¿Quién no conoce a Rocío Ramos-Paúl? La archiconocida supernanny vuelve a los medios con un nuevo libro: La pareja en familia, escrito con su compañero Luis Torres, socio del centro BIEM en el que ambos trabajan. Con un subtítulo igual de sugerente que su título, «Es fácil si sabes disfrutar del cambio», los psicólogos abordan las dificultades a las que debe enfrentarse una pareja en su día a día, la manera en la que la maternidad y la paternidad nos cambia. Tener hijos no está exento de estrés. Saber manejarlo es fundamental para que la pareja no se resienta en exceso.
Las claves de este libro giran en torno a dos conceptos básicos: la concepción de la pareja como una cuenta bancaria en la que hay que poner «dinero» (entendiendo dinero como «esfuerzo») cuando nos quedamos en números rojos y la importancia de delegar, compartir y dialogar con la pareja para que la educación de los hijos no haga mella en la relación. Estas son dos de las ideas básicas a tener en cuenta en multitud de situaciones diarias. A través de ejemplos prácticos, tomados de los casos que se encuentran en su consulta, Rocío y Luis proponen distintas soluciones prácticas para que la pareja no deje de ser un equipo en el que apoyarse en momentos de incertidumbre o cansancio.
Mamá tiene un Plan: En este libro nos saltamos un poco el objeto de preocupación tradicional para los padres que suele ser el niño y pasamos a hablar de padres…
Rocío Ramos-Paúl: Es verdad. Ha sido una evolución natural. Hemos pasado de niños y adolescentes a los adultos. Al hacer el programa de supernanny todo el mundo te relaciona con niños pero el campo de la psicología es muy amplio y en el centro BIEM en el que trabajo no nos limitamos a infancia.
MTuP: En el libro se habla de la pareja, de su relación y de la necesidad de poner sobre la mesa sus creencias y pilares, de verlos quizá desde un punto de vista teórico. ¿Es realmente tan necesario compartir esos momentos de diálogo?
R.RP: Claro, evidentemente. La pareja está muy presente en la educación de los niños. Es una pregunta que yo haría a cualquier pareja: ¿cuántas veces has tenido que hablar con tu pareja sobre distintos temas de la educación de los niños y cuántas veces habéis discutido? En el libro lo abordamos desde un punto de vista práctico: Lo que hacemos es dar pautas basadas en experiencias prácticas que efectivamente tienen mucha teoría detrás, pero no son nada teóricas. De hecho el libro se basa en situaciones concretas que hemos visto en la consulta. Los padres van funcionando y encontrándose distintas situaciones y la pareja evoluciona según las situaciones que se encuentran y la evolución de cada uno de los miembros. Las situaciones evidentemente nos cambian y lo que hace el libro es presentar las distintas situaciones, los conflictos más generales y la forma de resolverlos y una parte importantísima que es dejar claro que la pareja es un esfuerzo y cómo la cuenta del banco se pone en números rojos y hay que volver a meter recursos.
MTuP: Desde vuestra experiencia, parece que no es nada fácil que esos detalles que vuelven a poner en verde la cuenta salgan de forma natural…
R.RP: ¡Qué va, ojalá! De forma natural no te sale nada o casi nada. Pocos tienen la suerte de que de forma natural les salgan las herramientas para resolver los conflictos. Hay que trabajar mucho todo, la parte profesional, la parte familiar… Todo supone un esfuerzo. Pero sí que es verdad que el esfuerzo merece la pena, te compensa.
MTuP: Y si no compensa, también lo abordáis con un capítulo sobre la separación.
R.RP: Efectivamente, pero antes hay mucho que andar. Cuando nos planteamos escribir el libro, vimos que hay mucho escrito sobre pareja y mucho sobre la separación y el divorcio, pero no hay mucho material sobre qué le ocurre a la pareja cuando tiene hijos y qué pasa además cuando esos hijos crecen. Qué ocurre con esa pareja que parece que no ha vuelto a hablar excepto sobre lo que tiene que ver con los niños, ya sean pequeños, adolescentes o adultos. Qué hago con el extraño que tengo al lado con el que lo último que hablé fue sobre dónde estudia o trabaja el niño. Es complicado a veces.
MTuP: ¿Y cómo afrontan las parejas la paternidad, saben cómo es la persona que tienen enfrente en temas como el colecho, alimentación, si colegio privado o no… sobre la educación en general?
R.RP: Bueno, a mí me encantaría que las parejas se sentaran a hablar antes de tener niños de cuáles son los básicos para la educación de los niños, pero no se puede hacer ni se puede pedir eso a los padres. Y estaría mal porque no puedo generar expectativas sobre un futuro que es incierto. Lo que sí estaría bien es que supieran qué herramientas van a necesitar para tomar decisiones conjuntamente, desde pecho sí o no, si lo dejamos salir hasta la una o antes… ir cogiendo cintura.
MTuP: Las dificultades para conciliar la vida laboral y la familiar tampoco ayudan a la pareja, ¿me equivoco?
R.RP: Ese es otro de los temas que abordamos en el libro. Cuando las parejas van a tener hijos suelen plantearse dividir las tareas y seguir ambos con sus vidas profesionales, pero cuando los niños vienen al mundo quienes suelen parar sus carreras son ellas, salvo excepciones, a veces porque quieren y otras porque no les queda más remedio por lo que en las madres se concentra el desarrollo personal mientras que en los padres lo hace el profesional. Hace unos días veía unas estadísticas que decían que el abandono laboral de las madres no se produce en los primeros años de los niños sino en un periodo posterior, cuando los niños empiezan a demandar que estés en casa, que es en torno a los 8 años.
MTuP: Aunque la demanda, sobre todo física, sea mayor en los primeros años, parece que según crecen los niños, esto de educar se complica.
R.RP: Sí, claro. La demanda que te hace un niño pequeño es más asistencial, también emocional, pero sobre todo asistencial. Ya con 8 años son los deberes, el día a día… Y los niños te piden «estar».
MTuP: Y sobre los deberes, se habla mucho últimamente de la implicación que se pide a los padres en los deberes del día a día con los hijos…
R.RP: ¿Pero te parece mal? No me quiero centrar en los deberes porque ese es un tema aparte, pero sí es cierto que a mayor implicación de los padres, mayor desarrollo del niño. Es verdad que hay una mayor implicación de los padres con todo lo relacionado con los niños; quieren saber qué hacen en el colegio, etc. Y tenemos claro que los padres son una figura clave para el desarrollo del niño. Puede ser que el nivel de exigencia sea muy alto, pero aquí hay tantos padres como situaciones . A mí me encanta el nivel de implicación que tienen los padres con la educación de sus hijos: quieren saber, quieren formarse, me encanta que vayan a escuelas de padres… me parece maravilloso porque eso completa y aporta mucho al desarrollo del niño.
MTuP: ¿Realmente los padres están más implicados en la educación? ¿Y educamos mejor o peor?
R.RP: En general sí percibo más implicación de los padres en la educación de sus hijos, hay un querer hacer las cosas bien. Quizá porque hasta ahora había solo sota, caballo y rey. Ahora sabemos que hay muchas aristas en el tema educativo, tantas como familias. En el medio nos podemos equivocar y no pasa nada porque lo importante es el interés que el padre pone en ella. Y sobre si es mejor o peor, eso lo tendrá que decir la historia. Hay que preocuparse o, mejor dicho, ocuparse. Creo que, en general, los padres están ocupados en la educación de sus hijos. Y además están más formados. Los padres y los niños. Los niños también saben más que nunca.
MTuP: ¿Y cuál es el momento más crítico, el que crea más fricción en la pareja?
R.RP: Ahí no te puedo responder porque eso depende de cada familia. Sí hay un patrón en cuáles son las preocupaciones más comunes según la edad de los niños. La adolescencia es una etapa complicada normalmente, pero no tanto dentro de la pareja sino de la pareja hacia el hijo.
MTuP: Y en cuanto al tiempo, o mejor dicho, a la falta de él, ¿es este el gran enemigo de los padres y de la educación?
R.RP: El tiempo es un handicap, pero hay que analizar porqué… ¿qué capacidad tiene un padre español de pasar tiempo con su hijo?, ¿tiene recursos económicos para suplir el tiempo que no está?, ¿puede dejar de trabajar para estar con su hijo?… Y venimos a la clave que sí es responsabilidad de los padres que es la calidad del tiempo que pasa con sus hijos. Esa calidad pasa por decirle hoy que tiene que acostarse ya, que tiene que comer las judías o que qué bien que has aprendido a atarte los zapatos. ¿El tiempo es un problema? No tener un tiempo todos los días sí es un problema, al menos entre 15 y 20 minutos al día. ¿Y la calidad de tiempo? Esa te la pones tú. Si eres capaz de hacer entender al niño que él es el único y que por eso le quieres tanto, estarás trabajando la autoestima y le habrás dado lo que necesita.
MTuP: Volviendo a la pareja, me ha gustado mucho la parte en la que dais ideas sobre cómo recuperar a la pareja en 1 semana. ¿Qué consejos podemos resumir para retomar la paz en casa?
R.RP: Se refleja muy bien en el decálogo final del libro donde hablamos de las distintas etapas de la paternidad. El cansancio de los primeros años que impide que los padres se dediquen tiempo. Cuando son más mayores y las preocupaciones cambian o porque hace tanto tiempo que no hacemos planes juntos que ya ni me acuerdo… El consejo es aprender a ir sorteando los distintos obstáculos que te vas a encontrar con las distintas situaciones e ir negociando constantemente. Es un constante esfuerzo. Es un trabajo, satisfactorio, pero un trabajo.
MTuP: En qué momento las parejas piden ayuda a un centro especializado.
R.RP: Antes de responderte, debo decir que el libro no va dirigido a parejas que quieren ir a terapia, eso lo quiero dejar claro. Cuando la pareja hace todo lo que está en su mano pero sigue discutiendo sobre el mismo tema y se convierte en el día de la marmota, en una dinámica que empeora. No resuelvo pero me quejo, grito y sufro. No solo uno, sino los dos. En ese momento es cuando es genial que la pareja busque ayuda. Cuando creen en su proyecto en común, se quieren, pero se encuentran encallados en un mismo problema.
MTuP: ¿Cómo animarías a los lectores a leer el libro, por qué se lo recomiendas?
R.RP: Les recomiendo que lo lean por sus parejas, por esas medias naranjas que nos completan, como decimos en la dedicatoria.