Hay pocas cosas que nos gusten tanto en casa como los juegos de plastilina. Además, cuando pasa el verano, mis hijas los cogen con más ganas que nunca. Y, desde luego, la marca que más nos gusta en casa es Play-Doh. Por su amplia gama de juguetes, por la calidad y variedad de los colores de las plastis, por su olor tan rico y por la seguridad que da que no sean productos tóxicos. Esto último, yo lo agradecía mucho cuando mis hijas eran más pequeñitas, ya que se llevaban todo a la boca. Pero como las plastilinas de Play-Doh están hechas a base de agua, harina y sal, no hay problema.

Nuestra última adquisición ha sido el Súper Maletín y la Peluquería de Play-Doh, además de un pack de Slimes de la misma marca. Desde que entró el Súper Maletín en casa mis hijas no han dejado ni un minuto de jugar con él, en su tiempo libre. Les encanta porque es una casita con compartimentos que trae herramientas de modelaje, moldes y plastilinas de muchos colores. Así que se pasan las tardes haciendo figuras de comidas y luego juegan a venderlas; hacen figuras de animales y paisajes que luego trasladan a cartulinas como si fueran dibujos en relieve; elaboran letras con sus nombres… Es un filón lo de los moldes porque se entretienen muchísimo jugando juntas.

La Peluquería de Play-Doh es un juego súper divertido, en el que puedes intercambiar las cabezas de un muñeco sentado en el sillón del salón de belleza y, en función de la que pongas, los pelos (la plasti) le sale de una forma más plana, más redonda, más rizada… conforme aprietas a una palanquita. Por supuesto, las plastilinas son de diferentes y chulísimos colores. ¡Incluso los hay degradados de colorines, que a mis hijas les encantan! Cuando cogen las plastilinas de colores, Pilar dice que va a hacer el peinado de Lucrecia, la cantante. ¡Y es verdad que queda como el de la artista!

Una vez que salen todos los pelos, después de introducir la plastilina por el hueco trasero del muñeco, a las peques les encanta rizar el pelo con las planchas, ponerle rulos, decorarlo o hacerle coletas y, después cortárselo. A Carmen le encanta hacer el famoso “Corte Bob” más cortito por detrás y más largo por delante. Es una manera genial para que los niños experimenten con futuras profesiones y oficios. De hecho, Play-Doh dispone de una amplia gama de juguetes en este sentido, como el Dentista Bromista (DEL QUE TENEMOS SORTEO EN MARCHA, PINCHAD ), la Pizzería, la Cocina o el Horno.

Pero, sin duda, la gran novedad de este año ha sido el pack de Slimes de Play-Doh. ¡A mis peques les fascinan los Slimes desde que hace unos años empezaron a causar furor! Pues bien, los de la marca, además de no ser tóxicos, como sucede con las plastilinas, son de colores chulísimos: tornasolados, fluorescentes… La textura es genial y es más viscoso que los slimes de otras marcas y, además, se elimina fácilmente como sucede con las plastis. Desde que entraron en casa, Carmen y Pilar se pasan el día sobándolos y jugando con ellos.

Los beneficios de jugar con plastilina

Está demostrado científicamente que los juegos con plastilina en los peques tienen grandes e importantes beneficios en su desarrollo motor y cognitivo -una servidora que convive con un maestro, da fe de ello, y desde que mis niñas eran muy pequeñas, la plasti en casa ha estado muy presente y ha sido uno de los juegos principales-.

¿Cuáles son esos beneficios?

• Estimula la creatividad y la imaginación.
• Potencia la concentración.
• Desarrolla la psicomotricidad denominada “fina”.
• Y lo más importante, ¡es divertidísimo!

A mí siempre me han encantado los juegos con plasti y, desde que las niñas son pequeñas, me apasiona sentarme con ellas en el suelo o a la mesa a jugar, al igual que me sucede con todas las actividades de manualidades. ¿Son vuestros hijos también fanáticos de los juegos de plastilina? ¿Os gusta, como a nosotras, jugar con ellos a este tipo de juegos? ¡Contadnos! ¡Ah! Y no olvidéis participar en el sorteo del juego El Dentista Bromista de Play-Doh, pinchando aquí.