Cuando Súper Ju tenía 3 años (ahora tiene 4) empezó a insistir con ponerse vestidos porque me decía que “las princesas sólo usan vestidos y no pantalones”. Empecé a pensar entonces en el importante condicionamiento social que ella recibe, y recibirá día tras día, en su entorno inmediato: las niñas son princesas y deben ser y vestirse como ellas. Me imaginé las conversaciones que había tenido con algunas de sus compañeras sobre ese tema. Hasta entonces en casa habíamos leído muy pocas historias, y menos aún visto películas, de princesas. Ha pasado un año y algunos meses y ella ya no reitera el binomio vestido- princesa pero de vez en cuando surge en nuestras charlas la idea que tiene de las princesas.
¿Cómo se van construyendo los estereotipos de género en nuestras niñas?, y ¿cómo llega a insertarse en sus imaginarios? Uno de los más fuertes componentes en la construcción de estos modelos de feminidad es la enorme lista de cuentos infantiles clásicos y, ya se ha dicho, las películas de Disney que retratan una imagen de mujer, en la mayoría débiles, con necesidad de ser rescatadas y salvadas. En conclusión, en muchos casos mujeres pasivas que esperan la llegada del príncipe azul. Por suerte hay excepciones también en Disney que han cambiado radicalmente la figura de la princesa clásica, como Brave.
Tratando de encontrar alternativas a este modelo encontré literatura infantil muy interesante que desmitifica estas imágenes (que espero contar en otra entrega) pero en cuanto a cine hallé un maravilloso tesoro: las películas de animación japonesas del estudio Ghibli. El artífice de las más hermosas producciones de este estudio es el director Hayao Miyazaki. En su prolífica producción destaca el protagonismo de niñas (lo que constituye un enfoque diferente de la infancia en el cine) y también mujeres sobre las que giran las historias que se cuentan. Se tratan de niñas y mujeres fuertes y valientes que luchan por superar sus circunstancias y situaciones difíciles. Algunas de sus historias pueden tratar de relaciones románticas pero no se centran en ellas sino en resaltar más el valor y poder de la amistad entre los personajes.
Otro elemento es la no existencia de esa segmentación, a veces tan dañina, de personajes buenos y malos en las historias. Si bien hay personajes que a veces no actúan correctamente las mismas historias demuestran sus contradicciones y uno termina por comprenderlos. Sumada a estas características está la enorme importancia que se da a la naturaleza, quien se constituye en algunos casos en un personaje más, al que hay que respetar y cuidar.
Puedo mencionar 4 hermosas películas de Miyazaki que hemos visto más de una vez, aunque hay muchas historias más de Ghibli que valen muchísimo la pena ver:
El castillo ambulante es una declaración de independencia y valentía de la protagonista de la historia: Sophie. Cuenta que ésta tiene que enfrentar una serie de obstáculos para liberarse de un hechizo que la ha convertido en una anciana. Aquí hay un guiño a que lo más importante no es la edad sino el espíritu. El telón de fondo es una guerra. Miyazaki, como en otras de sus pelis, aprovecha para transmitir su mensaje antibelicista. Me puse a pensar tal vez si Ju era muy pequeña para saber de la guerra, pero el acercamiento que hace el director es muy preciso, a la vez que normaliza, creo, para los peques esta situación tan difícil. Al respecto Ju me ha dicho que la parte que no le gusta de la peli es la que muestra la ciudad en llamas por los bombardeos aéreos pero el resto le fascina. Y es que hay escenas preciosas. Una de ellas tan simple es cuando Sophie contempla el campo; y disfruta tranquilamente de ese instante. La naturaleza se constituye en un refugio ante las adversidades. Mención especial es la animación que está muy lograda. En esta peli el personaje de la bruja del páramo le sirve a Miyazaki para retratar ese perfil de personaje contradictorio, que a veces puede cometer maldades pero que durante el transcurso de la película se redime. ¡Una película preciosa! Ju la ha visto 3 veces ya, y me parece que es su preferida.
Mi vecino Totoro. Fue la primera película que vimos de Ghibli y nos encantó a toda la familia. Es una historia que cuenta la historia de dos niñas Mei, de 5 años, y Satzuki, con 11 años, que se mudan con su padre al campo, y que tienen a la madre enferma en el hospital. Allí encontrarán a personajes de la naturaleza increíbles, entre ellos Totoro, el dios del bosque con el que vivirán insólitas aventuras. Para mí, entre otras cosas, la situación de la ausencia de la madre que viven las niñas, y la inquietud por su salud, introduce un episodio que creo que podrían servir para que los niños procesen una situación a la que pueden enfrentarse. Julia me ha dicho que le da pena que la madre no esté con ellas. Adicionalmente la naturaleza cobra vida a través de la vegetación, la luz, el agua, entre otros elementos. Algo que creo ella aprecia. A mí me ha inspirado para hacer más salidas al campo y disfrutar de la naturaleza.
Ponyo en el acantilado. Esta película trae reminiscencias al cuento de la sirenita pero va más allá. Retrata la historia de Ponyo, una niña pez, quien decide luchar por convertirse en humana y de su amistad con Sosuke. Como ya lo dijimos el valor de la amistad, y su poder, es también una característica del cine de Miyazaki. Hay una relación romántica en ciernes pero no es el foco del relato. Su padre se opone a la voluntad de Ponyo pero no lo hace por maldad. Lo hace porque quiere protegerla del mundo de los humanos. Y es que en esta película hay un claro mensaje ecológico: los humanos contaminan los mares. La naturaleza se manifiesta también en un personaje, la madre de Ponyo.
También está la película Nikki, la aprendiz de bruja. Se trata de la historia de una pequeña bruja, de 13 años, que como parte de la tradición debe vivir lejos de su hogar para continuar con su aprendizaje de bruja. De esta manera Miyazaki nos habla de cómo la joven enfrenta sola una nueva etapa y sus cambios, en este caso en un lugar que no es del todo amistoso. Nikki con determinación y valentía afrontará su nueva vida, las venturas y desventuras. Hay referencia al amor pero no es lo más importante. Es preciosa por lo que cuenta y por la animación tan lograda.
Un ingrediente más en este rico repertorio de características es la música que acompaña a las pelis. Uno de sus colaboradores más frecuentes es Joe Hisaishi quien parece ser su dupla perfecta porque aporta un preciosismo musical que sintoniza y suma más a las historias.
Como dije anteriormente hay muchísimas más películas del estudio Ghibli pero aquí tenéis un adelanto. Son películas hermosas que te remueven y te enriquecen. ¡Súper, archi, recomendables!
Precisamente hablando de la necesidad de modelos alternativos a las historias de princesas la colección Érase dos veces, de la Editorial Cuatro Tuercas, replantea algunos títulos de literatura infantil como La Bella y la Bestia, Blancanieves o La Sirenita, entre otros, dejando al margen el sexismo o la desigualdad por ejemplo. Una propuesta que promete. Aún no los he leído pero espero hacerlo pronto y contaros.
Sheila, qué buenas películas has recomendado, en especial las de animación japonesa que tienen personajes femeninos muy ricos. Espero que en otra entrega nos puedas hablar de la literatura infantil que mencionas, aquella que desmitifica la idea de princesa.
Gracias Liliana! Trataré de escribir pronto sobre algunos libros para niños que reinventan los cuentos clásicos y de literatura infantil con historias renovadas en las que las chicas son las protagonistas con su fuerza y valentía.
Sheila, muy interesante tu artículo, felicitaciones, espero seguir leyéndolos.
Saludos,
Tu tio Ju
Gracias tío Julio (El eterno niño Julio). ¡Las pelis de Miyazaki son preciosas! Tanto para niños como para mayores, así que no hay excusa para no verlas. Un abrazo muy fuerte!
Hermosa propuesta! Vimos la bruja aprendiz bellísima! Buscaré las otras… gracias!!!
¡Hola Noemí! Me alegra que te sea de utilidad el post. Sí, la aprendiz de bruja es una preciosa película, como todas las de Miyazaki.