Ayer tuvimos la oportunidad de asistir al estreno de “El Lago de los Cisnes” del Ballet Clásico de Cuba Camagüey, en el Teatro EDP Gran Vía. Y digo oportunidad porque tan solo ha venido en otras dos ocasiones a España, desde que se fundara en 1967 y, junto con el Ballet Nacional de Cuba es el único ballet profesional clásico en este país, con lo que, verlos anoche, fue todo un privilegio.
Un total de 32 bailarines en escena que llenaron el escenario del EDP, como si de cisnes en un gran lago se tratara. ¿No es eso lo que han de conseguir los bailarines en esta pieza? Que el espectador los conciba como cisnes, con los movimientos majestuosos de estas grandes aves. El Ballet de Camagüey lo consigue.
Destaca muchísimo, entre todo el elenco, la bailarina principal, Rosa María Rodríguez Armengol, que encarnó anoche, tanto al cisne blanco, como al cisne negro y baila con una precisión que impresiona. Me parece impresionante su capacidad de adaptación, en una misma función, ya no solo para danzar en cada pieza correspondiente a los dos Cisnes antagonistas, sino para interpretar con sus movimientos y su cara, el carácter y personalidad de cada uno, tan diferentes. Parece que en escena estamos viendo a bailarinas diferentes, siendo la misma. ¡Una maravilla!
Por su parte, el bailarín principal, Yanni García interpreta al príncipe Sigfrido y también cuenta con una precisión en sus movimientos impresionante. Destaca mucho en sus bailes individuales, aunque, cuando acompaña a la bailarina principal, queda algo deslucido en los portés.
No es la primera vez que vemos “El Lago de los Cisnes”, aunque siempre lo hemos visto interpretado por ballets rusos y es inevitable llevar a cabo una comparativa, ni para bien, ni para mal, ya que, aún siendo la misma pieza, las raíces tan diferentes de los ballets y de los bailarines, marcan de manera muy diferente las interpretaciones y las versiones. Así, en el Ballet Clásico de Cuba Camagüey, tanto los movimientos de los bailarines, como las coreografías e incluso el vestuario, no tienen nada que ver con, por ejemplo, el Ballet de Moscú, aunque interpreten ambos la misma obra cumbre del ballet clásico. Comenzando por la homogeneidad de los bailarines de los ballets rusos, a diferencia de lo heterogéneo de la fisionomía del ballet de Cuba. También las coreografías del Ballet de Camagüey son diferentes. Sus movimientos son mucho más redondeados y menos drásticos que los de los rusos.
Y, lo que más llama la atención son las diferencias en el vestuario y en los colores del mismo. Por supuesto, los cisnes, cisnes son y el vestuario de éstos ha de ser blanco, con más o menos plumas o más o menos brillos. Sin embargo, el vestuario del hechicero Von Rothbart, cuando toma forma de pájaro, en el de Camagüey tiene vivos colores y brillos y nos recuerda a un ave tropical. Esto mismo sucede con el vestuario de la corte del príncipe Sigfrido.
En esencia, me parece muy necesario, ir a ver a estos bailarines interpretar esta versión de “El Lago de los Cisnes”, en la que encontramos novedades muy atractivas.
Ballet Clásico de Cuba Camagüey y el Maestro Alonso
El Ballet Clásico de Cuba Camagüey lleva más de 55 años llenando los principales teatros del mundo. Es la segunda compañía de ballet clásico fundada en Cuba en 1967, bajo la dirección de Vicentina de la Torre y también contó con la dirección del Maestro Fernando Alonso.
Entre su repertorio figuran más de 250 producciones de ballet clásico, aunque también neoclásico y contemporáneo: “El Lago de los Cisnes”, “Cascanueces”, “La fille mal gardee”, “Coppelia”, “Don Quijote” o “Giselle” y “Carmen”, que fueron las representaciones de las dos anteriores giras en España.
La obra de Fernando Alonso es la historia del ballet cubano. Fue el fundador de la primera compañía de danza clásica profesional del país y de la escuela cubana de ballet y su metodología. En los años 30, los hermanos Fernando y Alberto Alonso se marchan al extranjero porque los estudios de ballet de Cuba no tenían fines profesionales. En Nueva York, Fernando coincide con muchos de los más importantes maestros, bailarines y coreógrafos del momento. Sus experiencias en el Ballet de Mordkin, el de Caravan y en el Ballet Theatre le fortalecieron como bailarín, como también lo hizo su paso por las comedias musicales de Broadway. Se casó con Alicia Alonso y tuvo una única hija, Laura. Ellos tres formaron la famosa trilogía Alonso y fundaron en 1948 la primera compañía profesional de danza en Cuba: el Ballet de Alicia Alonso, que más tarde pasaría a llamarse el Ballet Nacional de Cuba. Además, la necesidad de bailarines propios que nutrieran el Ballet, obligó a la creación de la academia, en 1950. Es en 1975, con la separación de Alicia, cuando el Maestro toma la dirección del Ballet de Camagüey, aplicando el modo de hacer del Ballet Nacional, con los que el de Camagüey elevó su nivel a un rango internacional.
El Lago de los Cisnes
El Lago de los Cisnes nos sumerge en un cuento de hadas en el que la joven reina Odette es víctima del hechizo del terrible brujo Von Rothbart, que la convierte en cisne y únicamente le permite adoptar forma humana durante la noche. El hechizo se romperá sólo cuando un hombre le jure amor eterno. El príncipe Sigfrido se enamora de Odette, pero el malvado hechicero hará todo tipo de trampas para impedir su amor. La que es considerada la obra cumbre del ballet clásico fue estrenada por primera vez en el Teatro Bolsoi de Moscú, en 1875, con música compuesta por Tchaikovsky y, curiosamente, tuvo muy mala acogida. Hasta que no se volvió a reestrenar, 20 años más tarde, no fue considerada la obra cumbre del compositor.
“El Lago de los Cisnes” del Ballet Clásico de Cuba Camagüey estará en el Teatro EDP Gran Vía, hasta el 6 de agosto. Entradas en www.gruposmedia.com.
La verdad es que es una maravilla el «Lago de los Cisnes».
Fui al estreno, estaba el teatro que ya no cabía más gente.
Tosa estupendos.
Quien no vaya a ver a estos bailarines tan espectaculares se está perdiendo algo «impresionante» digno de admirar!!!.