Ya sabéis que somos muy pro-teatro. Y desde que los peques son muy pequeñines. Por eso os dejamos nuestros 10 motivos para ir al  teatro con bebés de 4 meses en adelante:

1. Porque no, no son demasiado pequeños.
2. Porque alucinan y su mirada se transforma.
3. Porque es una de las pocas experiencias culturales que respira ternura por cada poro. Nada se parece a ver una obra con tu bebé en tu regazo.
4. Porque comentar la obra, por una vez, está bien visto.
5. Porque los montajes para bebés son delicados, suaves, dulces y despiertan sus sentidos. En definitiva, merecen la pena.
6. Porque los peques conocen un nuevo concepto del espacio, de los colores, de las formas. Aprenden.
7. Porque pierden el miedo a espacios oscuros, diáfanos y desconocidos. Les ayuda a crecer.
8. Porque nos ayuda a conocer mejor a nuestros peques: ¿se asustan?, ¿se ríen?, ¿identifican bien distintos personajes?, ¿se dejan llevar por la historia que les cuentan perfectos desconocidos o se muestran reacios?
9. Porque si llora o se pone nervioso, no pasa nada. Estamos entre amigos y con actores que han visto todo tipo de reacciones. Relájate y disfruta.
10. Porque es una experiencia única. De verdad.

Aquí podéis conocer algunos de los montajes que actualmente pueden verse en los teatros madrileños.

¿Y tú qué opinas? ¿Añadirías alguna razón más para disfrutar del teatro con los polluelos más pequeños?

¡Si habéis ido a ver alguna obra que os ha gustado especialmente, contadnos!