Si tenéis peques que utilicen gafas, seguro que esta pregunta se os ha pasado por la cabeza… La respuesta, seguro, os va a sorprender. Los niños pueden utilizar lentillas entre los 6 y los 8 años. Esto significa, claro, que en este momento sus ojos están preparados anatómicamente, aunque puede que eso no sea lo único que haya que tener en cuenta.
Además, una vez adaptadas a su ojo, os resultará muy fácil comprarlas en vuestra óptica de confianza o incluso a través de tiendas online especializadas que ofrecen toda la fiabilidad, como www.visiondirect.es que ofrecen gran variedad de lentillas y productos para su limpieza adecuada y os darán mucha información sobre su cuidado.
Hace tiempo que mi peque utiliza gafas. En concreto desde los 3 años, y no puedo ni recordar el número de gafas que hemos perdido, que han aparecido rotas, que se le han roto jugando… Por eso, muchas veces me he dicho: «el día que pueda llevar lentillas, desterraremos las gafas a estar en casa», pero lo cierto es que nunca que había dado por investigar cuándo podían, efectivamente, ponerse lentillas.
Investigando un poco, averigüé que los ojos de un niño están preparados desde los 6 añitos para llevar lentillas, pero… ¿lo está el niño? Pues, evidentemente, habrá que valorar primero si el peque tiene la madurez suficiente para ponérselas solo o debemos ayudarle. Si probamos antes de los diez u once años, probablemente tengamos que ayudarle a ponérselas, pero eso no es lo más importante, lo fundamental es poder valorar si el carácter del peque es favorable a utilizarlas, si es lo suficientemente responsable para cuidarlas adecuadamente.
Con sinceridad os diré que el problema no es tanto el económico: hay lentillas baratas online con las que una pérdida o rotura no será un drama. El verdadero problema es la higiene porque eso es fundamental para evitar infecciones.
Un mal mantenimiento de las lentillas puede derivar en distintos tipos de infección y afecciones: sequedad ocular, conjuntivitis e incluso úlceras en la cornea. Sin embargo, con lentillas diarias este problema se minimiza, aunque no desaparece. Es fundamental manipular las lentillas con las manos muy limpias por lo que si el peque es muy peque, hay que asegurarse de que entiende la importancia de esta higiene.
Cómo debe ser vuestro peque para que empecéis a plantearos las lentillas
Hay veces en los que el uso de lentillas es una cuestión médica, pero generalmente obedece a una cuestión estética y suele producirse a partir de los once o doce años, cuando comienzan a estar más preocupados por su aspecto y comienzan a presentar una mayor resistencia a llevar gafas.
En este sentido, lo más importante es estar seguros de que ellos quieren usar las lentillas. Si están convencidos, entonces seguro que encontrarán la manera de que funcione porque… ¡tendrán toda la motivación que necesitan!
Sin embargo, para acompañar esa motivación, hay que cerciorarse de que el niño o la niña es capaz de ser responsable. Podéis comprobar si cumple con otras responsabilidades: deberes, duchas, extra escolares… todas son pistas para saber cómo reaccionarán.
Y, por supuesto, como decíamos, observar cómo maneja sus responsabilidades higiénicas en concreto es básico para considerar las lentillas como una opción. Esto garantizará su salud y podremos estar tranquilos sabiendo que van a ser metódicos y cuidadosos, que seguirán los pasos básicos de cuidado de las lentillas.
Funciona mejor en niños que son flexibles, que son capaces de entender que hay un momento para cada cosa y que no siempre hay que llevar gafas o siempre lentillas. Esto es importante porque sus ojos, además, necesitan descansar de las lentillas. Lo más saludable es combinarlas con gafas. Aseguraos de que entiendan que no será un adiós definitivo a las gafas.
En cualquier caso, cuando decidáis que vuestros niños o niñas usen lentillas, consultad siempre con vuestro especialista y cercioraros de que sus ojitos están preparados, pero ellos, su mente, también lo está. Evitad las decisiones precipitadas que no suelen ser buenas consejeras y, en estos temas, tampoco.