Teatro musical y fantasía son términos que van intrínsecamente unidos. Pero, si hablamos del musical “La Historia Interminable”, que se estrena esta semana, en el Teatro Calderón de Madrid, la palabra Fantasía hay que escribirla con mayúsculas. Y también las palabras Emoción, Ilusión y Obra Maestra. Nosotros tuvimos el privilegio de asistir, este sábado, a una de las funciones previas con las niñas y os aseguramos que es EL espectáculo ideal para ver en familia. A vosotros, papis, os invadirá la nostalgia y a vuestros peques les atrapará la historia de principio a fin. ¿Una recomendación? Que veáis la peli en familia e incluso, si vuestros hijos son más mayorcitos, que lean el libro de Michael Ende, antes de ir al musical.
No hay nada en el mundo que me guste más que compartir con mis niñas películas, series, juguetes o libros que me fascinaban cuando era pequeña. Hace tiempo que hice en casa una sesión de cine y les puse “La Historia Interminable”, una de las cintas preferidas de mi juventud -y de los libros que más me alucinaron-. Y aunque, al principio no les enganchó demasiado por el formato, poco a poco fueron entrando en la trama hasta vivirla tanto como lo hacía su madre. Cuando vimos que la obra de Michael Ende, se iban a estrenar en versión musical, volvimos a verla antes de ir al Teatro para tener todos los personajes más recientes en la memoria.
Cuando entramos en el Teatro Calderón de Madrid ya nos impactó toda la escenografía fija que vimos. El telón color azulón con el Auryn gigante en el centro; las dos míticas esfinges aladas de las puertas mágicas del Oráculo del Sur; las serpientes gigantes trepando por las columnas entre la frondosidad de las copas de los árboles. Fantasía estaba ya allí. Pero cuando abrió el telón, nos trasladamos, de lleno, a la obra maestra de Michael Ende. A la librería del señor Koreander, cuando Bastian entra huyendo de los abusones y encuentra el libro. Y cuando se esconde en el desván del colegio para leerlo escondido y no ir a clase. La escenografía de la cristalera del desván sucede a la de la librería de forma casi mágica. Poco después, Bastian comienza a leer el libro y ¡zas! ¡Ya estamos en Fantasía! Aparecen los primeros personajes: el diminutiense sobre el caracol de carreras, el Hombre Comerrocas, el fuego fatuo y árboles que cobran vida. Ya nos introducen de lleno en el problema que les afecta: la Nada avanza y amenaza Fantasía.
Imaginad la cara de vuestros niños, cuando vean al hombre Comerrocas y al caracol de carreras en escena a tamaño real y moviéndose. Los personajes son auténticas obras de arte que cobran vida en el escenario, gracias a que, para la obra, la productora ha contado con un equipo de Animatrónica: KREAT FX. A partir de este momento, ni adultos ni peques dejan de sorprenderse durante toda la representación. La historia está magistralmente hilada para comprenderla, aunque no hayas visto la peli ni leído el libro. En el escenario podréis ver, “en carne y hueso”, al caballo Ártax; a Gmork (el Hombre Lobo); al dragón de la suerte, Fújur y hasta a Vetusta Morla. Son tan reales que os maravillarán. Mi pequeña no parpadeó en las dos horas y media de representación. ¡Ni siquiera pidió agua! Al principio, incluso pensamos que el caballo era de verdad, por lo bien que estaba hecho y por los movimientos de su cabeza y patas. Viviréis el mítico estornudo de Morla, el hundimiento en el Pantano de la Tristeza de Ártax, los maravillosos vuelos de Fújur… Por supuesto, tampoco faltan otros personajes míticos, también muy bien llevados a escena: Atreyu, interpretado por Alonso Baquero; Bastian, por Rocío Barroso; el señor Koreander, por nuestro queridísimo Josean Moreno, que también da vida a Fújur; la Emperatriz Infantil, a la que encarna Alba Cuarteto; Xayide; los gnomos que viven frente al Oráculo; YGrámul (el genial, Nil Carbonell)…
Emocionados seguimos con la obra dos días después de verla. Así son las producciones de Beon Enterteiment y de Dario Regatteri, diferentes, trabajadas, imaginativas, innovadoras y completísimas. Montajes de diez, que permanecen para siempre en nuestra memoria. Para la música y el libreto, el productor ha vuelto a contar con dos grandes: Iván Macías y Félix Amador, artífices de obrones como “El Médico” o “El Tiempo entre Costuras”. La escenografía, obra de Ricardo Sánchez Cuerda, como os comentábamos antes, tiene un ritmo que se funde con la obra y el público no percibe los cambios: decorados que suben y bajan, actores que desaparecen y aparecen en escena gracias a rampas invisibles… Todo ello combinado con los efectos de luz y sonido, hacen que el musical “La Historia Interminable” sea pura magia.
Las composiciones y la música, como todo lo que tocan Macías y Amador, son una maravilla. Además de identificar algunas de las notas de la mítica “Never Ending Story”, que popularizó Limahl, en muchos de los temas, una canción que también aparece al final de la obra, hay temas geniales con unas letras y música fascinantes. Me encantó el tema de Morla, tan flamenco “Me da igual”. Una vez más, estos grandes de la música, han logrado plasmar en sus temas, el carácter de cada uno de los personajes de la obra.
Dicho todo esto, solo nos queda, recomendaros, una vez más, que vayáis a ver la obra con vuestros niños porque, más allá de lo brillantemente que está llevada a escena, nos encanta la moraleja de la obra de Ende. La importancia que tiene la lectura. “La Historia Interminable” es una la oda a la imaginación y a la fantasía, tan importante en nuestros pequeños y también en nosotros mismos, aunque a menudo se nos olvide. No hay que dejar de soñar. Venta de entradas en www.lahistoriainterminablemusical.com.