Nos asustamos cuando leemos en el periódico noticias como la de Vanessa, una joven de 17 años enganchada al Whatsapp. Nos parece algo de película, que nunca nos llegará a pasar, pero ¿realmente estamos seguros de ello? Al menos esa es la duda que me ha surgido a mí tras leer Los nativos digitales no existen, libro de Ediciones Deusto en el que se dan ciertas pautas sobre cómo educar a nuestros hijos para un mundo digital. Porque, como se extrae de entre sus páginas: “lo mismo que les pedimos que ordenen la habitación, deberíamos pedirles que tengan sus archivos y vida digital en regla”. Hablamos con Javier Pedreira (Wicho9) y Susana Lluna, coordinadores de este libro colaborativo donde han participado un total de 18 expertos, para profundizar más sobre educación digital.
¿Qué papel tenemos los padres en el buen uso de las tecnologías ?
Javier Pedreira: Los padres somos el espejo de nuestros hijos, aprenden por imitación. En este sentido, es fundamental dar un buen ejemplo en el uso de los dispositivos que tenemos en casa. Si estamos todo el día pendientes de la pantalla del móvil, en la mesa, en los momentos de ocio con nuestros hijos, difícilmente podremos decirles a ellos que no estén todo el tiempo cara al móvil o tablet.
Susana Lluna: Como dice Enrique Dans en el prólogo del libro, muchos padres han usado los dispositivos como «apaga-niños» cuando se necesita un rato de tranquilidad para trabajar, para hacer la colada, o para que se estén quietos en un restaurante cuando queremos disfrutar de la sobremesa. Así, sin darse cuenta, en muchos casos han generado una relación de uso irresponsable con la tecnología que luego difícilmente puede revertirse. Lo que tenemos que hacer es establecer unas pautas de uso de los dispositivos que tenemos en casa, acompañándoles en su uso desde que son bien pequeños para que cuando alcancen la madurez suficiente para utilizarlos en solitario, sepan hacerlo de la manera más ventajosa posible para ellos.
¿Y los profesores e instituciones? ¿Están preparados para educar en un entorno digital?
Javier Pedreira: Todos hemos visto la foto del político de turno con un buen número de pizarras digitales o tablets para «digitalizar» el aula. Pero desgraciadamente, se queda sólo en la foto en la mayoría de casos. Como dice otra de las co-autoras del libro, Anna Blazquez, «introducir el iPad en el aula no sirve de nada si no se forma a los profesores». Pensamos que las instituciones no están preparadas porque no existe un acompañamiento al profesorado que se tiene que ocupar de guiar a los chavales en el aprendizaje. Seguimos, en pleno 2017, con clases de informática en los institutos y colegios cuando el uso de las mal llamadas «nuevas tecnologías» –que ya no lo son porque llevan con nosotros decenas de años– debería ser algo transversal y que se se incorpore a todas la materias. Igual que aprendimos a usar el lápiz en una lecciones específicas para ello –caligrafía– y luego se convirtió en una herramienta que pasó a ser transversal, el uso de las «nuevas tecnologías» debería seguir el mismo proceso. Mientras esto no ocurra, seguiremos encontrando alumnos en primero de carrera que no saben adjuntar un archivo a un correo electrónico, hacer una búsqueda avanzada en un buscador, o utilizar una herramienta colaborativa como Google Docs.
¿Qué aporta internet en la educación de nuestros hijos que les seduce tanto?
Susana Lluna: Existe un debate sobre si los chavales deben llevar o no su smartphone al instituto. En muchas comunidades está prohibido su uso incluso en los espacios de recreo. Pero ¿qué pasaría si fueran educados de casa al instituto sabiendo hacer un uso responsable del dispositivo en clase? ¿Y si pudieran enriquecer la clase con búsquedas de cualquier temática, o cuestionar lo que está diciendo el profesor, o aportar un punto de vista distinto? ¿No sería enriquecedor? Pensamos que la tecnología abre un mundo de posibilidades en la educación de nuestros hijos y afortunadamente en algunas comunidades autónomas la prohibición del uso de móviles y tablets no se aplica en caso de que vayan a ser usados para fines didácticos; es un esperanzador primer paso.
¿Cómo veis el futuro en esta relación a tres: padres-hijos-internet?
Javier Pedreira: En la medida en la que los padres entiendan que es su responsabilidad formarse, interesarse y acompañar a sus hijos en el uso de Internet, será una relación ventajosa tanto para padres como para sus hijos.
Por último, ¿para quién va dirigido este libro: educadores, padres, profesores, expertos en internet…?
Susana Lluna: Este libro va dirigido a padres, profesores, educadores, abuelos, pediatras… a todos aquellos que tengan inquietud por saber en qué mundo vivimos –digital–, cómo va cambiando y qué pueden hacer para entender la relación de sus hijos, nietos y alumnos con la tecnología. Que les abra los ojos sobre lo que saben de verdad los supuestos “nativos digitales” y que descubran que está en sus manos acompañarles en este apasionante mundo que, por suerte, nos ha tocado vivir.
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Definitivamente es problema de ejemplo y de no utilizar los móviles o tablets como modo de distracción para nuestros hijos.
Con respecto al que aprendan a darle un uso responsable en el colegio, volvemos al tema del ejemplo. Los jóvenes no solo aprenden de sus padres, sino de aquellos que forman parte de su entorno social. Si ven que sus compañeros de clase hacen uso desmedido de sus móviles, ellos lo harán por igual.
Soy partidario que no necesitan un smartphone, y menos para ir al colegio. Recuerdo muy bien que antes no teníamos, y ante cualquier eventualidad el colegio, un espacio seguro y controlado, se comunicará con los padres o guardianes legales.
En mi caso, mi niña pequeña cuando tenía dos años se obsesionaba cada vez que veía un móvil, hasta el punto que ni siquiera podía usarlo o intentaba cogerlo a alguien que lo veía en el parque. Encima te esfuerzas por no dejarselo y evitar que se acuerde del móvil, para que un familiar o un amigo se lo deje y entonces te queda destrozada.
Al final decidimos dejarselo de forma gradual (30 minutos al día, o para realizar fotos, o escuchar música, etc…) y ha sido la mejor solución. Hay muchos días que incluso se olvida del móvil aunque nos vea utilizándolo.
Soy consciente que las tecnologías digitales e internet no van a desaparecer y mi hija debe convivir con éllas y es nuestra responsabilidad enseñarle a que haga un uso razonable.
Un saludito
Pilar