¡Qué bonito, el musical de Los Chicos del Coro! Te toca el corazón desde que comienza la historia. Al entrar en el Teatro La Latina ya se adivina una escenografía potente, con la entrada del internado Fondo de Estanque y una gran verja cerrada. En la primera escena aparece el pequeño Pepinot, sentado sobre su maleta, esperando a sus padres porque vienen a buscarlo el sábado y este es el primer encuentro de Clément Mathieu al llegar a su nuevo puesto de profesor sustituto. Esta primera escena ya te remueve por dentro. Pepinot se gana al público desde el principio.

De inicio a fin la historia te envuelve. Por lo bien contada que está. Por lo bien que empastan el elenco escogido con los personajes originales de la célebre película de 2004. Y también por lo ágil que es la escenografía que, igual te ubica en la puerta del Internado, como dentro de las habitaciones, en el despacho del director o en las aulas de los niños. La música también juega un papel importantísimo, con los temas más conocidos de la película, traducidos al español y otras incorporaciones nuevas que son fantásticas. Todo es un perfecto ensamble que funciona a la perfección para crear un musical de calidad que emociona al espectador.

El fantástico elenco está encabezado por Jesús Castejón, que encarna a Clément Mathieu, el extraordinario sustituto que quiere cambiar la estricta metodología del internado Fondo de Estanque, basada en el lema “acción-reacción- y llevada a cabo por el despiadado director Rachin. El director está magistralmente interpretado por Rafa Castejón; Natalia Millán es la madre de uno de los niños, el solista del coro, Morhange y está espléndida en su papel; Iván Clemente aporta cierta malignidad a su papel de chico conflictivo y cuenta con una voz espectacular; y mi preferido, junto con Mathieu es, sin duda, el tío Maxence, que en la función a la que asistimos encarnó Enrique del Portal y que borda y llena de ternura con su profesionalidad en escena.

El elenco de niños es fantástico. Se mueven como pez en el agua en escena y cuentan con unas dotes interpretativas que impresionan si tenemos en cuenta su juventud. Existen 5 grupos de niños, de entre 6 y 17 años, para interpretar el papel de cada componente, con el sobre-trabajo ensayístico que conlleva preparar a cada uno de los grupos para la función. La voz de los niños es una auténtica pasada. Más aún si tenemos en cuenta que no son profesionales del canto, sino que han recibido una formación vocal desde cero, para dar mayor veracidad a sus papeles en la historia.

Como novedad han querido introducir el papel femenino en el Internado y, aunque pueda parecer que, a priori, no encaja con la historia original, me ha parecido muy bien contextualizado y un aliciente que engrandece la historia. Es el caso de la profesora Langrois, interpretada por Eva Diago, y de las cuatro niñas que, debido a un derrumbamiento en su centro educativo, han tenido que ser reubicadas temporalmente en los colegios de los alrededores, junto con el resto de sus compañeras. Eva Diago protagoniza grandes escenas de humor y de ternura que nos han encantado, además destaca por sus cualidades vocales operísticas.

Las canciones del musical Los Chicos del Coro son una auténtica delicia. Y poder escucharlas en esas voces angelicales supone todo un privilegio. He de confesar que no me gusta que se traduzcan las canciones musicales más conocidas, pero, la traducción de las de esta obra ha sido un acierto, así como lo ha sido la incorporación de otras nuevas.
Desde luego el musical Los Chicos del Coro se ha convertido en un imperdible de la escena madrileña. Una obra para mayores y pequeños que conmoverá y emocionará a todos por igual. Los Chicos del Coro está en el Teatro La Latina. Venta de entradas en www.loschicosdelcoro.es.