Rememoro esta época del curso hace mucho tiempo, cuando yo estaba en el instituto. A punto de terminar las clases, con 14 o 15 años, andaba a estas alturas nerviosísima porque a finales de junio me iba, por primera vez, un mes entero fuera de casa, a Irlanda, a vivir con una familia desconocida y con un montón de «niñ@s» que no había visto nunca. Llevaba años insistiendo a mis padres, pero la respuesta siempre era la misma: «eres demasiado pequeña». Me preguntaba una y otra vez porqué no me dejaban, porqué les costaba tanto «fiarse de mí». Pero yo estaba decidida a seguir insistiendo hasta lograrlo y, de repente, aquel año lo conseguí sin saber cómo. Ahora que soy madre, entiendo todas las dudas, las reticencias, que van más allá de la confianza hacia el hijo.
Al llegar a la recta final del curso y con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, muchas familias buscan la mejor opción para que sus hijos disfruten de un campamento de verano en el extranjero. Ante este proceso se plantean muchas dudas para escoger el más adecuado, este era sin duda uno de los motivos que frenaba a mi familia. Hasta que no tuvieron conocidos de confianza que les hablaron bien de un programa, no se lanzaron a informarse y, finalmente, a decidirse.
Hoy, por suerte, tenemos las nuevas tecnologías para ayudarnos a conocer muchas empresas especializadas y a sus responsables y hemos querido resolver algunas de las dudas más frecuentes de la mano de una de Pablo Parera, responsable de producto especializado en campamentos de la empresa de educación EF Education First que cuenta cono programas de idiomas y campamentos de verano en el extranjero:
Mamá tiene un Plan_ ¿Cuál es la edad recomendable para enviarles?
Pablo Parera_ No hay una edad recomendada para enviar a tu hijo al extranjero, pero si una verdad: Cuanto más pequeños son, mejor absorben el idioma y por tanto más provecho sacan a la experiencia en términos de aprendizaje. Además, tenemos comprobado por las evaluaciones de nuestros estudiantes, que los cursos mejor evaluados son los junior (8-13 años). Por lo que animaría a los padres a que envíen a sus hijos al extranjero en esas edades. Durante la etapa escolar, es cuando más tiempo disponible y menos obligaciones tiene un niño, por lo que es la oportunidad perfecta para que hagan este tipo de actividades formativas.
MYuP_ ¿Con cuánta antelación deben los padres empezar a escoger un campamento de verano?
Pablo Parera_ Cada vez más en España nos encontramos que la demanda por este tipo de programas se anticipa. Algo propio de Centro Europa o Países Nórdicos ya que ellos incluso reservan su plaza un año antes.
Año tras año vamos creciendo en ventas durante el primer cuatrimestre escolar. Esto es así por diversas razones. En primer lugar, disponibilidad de destino, que en nuestro caso además, ofrecemos la flexibilidad de cambio que el cliente necesite hasta el mes de Enero sin coste alguno. En segundo lugar, mejor precio garantizado, ya que es cuando mejor precio podemos ofrecer.
Por tanto, recomendaría que si una persona tiene claro que quiere enviar a su hijo al extranjero, haga la reserva entre octubre y diciembre ya que todo son facilidades.
MTuP_ ¿Cómo deberían actuar en caso de que el niño quiera volver del campamento?
Pablo Parera_ En caso de que el estudiante quiera volver del campamento antes de tiempo, los padres deben informar a su oficina local EF para que nosotros hagamos las gestiones oportunas con nuestra escuela en destino, vuelos, monitor y traslados.
De esta forma aseguramos una vuelta segura y planificada.
No hay que olvidar que son menores de edad y según qué aerolíneas no aceptan que vuelen solos, por lo que recomendamos que los padres revisen las condiciones de la aerolínea. En su defecto, EF puede gestionar el vuelo.
MTuP_ ¿Aconsejarías que los padres les visiten?
Pablo Parera_ No aconsejaría que los padres visiten a sus hijos durante su estancia en el extranjero ya que rompe con la dinámica de grupo establecida. Forma parte de la experiencia que convivan con otros niños/as de diferentes culturas, en un entorno diferente al habitual donde ellos son los protagonistas y viven intensamente el día día con su grupo. Al fin y al cabo son 2, 3 o 4 semanas fuera donde los niños conviven y realizan todo tipo de actividades estableciendo vínculos emocionales muy fuertes entre ellos que hace que cuando la estancia finalice, aquellos estudiantes que han conocido de otras nacionalidades o partes de España se hayan convertido en sus mejores amigos y la experiencia en sí sea inolvidable para ellos.
MTuP_ ¿Cuáles son las ventajas para el niño y para los padres de los campamentos de verano en el extranjero?
Pablo Parera_ Estudiar un idioma en el extranjero, no solo te da la posibilidad de mejorar tu idioma sino que además como experiencia personal en esta etapa educativa, te ayuda a valorar las cosas que tienes, a explorar otras culturas, a abrir tu mente al mundo y a convertirte en un ciudadano global, que al fin y al cabo es la tendencia hacia dónde vamos y en lo que el día de mañana nos encontraremos en nuestro día a día.
Aprender idiomas hoy es un “must” ya que te ayudará a ser más competitivo y multicultural en el futuro.
En el caso de los padres, el hecho que sus hijos realicen campamentos de verano en el extranjero les ayuda en la educación de sus hijos, a que éstos salgan de la “burbuja” en la que están y vivan la “realidad” dentro de un entorno controlado y que vivan una experiencia muy bonita que recordarán durante toda la vida.
¿Y vosotros, como padres, qué pensáis? Hace tiempo hablaba con una mamá con gemelos de 4 años que me decía que sus hijos lo pasarían de maravilla si se fueran unos días fuera de casa. A mí me parece pronto (quizá más para mí que para ellos) pero es cierto que hay programas para niños así de peques… ¡por algo será! ¿Qué opinais?
Gran artículo! Mi mejor experiencia con mis hijos respecto a los campamentos han sido los de aprendizaje lingüístico, en los que han aprendido idiomas de manera práctica y divertida.
El próximo verano mis hijos de 14 y 12 años irán a pasar el verano a un campamento en Irlanda. Es el primer año que se van tan lejos. Antes había estado en algún que otro campamento, pero aquí en España. A mi, particularmente, me da cosilla enviar tan lejos a unos niños más pequeños, por eso hemos esperado a que el pequeño tuviera 12 años para enviarles a los dos. Esperemos que la experiencia sea buena y el año que viene quieran repetir.