡Os lo recomendamos! Eso sí, para compartir.
Si os hemos dejado con las ganas de probar la gastro de Miss Sushi, sabed que, el que nosotras describimos aquí es el Miss Sushi de Santa Ana. No obstante, existen varios de estos restaurantes por toda la geografía nacional y, sobre todo, por la Comunidad de Madrid y Madrid capital. Todos ellos mantienen esa estética decorativa elegante y chic en tonos pastel, aunque ninguno es igual al otro. Podéis ver toda la información sobre los locales Miss Sushi y su carta, pinchando aquí.
Me lo apunto!!!
Que buena pinta tiene tanto el sitio como la comida , como fan de este tipo de comida, iremos a probarlo Además , como todas vuestras recomendaciones, es un acierto y un descubrimiento seguro