El otro día, escuché en un programa radiofónico al presentador de dicho programa alabar el trabajo de los actores de improvisación teatral. Decía algo así como que, en general, la gente piensa que no es un trabajo elaborado pero que, sin embargo, es de los formatos teatrales que más trabajo lleva detrás. Dio la casualidad que, justo en el mismo programa, decían que los niños son las personas que más improvisan. A todo esto, yo me pregunto: ¿qué pasa cuando juntamos estos dos elementos?

La respuesta a mi pregunta la encontré fácilmente cuando pocos días después acudí al Palacio de la Prensa a ver Chiquijamming, un espectáculo de improvisación para niños en el que los más pequeños de la casa toman un papel muy importante y relevante y, es que, antes de comenzar, deben dibujar lo que les apetezca en un trocito de papel y escribir un título. De esta manera, según los actores lo vayan requiriendo, los niños comentarán lo que han escrito en su pequeña cartulina para que, en ese momento, forme parte del espectáculo.

Siguiendo esta dinámica, Chiquijamming comienza con ‘Elige tu aventuring’, un apartado en el que los más pequeños podrán escoger el título de una historia y las decisiones que deben tomar sus personajes. La siguiente sección será el ‘abecedaring’, en la que dos de los actores deben contar una historia con palabras que comienzan por las letras del abecedario. Los niños deben estar muy atentos, pues harán el papel de jurado observando que los actores no cometan ningún error.

Así, se van desarrollando diversas historias improvisadas y, si tenemos que escoger algún método de creación, nos quedamos con dos secciones: la primera de ellas, es en la que varios niños suben al escenario a interpretar diversos objetos de un espacio determinado (en nuestra ocasión, un pequeño niño en la sala decidió que fueran objetos de oficina), os podéis imaginar lo bien que nos lo pasamos con las distintas ocurrencias para interpretar cómo un niño-boli tiene que firmar unos niña-papeles;  la segunda sección que nos gustaría destacar es la última de todas, en la que todos los niños deben entregar sus tarjetas para que sean lanzadas al aire en el escenario y, mediante la elección aleatoria de los actores, puedan ir apareciendo en diversas historias de las que, vosotros mismos, elegiréis el género.

Chiquijamming es un espectáculo en el que, poco a poco, los niños van entrando, se divierten, ríen y no se cortan a la hora de decir lo primero que se les pasa por la cabeza, creando un ambiente mágico en la sala. Por eso y, por la difícil -y conseguida- tarea de hacernos disfrutar de una obra totalmente improvisada, os recomendamos a todos este espectáculo.