Este fin de semana hemos descubierto un lugar único, donde podréis disfrutar de una cena fantástica, que despertará vuestros cinco sentidos: Una Cena Cantada en el Café de la Ópera. Un planazo en el que, además de degustar una cocina de diez, viviréis en primera persona, un espectáculo de ópera, zarzuela y bolero, interpretados por los mejores cantantes líricos. Y todo ello, en un lugar único en Madrid, frente al Teatro y al Palacio Real. Un plan ideal para una cena romántica o familiar; para celebrar un cumpleaños o un aniversario; o, simplemente, para una cena entre amigos.
Con una ubicación ideal, en la calle Arrieta, el Café de la Ópera se encuentra en el Hotel Ópera, al lado del Teatro Real y de la plaza de Isabel II y del Palacio Real y la plaza de Oriente. El entorno, ya de por sí, es privilegiado y dan ganas de entrar a tomarse algo en la cafetería o de sentarse en la terraza y disfrutar de estas fantásticas vistas. Pero, lo que muchos no saben es que, en el restaurante del Café de la Ópera, todos los viernes y sábados, a las 21.30 horas, la magia entra en acción con Una Cena Cantada. Un maravilloso plan que aúna este idílico lugar, decorado con un mimo y esmero que lo hace acogedor, en el que los asistentes podrán disfrutar de un menú degustación de diez, maridado con las mejores interpretaciones líricas de óperas, zarzuelas y boleros muy conocidos, por unos cantantes con unas voces y unas dotes interpretativas que os dejarán atónitos.
Pero no os penséis que los cantantes están en un escenario, mientras vosotros disfrutáis de las estupendas viandas. Ellos interactúan con los comensales, cantan entre las mesas y hacen guiños constantes a cada uno. Empatizan con los asistentes y crean complicidad.
Nuestro plan fue una salida romántica en pareja, pero, en la mesa de al lado, había dos familias con niñas pequeñas, que disfrutaron muchísimo de la cena y del espectáculo. A las niñas, los artistas les hacían constantes gestos y guiños, con lo que ellas estaban felices y sus caritas de atónita diversión lo decían todo. En otra mesa, un grupo de turistas disfrutaba de la música y de la gastronomía española. Se notó su deleite, sobre todo, con las piezas de Zarzuela, tan madrileñas y cada vez más difíciles de encontrar en cartel. Varias parejas en las mesas de al lado, también sonreían atentos a los temas, mientras disfrutaban de la exquisita cena degustación. Al final descubrimos que una de ellas celebraba su aniversario de bodas. No dejéis de comentar estas celebraciones al reservar mesa, ya que, tendréis el privilegio de que los artistas os canten una canción. Un momento único.
Una delicia de espectáculo
Tanto si te encanta la ópera, como si no es uno de tus géneros preferidos, estamos seguras de que disfrutarás muchísimo la experiencia de Una Cena Cantada en el Café de la Ópera. Los temas que escucharás son muy conocidos y la calidad artística de los intérpretes es abrumadora. Cada noche, la selección de los mismos es diferente, haciendo cada experiencia, única. Nosotros pudimos disfrutar de temas como Barcarola, de Hoffmann, que seguro os sonará por la película La Vida es Bella; La donna e mobile, de Verdi o Habanera (L’amour), de Carmen de Bizet, entre otras muchas; en cuanto a las Zarzuelas, pudimos vivir algunos de los temas de El Barberillo de Lavapiés; La Taberna del Puerto o Los Diamantes de la Corona; así como boleros tan conocidos como Solamente una vez o Bésame Mucho.
Una de las cosas que más nos gustó es que, después de cada pieza, los cantantes, explican la historia que narra el tema y la enmarcan dentro de la ópera a la que pertenece. También cuentan curiosidades muy interesantes. Por ejemplo, nos enteramos que el famoso Habanera de Carmen no fue compuesto por Bizet, sino por el español Sebastián Iradier; o que algunas Zarzuelas, como El Barberillo de Lavapiés o La Taberna del Puerto, a pesar de ser antiguas, tratan temas tan actuales como la corrupción política o el tráfico de drogas. A todas estas explicaciones, los cantantes le ponen el toque de humor, algo que hace que el espectáculo sea divertido y cercano. Destacar, en este sentido, al tenor Luis Enrique Jimeno, que nos encandiló con su sentido del humor, además de su privilegiada voz. Las sopranos Virginia Wagner y María Martín dieron vida a las piezas más complejas de la lírica, con unas privilegiadas voces y dotes de interpretación. La segunda soprano era nueva entre la compañía del Café de la Ópera y posee una voz realmente magistral. Al piano estuvo la maestra cubana Madalit Lamazares y, como director artístico, Manuel Ganchegui, que lleva dirigiendo estas Cenas Cantadas, nada menos que 26 años. “Empezamos con las Cenas Cantadas en 1997, justo con la reapertura del Teatro Real”, nos contó Ganchegui.
A pesar de que las Cenas Cantadas del Café de la Ópera van a cumplir 26 añitos, tras el cierre del hotel y del restaurante por la Pandemia, muchos clientes creen que aún continúa cerrado. “En el inicio de estos espectáculos, hace dos décadas, llenábamos a diario y encontrar mesa en fin de semana era misión imposible. Ahora, tras el cierre por la Pandemia, nos está costando un poco volver a coger impulso”, nos confiesa el director artístico.
Una delicia de cena
Si el espectáculo es una delicia, la cena degustación no lo es menos. Nosotros pudimos disfrutar del Menú Oberón, compuesto por un entrante, tres platos y postre. De primero disfrutamos de unas croquetitas de jamón ibérico sobre patatas paja, que estaban deliciosas y cremosísimas; de segundo, una crema templada de boletus, con lascas de almendra tostada, con un sabor riquísimo; después, un lomo de lubina al horno con verduritas baby, en su punto y, por último, lingote de cordero confitado sobre demi-glace y ensalada vietnamita, tierno y suave. Todo ello estaba delicioso. Cocina casera con producto de calidad y preparada con un toque diferente. Para rematar, el flan gallego de queso acompañado con una delicia muy castiza: el helado de violetas. El precio del menú degustación es de 45€ por persona y, si queréis maridaje, son 15€ más.
Como no podía ser de otra manera, y de ello nos avisaron al comenzar el espectáculo, en la pieza final, nos animaron a todos a cantar, copa de cava en mano. Protagonizamos el Brindis de La Traviata. Los artistas, mientras cantaban con nosotros, brindaban también con cada comensal, como si estuviéramos inmersos en la famosa pieza operística de Giuseppe Verdi. Toda una celebración de la vida y el amor. Como lo es Una Cena Cantada en el Café de la Ópera. Más información, aquí.