Este es mi primer artículo en el blog de Mamá tiene un Plan y estoy encantado de contaros mi experiencia. Hace 7 meses nacía mi primer hijo y estoy descubriendo con él y con ayuda de esta página algunas propuestas sorprendentes y muy interesantes con las que pasar un buen rato en familia y disfrutar de nuevas sensaciones. El teatro, como ya me anunciaba Diana, es un recurso genial al que estoy seguro que sacaremos mucho partido. La obra de la que os quiero hablar hoy, El Ratoncito y los colores de la compañía Kazumbo Teatro, ha sido la primera obra teatral que ha visto mi peque y tengo que decir que me ha sorprendido gratamente la manera en la que la compañía sabe captar su atención durante los 30 minutos de duración. Os cuento nuestra experiencia.
El pasado domingo fuimos a ver Ratoncito y los colores en la Sala de Teatro Bululú 2120, una obra de teatro multisensorial enfocada en despertar la curiosidad de los bebés. Nosotros la elegimos porque estaba adaptada a su edad y habíamos leído muy buenas críticas de la misma y la verdad es que no nos decepcionó.
La puesta en escena nos pareció muy correcta, centrando la atención de los niños en la historia y eliminando todas las distracciones a su alrededor, destacando una escena minimalista y en color blanco.
Comenzamos la obra conociendo a un nuevo amiguito, Ratoncito, un pequeño roedor muy curioso y juguetón, al que le gustan los museos y además ¡quiere ser pintor!
Por medio de la aventuras de nuestro nuevo amigo vamos descubriendo cada uno de los colores desde el blanco de los lienzos que usa para pintar al amarillo de los pájaros por ejemplo, siendo el nexo de unión entre cada color sus ganas de dibujar y usar nuevos colores.
La obra es totalmente interactiva y en cada uno de los colores que vamos descubriendo, interactuamos con diferentes elementos relacionados, en el color rojo descubrimos los globos, con el color amarillo los pájaros, con el color verde las ranas y sin llegar a ser un spoiler… tened cuidado que os podéis mojar con el agua y su color azul. Del mismo modo, la iluminación de la sala y la música va cambiando en función del color que nos acompaña en cada momento lo que ayuda a captar la atención de los bebés.
Al finalizar la obra, los peques se pueden llevar un recuerdo a casa pintando su propio lienzo junto a Ratoncito y compartiendo su sueño de ser pintor y artista, además de poderse hacer fotos con el personaje, lo que me pareció un detalle genial para completar una mañana en el teatro.
Desde mi experiencia, el niño permanece atento a la obra durante los 30 minutos que dura, sorprendiéndose con cada nuevo color y elemento de la historia, disfrutando del teatro y sin terminar aburrido o cansado, que era uno de mis miedos.
Como conclusión comentaros que gracias a Ratoncito nuestro bebé aprenderá más cosas sobre el pequeño mundo que le rodea y que a medida que crece va ampliando sus límites, y es una fantástica oportunidad de pasar tiempo en familia con una propuesta de teatro que le entusiasmará.