Hace unos días participamos en un taller de Crece Bien que buscaba darnos herramientas para comenzar el curso con fuerza y motivación. Y no solo nosotros como padres y madres, sino también los niños.
Seguramente os ocurra a más de uno: para mí el principio de curso, el mes de septiembre, siempre ha sido mentalmente el inicio de año. El cambio de chip en enero me parece algo forzado por el parón navideño. Me parece más natural el tránsito cuando a este le acompaña un cambio tan brusco de la temperatura del verano al otoño, el cambio de rutina, el comienzo de un nuevo curso escolar que siempre trae aparejados muchos más inicios que el del mes de enero.
Por eso, cuando Sonia, directora de Crece Bien, nos habló de este taller de algo más de 2 horas de duración en el que nos proponía darnos claves para comenzar el nuevo curso escolar fuertes y motivados, y transmitir ese mensaje también a nuestros hijos, me pareció el momento ideal.
Un grupo de madres esperaba con muchas dudas y, sobre todo, con muchas ganas. Ganas que casi se disipan cuando Sonia comenzó con un discurso de lo más desmotivante: «bienvenidas a todas, aunque no sé muy bien si esta sesión os va a resultar útil porque seguro que cuando salgáis de aquí seguís haciendo la mismas cosas de siempre». Un discurso que pronunciaba sin mirarnos a la cara, con la cabeza claramente en otra cosa… Así, con este comienzo, dimos pistoletazo de salida a la identificación de qué cosas no hay que hacer ni decir a nuestros hijos si lo que queremos es motivarles. Os contamos qué hay que hacer:
- Hablarles siempre mirándoles a los ojos.
- Nunca darles mensajes negativos sobre sus capacidades.
- No compararles con otros niños.
- Preguntarles cada día cómo están tomándonos el tiempo de escuchar su respuesta. Parece fácil.
Son los primeros pasos para convertirnos en una mamá o papá-coach. Pero hay que tener en cuenta otros tantos:
- Respetar su espacio. Si un día, o unos cuantos, no quiere contarnos qué tal le ha ido o qué ha hecho en el cole, no pasa nada. También nosotros a veces preferimos no hablar del trabajo.
- Haz que se sienta importante.
- Prueba a quitar entre vosotros barreras emocionales. Hablad abiertamente de cómo os sentís y porqué. Eso le ayudará al niño a hacer lo mismo.
- Orienta a los niños a que vean las metas y las soluciones, no el problema.
- Ten presente que vuestras metas no siempre serán las suyas. Respetad las suyas o orientarles a éstas.
Con estas medidas, a los niños les apetecerá estar con nosotros y encontrarán en sus padres lo que deben tener siempre: apoyo incondicional.
Estas son solo algunas de las claves de la sesión a la que asistimos, pero hay muchas más. No perdáis de vista los talleres y cursos de Crece Bien. Seguro que alguno se adapta justo a lo que necesitáis. Fue un placer vivir esta experiencia y ya hemos puesto en práctica algunos de los consejos. Advertimos: no es tan fácil como parece. ¡Hay que entrenar!