Hoy vamos a haceros una recomendación, si vosotros y vuestros hijos sois amantes de la buena magia: el espectáculo de Magia Majara. ¡No os lo podéis perder! Nosotras estuvimos viendo a estos tres chicos el otro día, en el Teatro Arlequín de Madrid y nos encantó su frescura, su cercanía, su humor y, por supuesto, su maestría con las manos.
Fui con mis niñas y con una amiguita de ellas -4, 7 y 11 años- y, desde el principio del espectáculo, se notó que la tónica iba a ser la colaboración constante con el público. Cada uno de los componentes de Magia Majara (Germán, Elena y Julio) realiza su parte por separado, pero todos ellos bajan en cada número a sacar a una persona del respetable (niños y adultos, indistintamente), por lo que logran atrapar la atención de los peques en todo momento. Y, claro, las palabras mágicas también las recitábamos al unísono todo el público a gritos: “¡Magia Majara, Pata de Cabra!”
Durante la función, los niños alucinan con números que van desde los tradicionales aros metálicos que se enlazan, hasta otros mucho más novedosos con cartas y frutas -éste lo tenéis que ver en vivo y en directo, no se puede contar. Solo os diré que un pomelo puede dar mucho de sí- o con esposas -de escapismo-.
Durante el espectáculo, cuando cada mago terminaba algún número, Carmen se arrimaba a mí y me decía: ‘sé cómo lo ha hecho’ y, a continuación, me contaba el truco que ella pensaba que el mago había realizado. Cuando hicieron el número de la caja mágica, ella me explicó: “mami, es que la caja esa es especial y tiene doble fondo, así que por eso los objetos desaparecen, pero están detrás”. Y yo pensé, bueno… éste es el típico truco de Magia Borrás, que es normal que la niña conozca. Pero, cuando me explicó el de los aros diciendo que el único aro que el mago no enseñaba a los niños, ni daba a examinar, era el que tenía una pequeñísima abertura y que por ahí se unían, le pregunté “¿y tú como sabes eso?” a lo que ella me contestó: “mami, por los vídeos de magia de YouTube”.
Pero conforme avanzaba el espectáculo, Carmen iba teniendo menos claros los trucos, porque la magia se iba complicando. Hasta que, con los últimos, se quedó con la boca abierta afirmando: “es imposible, ¿cómo lo ha hecho?”. Me quedé un poco alucinada con este afán de la niña por explicar cada truco. Recuerdo haber visto espectáculos de magia a su edad, y nunca busqué los trucos, ni traté de explicarlos. ¿Será porque ahora con Internet, los niños tienen todo un mundo a su alcance? (siempre con los límites lógicos, claro). ¿O será porque están mucho más estimulados de lo que estábamos nosotros? En fin… Pilar, por supuesto, no daba crédito a lo que sus ojos veían. Además, creo que es un poco pequeña para entender este tipo de espectáculos de magia, pero bueno, habrá niños para todo.
Sin embargo, lo mejor del espectáculo fue el humor, adaptado a niños y con guiños a los adultos. Siempre existe mucho margen para el sentido del humor e incluso para la improvisación, cuando el público colabora y sale al escenario y estos tres magos saben utilizar esta baza y hacer reír de verdad a la gente. Porque los más peques se divirtieron mucho, pero los mayores también nos lo pasamos pipa.
Lo dicho, que recomendamos este plan como apto para toda la familia, para mayores y pequeños. Si quieres ver en acción a Germán, Elena y Julio, puedes entrar en www.magiamajara.com, donde podrás ver sus próximas actuaciones y saber un poquito más sobre ellos.