Hay espectáculos que hay que ver al menos una vez en la vida. Este es el caso de ‘Circlassica’, que este fin de semana aterrizó en Alcorcón, en su gira por España y, ya que nos lo perdimos cuando estuvo en Ifema, esta vez que nos pillaba tan cerquita de casa, no hemos querido dejar pasar la oportunidad. Y creedme si os digo que merece la pena.
Se trata de un espectáculo representado con mimo y esmero, en el que está cuidado hasta el último detalle, en su estética, su música, su decorado, su vestuario… No obstante, el espectáculo ha sido realizado por Productores de Sonrisas, los creadores de El Circo de los Horrores o El Libro Mágico, entre otros. Y viniendo de ellos, no esperaba menos, porque absolutamente todo lo que hacen tiene el sello de ‘magistral’. Además, el director artístico de ‘Circlassica’ es Emilio Aragón, que sigue haciendo de las suyas, en el sentido más positivo de la palabra. Siempre he sido fan de todo lo que este polifacético hombre ha hecho, desde muy pequeñita cuando me fascinaba Vip Guay y el primer disco que les pedí a mis padres fue el de ‘Cuidado con Paloma’ -que todavía conservo en LP-. Y es que ‘Circlassica’ es un homenaje al circo, en su 250 aniversario y ¿quién mejor para hacer este homenaje que uno de los miembros de la saga Aragón?
Un homenaje al circo con letras mayúsculas, en el que hay trapecistas, malabaristas y equilibristas con números de esos que te cortan la respiración y, por supuesto, payasos. Pero todo ello, como decía, con una estética cuidadísima en cuando a vestuario, decorados, iluminación y música, como si de un circo de los de nuestros tatarabuelos se tratase. Un espectáculo de circo que va mucho más allá y que está perfectamente amoldado para representarse en teatro. De hecho, todos los números de los artistas de ‘Circlassica’ están perfectamente integrados en el hilo conductor del sueño del payaso Nim, que está locamente enamorado de Margot, la hermosa bailarina y desea que ella se fije en él. Afortunadamente el circo tiene cada vez más consideración y más presencia en las artes escénicas de este país y ese es el mejor homenaje que se le puede hacer a este arte.
Pero volvamos a ‘Circlassica’. Cuando entramos en el Teatro Buero Vallejo de Alcorcón y mis hijas vieron ese escenario con ese decorado ya exclamaron “¡mami! ¡Es precioso!”. En el patio de butacas estaban, interactuando con el público, algunos de los protagonistas del espectáculo, entre los que se encontraban los payasos. Una de ellos le hizo a mi peque Pilar un truco de magia a través del cual muchas mariposas de papel de vivos colores aparecían entre sus manos y al soplar, echaban a volar. A partir de ese momento, que fue nada más entrar, los intérpretes se ganaron la atención de Pilar durante las dos horas de espectáculo. Y no es broma, ella tiene las mariposas de colores, como oro en paño, en su mesilla de noche.
Cuando comenzó la función a mis tres pequeñas -una de cinco, otra de ocho y otra de once años- se les iluminó la cara y apenas pestañearon durante todo tiempo que duró. El primer número es el de Margot, la bailarina que tiene robado el corazón al payaso Nim y a nosotros también nos lo robó con esa mezcla de ballet y acrobacia tan pulida y perfecta. Mis hijas, que empiezan este año danza clásica me dijeron “mami, yo quiero ser como Margot cuando sea mayor”. Ya empezaban a soñar despiertas… Es lo que tiene el circo.
Después, realizaron sus números los equilibristas, trapecistas, contorsionistas… Intercalados con la mágica historia de Nim y sus sueños de impresionar a Margot. Un payaso pintor que, en un momento de la obra, sueña con ser Dalí y pintar como él -para mí, ese fue el momento más sublime del espectáculo-, con los cuadros más famosos del pintor, pintados a gran escala en la pantalla y con tal viveza y estética que, al final, los surrealistas animales de sus obras salían de los cuadros con elefantes con largas patas de mosquito de vivos colores fluorescentes que eran habilidosos zancudos. Un deleite para la vista y también para los oídos, pues durante todos los números de los artistas la música en directo de una violonchelista está presente y añade más emoción si cabe, a cada momento.
En cada actuación se podía escuchar un “¡ooooh!” generalizado del público cuando los artistas ejecutaban un salto o una acrobacia. Y se cortaba la respiración con cada ‘más difícil todavía’. Hubo un momento, cuando salieron los contorsionistas e hicieron sus imposibles figuras y acrobacias, en el que Pilar me dijo “madre mía, mamá, lo que están haciendo es muy difícil; fíjate qué músculos”. A mí me entró la risa por el análisis realizado por una niña de cinco años que percibía el esfuerzo de aquel par de virtuosos. Y es que, una voz en off de Emilio Aragón precedía a este número y había dicho algo que se me quedó grabado. Era algo así como “el circo es ilusión, es luces y sueños, pero también es trabajo, esfuerzo y superación”. Y eso se nota en cada número de ‘Circlassica’.
Una amiga mía siempre dice que cuando una película u obra de teatro te hace llorar de emoción y de risa, es una gran obra porque es complicado arrancar, en una misma pieza, ambos sentimientos llevados al extremo. Pues he de confesar que los dos adultos allí presentes nos emocionamos con el final de la obra y se nos saltaron las lagrimillas, pero también lloramos de la risa en uno de los números de los payasos, en el que sacaron a gente del público. Hacía tiempo que no me reía tanto y durante tanto tiempo. Humor para mayores y pequeños, pero del bueno, del que hace que te duela la barriga de tanto reír.
Lo dicho, ¡magistra!. Puedes consultar las próximas paradas de la gira de ‘Circlassica’ y comprar las entradas en su web www.circlassica.es. Y permaneced atentos también a la web de Productores de Sonrisas y a nuestra web porque ¡ya están preparando su nuevo espectáculo!
