¿Os habéis preguntado alguna vez, viendo un reportaje de vida marina o de animales prehistóricos, cómo sería estar viviendo ese reportaje en primera persona: nadar entre peces exóticos o pasear entre animales ya desaparecidos? Pues eso vivimos nosotros este fin de semana, en el madrileño WiZink Center con el espectáculo Caminando entre dinosaurios.
Seguro que la gran mayoría habréis visto la película de Parque Jurásico, cómo clonaron a las especies ya desaparecidas a partir del ADN extraído de mosquitos fosilizados en ambar. Pues lo han vuelto a hacer. Por supuesto, no son reales, pero lo parecen. Jamás había visto a dinosaurios a tamaño real, moverse con tanta similitud a lo que hemos podido ver en cine y documentales, con los sonidos tan fielmente reproducidos, interactuando en su propio hábitat con miembros de su misma especie y de otras diferentes. No puedo ni imaginar el trabajo que debe llevar recrear este grandioso espectáculo, ni los ensayos para llevarlo a escena.
Antes de ver Caminando entre dinosaurios, pensaba que me iba a encontrar con escenas de dinosaurios que salían e interactuaban entre ellos, pero que el espectáculo se iba a centrar únicamente en lo minucioso de las reproducciones y los movimientos. Pero nada más lejos de la realidad. El hilo conductor de la representación lo lleva un paleontólogo, que cuenta todo de forma muy accesible para que los más pequeños se enteren de todo: el inicio de la tierra como ‘Pangea’, la división de la misma y la formación de los continentes, el clima y la aparición de las especies, los periodos – cretácico, jurásico, triásico…- y paralelamente va introduciendo a varias de las especies de saurios que habitaban la tierra en cada era. Los diferentes dinosaurios hacen sus entradas de forma espectacular y el experto va describiendo las características de cada uno de ellos, a los que se ve interactuar con miembros de su misma especie y otras, reproducirse, pelearse, cazar y alimentarse… También relata la importancia de los huesos fósiles y de las huellas, que han llegado hasta nuestros días y cómo éstos nos han permitido conocer mejor a estos ‘animalitos’.
Por supuesto, la música, la iluminación y efectos especiales de cada número están perfectamente integrados y cuidados para recrear cada momento, cada ecosistema, cada etapa. No solo nos parecieron impresionantes las reproducciones de cada dinosaurio, sus movimientos y sus sonidos, también lo fue la puesta en escena: el fuego que acabó con algunas especies, las lluvias, el crecimiento de la vegetación, la aparición de las flores e insectos…
Se trata de un espectáculo apto para toda la familia. Los niños más pequeños alucinarán con el tamaño de los dinos, con el nacimiento de las crías de los huevos, con las luchas entre ellos, con los sonidos… Los más mayores, además, aprenderán historia y ciencia de una forma lúdica y divertida y lo que es seguro es que toda la familia, alucinaréis con cada momento.
A mi hija Carmen le fascinó todo. A la salida del espectáculo –porque durante el mismo, no quitó la vista de la función- me comentaba que le encantaron las crías de dinosaurio, cómo iban detrás de la madre como pollitos y cómo rompían en cascarón. Le impresionó cómo los más grandes se comían a los más pequeños. Le encantó la lucha entre dos torosaurios por liderar la manada y cómo a uno de ellos se le rompió un cuerno. Comentamos también las similitudes de muchas especies de saurios, con algunas actuales: la piel de los elefantes, las escamas del cocodrilo, el armazón del armadillo, las patas de los pájaros… Y es que, como bien explicó al final del todo el paleontólogo, aunque se extinguieron a consecuencia de un meteorito, muchos de los animales que hoy conocemos, son descendientes directos de aquellos gigantes que un día, hace millones de años, dominaron la tierra.
Caminando entre dinosaurios, tras su paso por Madrid, estará en Barcelona, en el Palau Sant Jordi, del 29 de noviembre al 2 de diciembre.