Esta Semana Santa se ha estrenado en cines la película Bikes, una aventura sobre ruedas y no quisimos dejar pasar la oportunidad de disfrutar de ella, aprovechando las vacaciones. Además, mis hijas ya habían visto el tráiler en la tele y me habían demandado ir a verla. Así que nos pareció un plan genial, teniendo en cuenta que la climatología no ha dado tregua para el ocio al aire libre durante estos días. La película es apta para niños a partir de 3 años e incluso para más peques diría yo, si están acostumbrados a ver cine ya que nada más comenzar, les enganchará por el colorido de la cinta.

En esencia la película de Filmax se desarrolla en Spokesville, una ciudad en la que habitan felices las bicicletas. A la ciudad no le falta detalle cuenta con banco, colegios, establecimientos para engrasar las ruedas, ríos y montañas… ¡En Spokesville hay hasta un barrio chino! En esta ciudad vive nuestro protagonista, Speedy junto con sus amigos Montana, Piñón y Gassy -una bomba de aire-. Todos llevan unas vidas felices hasta que un día Rock, el campeón local de carreras, vuelve a su ciudad para presentar el motor de gasolina y convencer a todos de las bondades del mismo. Es entonces cuando Speedy y sus amigos comienzan una lucha para impedir que los motores y los malos humos contaminen la ciudad.

Me encantó el mensaje principal de la película, que apuesta por inculcar a los niños una conciencia medio ambiental de forma divertida y a través de un lenguaje que los más pequeños pueden comprender. El cuidado del medio ambiente y la necesidad de ir cambiando nuestros coches de motores de gasolina por otros de motores eléctricos es un mensaje que la película da de forma perfectamente comprensible para los más peques. De hecho, mi hija Pilar, de 5 años, salió explicándome que deberíamos ir a nuestros trabajos y al cole en bici porque con los humos de los coches, “las personas nos ponemos malitas y también los árboles”. Es decir, que la peli dejó su poso en los más pequeños. Prueba superada.

El humor también está muy presente en la cinta. Por supuesto, un humor para niños más pequeños, con golpes y caídas de los protagonistas y chistes muy facilitos de entender para ellos. De hecho, dos de las personas que doblan a los protagonistas son Anabel Alonso y Carlos Latre y solo escuchando sus voces ya es inevitable empezar a sonreír. Tampoco faltan los guiños irónicos para los más mayores, por ejemplo, una de las bicis más interesadas en que se vendan motores de gasolina es la dueña del banco, muy ambiciosa ella y está hecha de ¡oro! Menos mal que el alcalde de Spokesville es buena gente… Toda la caracterización de los personajes de Spokesville está muy cuidada y los detalles aparecen en todo momento muy cuidados en la cinta. A Carmen y a mí, nos encantó el sabio chino Mr. Chan, el gurú y guía del prota, cuya estética nos llamó la atención por su parecido más que razonable con el profesor Miyagi, de Karate Kid, pero en formato bici, claro.

Las aventuras de los personajes tratando de investigar uno de los misterios principales de la película, que no desvelaré porque no quiero hacer spoiler, hacen que los niños no parpadeen durante la peli y que mi hija mayor se mordiera las uñas en el cine. Eso y la carrera final que nos tuvo a todo el público en vilo con las argucias de los malos malísimos para ganar a toda costa. Pero, como siempre al final, el bien vence al mal y la amistad es la mejor arma para combatir el egoísmo de unos pocos. Y ¿cuál es el mejor indicador para decidirnos a ver una peli al cine? Efectivamente, las nominaciones y premios. Y ‘Bikes’, puede presumir de atesorar dos nominaciones: una a los Goya como Mejor Película de Animación y otra a las Medallas CEC como Largometraje de Animación. No digo más…

PD: no quiero terminar de escribir este post sin haceros otra recomendación. Fuimos a ver la peli a los cines Cinesa de Xanadú a los que, tras la reforma y reconversión en Cinesa Luxe no habíamos vuelto y he de recomendaros la experiencia. ¡Es una auténtica pasada! En la sala solo había seis filas y es normal porque el espacio entre una fila y otra es el triple que el de otros cines, pero lo mejor, sin duda, son las butacas reclinables y con reposapiés. Vamos, que puedes estar tumbada y más cómoda que en el sillón de tu casa y, aún tumbada, queda más espacio en el pasillo. Son anchísimas y comodísimas y cuentan con su mesa supletoria individual para comida y bebida. Todo eso, junto con un bar con todo tipo de comida y bebida y un sonido e imagen mejorados, hacen de Cinesa Luxe otro punto positivo para ir al cine. Creo que, en Madrid, además de los de Xanadú, también tenéis los de Equinoccio.