A todos los niños les encanta sentirse mayores, ¿a que sí? Y como dice mi madre… «ya se cansarán»… pero a lo que íbamos: hoy os quiero proponer un reto. Hoy quiero proponeros que dejéis que vuestros peques se sientan grandes haciendo algo tan sencillo, tan cotidiano y que han hecho tantas veces como (redoble de tambores): HACER LA COMPRA.
Llevaba tiempo dándome cuenta de que mi hija (5 años) quería cada vez más poner su granito de arena cuando íbamos al super. De repente, ir sentada en el carro (dentro para evitar compras indeseadas) ya no era suficiente y se dedicaba a opinar constantemente: «mamá, no compres eso, que es peor que el de al lado, ¿no te has dado cuenta de que el de la caja roja es mejor?». En la mayoría de los casos eran solo palabras, lo decía por replicar comentarios, por inventar frases de mayores, por hacerse la importante… pero de repente, en un de esos comentarios las frases que ella repetía no eran las mías sino las de los anuncios de televisión.
Antes de seguir, os tengo que decir que no, que este post no es pagado, que ninguna de las marcas que nombraré han pagado un euro por aparecer en estas líneas. Así que reitero: ESTE POST ES COMPLETAMENTE REDACCIONAL, NO HAY NINGÚN INTERÉS COMERCIAL NI PUBLICITARIO DETRÁS. Lo único que busco con este post es que reflexionéis, como he hecho yo, sobre el poder de la publicidad en nuestros hijos porque los niños ven la publicidad de juguetes, pero también de otras muchas cosas. Y si no, seguid leyendo.
Dicho esto, y con la conciencia tan tranquila, prosigo: En aquella compra, un poco harta de los comentarios y críticas a cada producto que metía en el carro le dije que no se preocupara que la próxima compra la haría ella enterita. Tal fue su emoción que no pude decir que no.
A los pocos días (porque no sé si os pasa a vosotros pero por muy grande que sea la compra, no pasamos más de tres o cuatro días sin pisar de nuevo un supermercado, qué hartura, por favor!) llegó el momento y le di las normas (que si no, podíamos acabar haciendo una locura con la tarjeta de crédito): como mucho 10 artículos y siempre que mamá lo aprobara. Y, para completar, le pedí que me diera el motivo por el que compraba eso y no otra cosa.
Y así, sin más, con una cesta con ruedas y mucha energía, entró la peque a la tienda. La primera, sin titubear, mirando de arriba a abajo cada pasillo. Aquí sus productos seleccionados:
- Toallitas Dodot. «Porque se nos han acabado».
- Cola Cao. «Para empezar el día con energía». Y sigue dando sus razones con la música del anuncio de la tele.
- Vanish Gold (sí, yo también flipé): «Para que puedas limpiar hasta las manchas más difíciles sin frotar, basta con que pongas unos polvitos mágicos con agua encima de la mancha, esperas y no tienes ni que meterla en la lavadora». Cuando vi el anuncio (en Clan) entendí porqué decía tooodo esto.
- Galletas Tostarica. «Porque están buenísimos estos Minions».
- Limpiador Las Tres Brujas. Porque «me gustan mucho esas brujas de la botella que no parecen malas ni nada… ¿verdad que no son malas?».
- Yogures de Danone. «No podemos dejar aquí solos a todos estos pitufos» (los personajes de los pitufos estaban en el envase). Curioso que coja estos que son de muchos sabores cuando ella solo come de fresa…
- Huevos Kinder. «Porque está muy rico y siempre tiene sorpresa».
- Chocolate Nestle. La tableta clásica con leche. «Porque es el único chocolate que me gusta».
- Agua de Fontvella con los personajes de La Bella y la Bestia en la botella. Además tenían el personaje que le faltaba para completar la colección así que no podía estar más contenta. La razón: «porque a Bella no la tengo!!».
- 1 cupachups de fresa. «Porque está riquísimo», me dijo y añadió: «qué pena que no pueda coger una cosa más, te cogería un chupachups a tí también».
Ahí lo tenéis. El consumo exacerbado de una niña de 5 años requeteamante del dulce y con cierta preocupación por la limpieza.
Desde aquel día presto más atención a los anuncios de la tele porque me doy cuenta de que muchas de las cosas que eligió no eran tanto porque le gustan sino porque las tiene en la cabeza.
Fijándome más me he sorprendido viendo que algunas marcas hacen una verdadera apuesta por el canal infantil, como si todas las madres llevaran a sus hijos a hacer la compra y les dejaran decidir, como hice yo aquel día. Lo entiendo con algunos de estos productos, pero los de limpieza, por ejemplo, me han sorprendido bastante.
Otro día me sorprendió recitándome el texto del anuncio de Filvit hogar, para quitar los piojos de sofás, muñecos, etc. Nunca he visto el anuncio. Evidentemente, ella sí. Para alucinar.
¿Qué os parece? ¿Os animáis a dejarlos hacer la compra a ellos? Si es así, contadnos por qué productos se decantan, ¡será un placer leeros!