Ultimamente leo muchas cosas interesantes en revistas, posts y grupos en redes sociales en las que los padres piden consejo para decorar de una manera vistosa, elegante y divertida las habitaciones de sus hijos, tanto dormitorios como espacios de juego. 

Da color con vinilos adhesivos

Si algo he intentado en la habitación de mis hijos es que sea una zona personalizada para ellos, que les guste, donde se sientan cómodos. En el caso de mis peques, cada uno tiene un vinilo adhesivo de su serie favorita. Me decanté por esto porque, sinceramente poner clavos se me da fatal, no tienen esquinas, lo pueden tocar sin que se caiga ni se les venga encima… me sentía más segura con un vinilo que con otros elementos de decoración. Además son económicos y se pueden quitar sin problemas.

Aunque los colores son más fuertes de lo que me gustaría (también soy muy de blancos y tonos pastel), debo decir que queda muy chulo cuando lo combinamos con la colcha de los mismos personajes. ¡Parecemos un parque temático y… les encanta! Cuando tienen el conjunto son felices, se van a dormir encantados porque están con «sus amigos», con los superhéroes que tanto les fascinan.

Algunos padres amigos me preguntan si no les «despierta» tener un elemento que les gusta tanto en la habitación de dormir y lo cierto es que no… para nosotros fue una estrategia fundamental para conseguir que empezaran a dormir en su cuarto, en sus camas y solitos. Una liberación porque 4 son multitud en una cama de 1,50 con, sobre todo cuando dos se mueven como lagartijas tooodo el rato.

En la misma página donde compré los vinilos había otros que se pueden pegar a la pared y que simulan ventanas que van a dar a mundos mágicos y maravillosos. Ideales si tenéis espacio y no mucho mueble. A mí no me cabían 🙁

Y otros preciosos para habitaciones de juego donde pueden estar a la misma altura que sus personajes favoritos. ¡Me encantan estos de Peppa Pig en los que parece que la han invitado jugar a casa!

Creaciones propias

Además de estos elementos que se convierten en protagonistas de la decoración (por eso no creo que debas poner más de uno o dos por cada habitación), otra de mis debilidades es crear pequeños rincones con sus creaciones.

Mi marido me acusa de convertir la casa en las paredes de un colegio. Colgamos trabajos del cole y los espontáneos que nos gustan especialmente, les doy medallas de papel al «mejor hij@» cuando se portan súper bien en situaciones complicadas, les hago un corazón por San Valentín… y atesoran esos regalos como yo los suyos en distintos rincones de la casa. Son cosas que llevan muy poco tiempo y nos hacen sonreír cada vez que las vemos.

Por supuesto, también pegan a la pared sus creaciones favoritas, las que más han trabajado y de las que más orgullosos se sienten. Hace no mucho, a raíz del árbol genealógico que hicieron para el cole, mi hija hizo un retrato de cada miembro de la familia ya fallecido y lo colgó delante de su escritorio para «que estén siempre aquí», como me dijo ella. Incluso las mascotas. Todos tienen su espacio.

Otros detalles

Un carro de manualidades no es decorativo, la verdad, pero es muy práctico y ayuda a que el niño lo tenga todo a su alcance, igual que los libros que también soy partidaria de ponerlos en estanterías a ras de suelo. En casa los ponemos como se ha hecho siempre, de canto, lo que no ayuda a que los cojan cuando son bebés, pero las estanterías tipo Montessori creo que tienen poca capacidad (o quizá tengamos demasiados libros, también tendríamos que considerarlo). Para mis hijos nunca ha sido un problema que el acceso fuera un poco más complicado. Sacaban todos y listo. ¡Ya los colocábamos después juntos!

Colchones o suelos acolchados en las zonas donde más juegan (ya sean fijos o de poner y quitar cuando se utilicen) y espejos a su altura son otros elementos básicos para los primeros años que no sabría si catalogar como decorativos o de desarrollo…

Y detalles, muchos detalles que lo hagan todo más suyo: una pegatina divertida en un marco de fotos con una imagen de cuando eran bebés, algún dibujo suyo enmarcado en medio de cuadros «de mayores»…

De nuevo no todo el mundo está de acuerdo en que la casa se «infantilice» tanto… Yo, definitivamente, sí. Si mi casa la habitan ellos… tiene que ser suya tanto como de los adultos. ¡Y me encanta que aporten su granito de arena en la decoración!