La búsqueda de la Luna nunca fue una misión tan divertida. Y todo gracias Tararí y Tantán, que desde el escenario del Teatro Luchana, nos invitan a emprender una aventura donde público y actores viven momentos mágicos e irrepetibles. ¿Qué es para ti el teatro? No sé si alguna vez te has hecho esta pregunta, pero para mí teatro siempre ha sido sinónimo de magia. Cómo alguien como tú, que puede ser esa persona con la que acabas de bajarte del autobús o con la que has coincidido en la barra de un bar, se puede poner enfrente de ti y, con sus gestos, sus movimientos o su expresión de la cara, puede transformarse en alguien totalmente diferente y hacerte viajar a un mundo de ensueño. Algo parecido volví a sentir este sábado junto con mis hijas de 6 y 2 años al asistir a la obra de teatro Tararí y Tantán. Entrar en una sala medio a oscuras, en la que las paredes estaban pintadas de negro y donde solo había un fondo blanco de dos metros de ancho y dos de largo, y que de repente con el juego de luces de colores y la presencia de dos actores-clowns colarnos sin querer en la ardua misión de encontrar a la Luna.
¿Y qué hace que Tararí y Tantán, además de mágica, sea diferente?
Sus canciones, bastante pegadizas, con letras muy sencillas y estribillos que se repiten varias veces para que niños y adultos las interioricemos y seamos capaces de tararealas con ellos. Sus actores, entregados durante los 50 minutos que dura la función a su respetable, y multidisciplinares, dominando las técnicas de clown, de la actuación e, incluso, atreviéndose a cantar en directo. Su puesta en escena, apoyada en todo momento por un juego de luces que nos hace viajar de la noche al día, y por unos efectos sonoros que nos sumergen en el fondo del océano. Sus diálogos, su argumento, su vestuario, su atrezzo… ¡tantas cosas!
Lo mejor está al final cuando Tararí y Tantán… , pero no diré más porque no quiero hacer spoiler y porque quiero que seas tú quién lo vea con tus propios ojos. Tienes aún dos funciones en este mes de mayo (sábado 13 y 27 de mayo) para embarcarte con Tararí y Tantán en la ardua misión de encontrar a la Luna.
Por último, como punto muy positivo para la logística de una familia resaltaría el horario, a las 18.15 horas, que permite a padres y peques comer con tranquilidad, echarse la siesta y llegar sin prisas a la función. Como contrapunto, que aunque está recomendada para niños de 2 a 8 años, quizás estos últimos puedan encontrarlo más infantil.
Por último, no quería dejar pasar la oportunidad de destacar lo sorprendida, para bien, me quedé cuando entré en el Teatro Luchana. El recuerdo que yo guardaba en mi memoria era de su etapa como cine y me ha parecido que, con su transformación en un local multiespacio, ha sabido renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos de manera ejemplar.
Un lugar para tomar algo, para ver una pieza teatral con niños, disfrutar de un espectáculo para adultos o asistir a un buen concierto de música en vivo. Consejo: echa de vez en cuando una mirada a su programación, seguro que algo encuentras que se adapta a ti.
Fui a ver esta obra con mi niño de 2 años y medio. Estuvo super atento todo el espectáculo y cuando terminó no paraba de aplaudir. Esto fué hace un mes y todavía me pide que Le cuente el cuento de los payasos Tararin y Tantan.
qué bien que lo disfrutarais! me alegro muchísimo!