Coco es color, magia, sentimiento y… ¡por supuesto! la película de las navidades. Coco es para niños, pero también para mayores. Prepárate para reír y emocionarte. También para llorar y para hacer un viaje a tu pasado y recordar a esos series queridos que un día nos dejaron, pero que permanecen en nuestra memoria. Coco es, simplemente, única.
Antes de empezar a hablaros de que va Coco, de hacer referencia a sus múltiples colores, de destacar su acento mejicano, de presentaros a la familia protagonista y de explicaros la naturalidad con la que conviven en esta historia los vivos con el recuerdo de los familiares muertos, dejadme contaros que al terminar la película, mis hijas pusieron su mirada en mí y señalándome exclamaron: «Estás llorando», mientras que una niña rubia de la fila delante de la nuestra, abrazaba a su madre y le decía: «No estés triste, es una película muy bonita».
Coco no es una película para niños, es una película para la familia sea esta de la naturaleza y condición que sea. Una película que nos acerca, o mejor dicho, que nos muestra de una forma divertida y natural cómo convive la vida y la muerte.
Hemos caído en la costumbre (quizás no del todo correcta) de apartar la muerte de nuestras vidas y de nuestros hijos, cuando es una parte la una de la otra. Y nos hemos olvidado de recordar a los que un día nos dejaron, porque eso nos hace daño, olvidando que si no los recordamos es cuando estos realmente mueren para nosotros, para el resto de la familia y para los que pertenecen a ella desde hace muy poco. Por eso me encanta el mensaje que nos lanza Coco: las historias de los que nos han precedido son parte de lo que somos, nos recuerdan de donde venimos, y contar historias de nuestros antepasados los hace estar más presentes y mas vivos. Olvidarlos es condenarlos a una muerte segura.
Dicho esto, la película esta GENIAL (sí, con mayúsculas). Hay un sueño, el de Miguel, que es llegar a ser un gran músico. Hay una familia, compuesta por la bisabuela Coco, la abuela, el padre, la madre, el futuro bebe y los incontables primos, tíos y vecinos que, lejos de entender el sueño de Miguel (por una historia familiar no resuelta), se lo prohíbe. Pero Miguel no se rinde y corre hacia esa meta que tiene. Es entonces cuando aparece la magia, cómplice del mundo de los muertos, un mundo que no se diferencia mucho del de los vivos, salvo por los colores, más fosforitos y con más magia.
Miguel averigua la verdad sobre su familia, entiende por qué la música no es bienvenida en su casa y por qué su bisabuela Coco recuerda a su padre y las canciones de este. En toda historia hay, por supuesto, un villano y una mascota, Dante, y algún personaje histórico conocido por todos… Una pista: es una famosa pintura mexicana…
Os la recomiendo, y aunque habla de la fiesta del día de muertos, es una preciosa película de Navidad. Os aconsejo verla en familia y, cuando digo familia, lo digo en su sentido más, más amplio.
Una pregunta que me he hice al terminar la proyección: ¿Por qué hemos importado Halloween de los Estados Unidos y no hemos incorporado a nuestra fiesta de muertos las costumbres de México? Yo creo que se parecen más a nuestras costumbres latinas….
Hay una familia, compuesta por la bisabuela Coco