¿Os imagináis que antes de empezar en un trabajo os enseñaran a desempeñar vuestras funciones con la mayor eficiencia posible según vuestra forma de pensar y de organizaros? Posiblemente, a partir de ahí, la empresa ganara mucho porque seríais trabajadores más eficientes, aprovecharíais mejor el tiempo y llegaríais con menor esfuerzo a vuestros objetivos, ¿verdad?
A todos se nos atraganta alguna de nuestras tareas de vez en cuando. Hay personas que no hacen ninguna pereza en llevar un listado de tareas pendientes y las organizan sin problemas en la columna de prioritarias o urgente (o en la de fuego inminente que hay que apagar ya sí o sí), otras son especialmente duchas en llevar un excel con información útil, otras se organizan estupendamente con todo en la cabeza sin ningún problema… pero hasta que no nos conocemos, hasta que no hemos trabajado un tiempo en un área concreta, es muy probable que no sepamos por dónde empezar. ¿Recordáis aquellos días de becarios en vuestra primera experiencia profesional? Seguro que teníais esa sensación de no saber por dónde empezar…
Lo mismo les pasa a los niños cuando comienzan a estudiar. Hay edades en las que, de repente, la forma de estudiar importa y mucho. Sobre todo entendiéndola como una forma de conocerse a sí mismo y de procesar la información. Parece lógico pensar, por tanto, que si a los niños les diéramos esas herramientas para estudiar mejor y de forma más eficiente les costaría menos trabajo y ganarían tiempo.
En esto son expertos los psicólogos de los centros Crece Bien, con más de una década de experiencia. Su directora, Sonia Martínez Lomas nos comenta que «no hace falta que haya un problema para aprender a estudiar o profundizar en Inteligencia Emocional, lo que buscamos es que el niño saque el máximo partido a su tiempo de estudio y ponga en marcha herramientas concretas para conseguirlo».
Por eso, el verano es un momento especialmente recomendable para aprender sobre técnicas de estudio y motivación tanto en niños que tienen dificultades como en niños que no las tienen. «Los niños no tienen la presión de los exámenes, como puede ocurrir en otras épocas del año y aprenden más relajados», comenta Sonia.
Desde Crece Bien no son los únicos campamentos que recomiendan para este verano: «Hay muchas áreas de carácter más personal que trabajamos con los niños en verano: los campamentos de aprendizaje y estudio eficaz son solo uno de los programas, pero también proponemos campamentos de Inteligencia Emocional y de creatividad y ocio«.
Campamento de Inteligencia Emocional
La importancia de la Inteligencia Emocional es evidente en el día a día y seguro que, como padres, estáis relacionados con el tema. Desde Crece Bien nos cuentan cuáles son los beneficios que aporta ese autoconocimiento emocional en los niños y jóvenes:
- Mejorar sus relaciones con los demás.
- Motivación hacia la responsabilidad.
- Desarrollar de un pensamiento optimista ante las dificultades.
- Aprender a manejar el enfado, la frustración, el miedo y la tristeza.
- Ponerse en el lugar de los demás, respetándose a sí mismo y a los demás (Empatía).
Todos son campamentos urbanos que se llevan a cabo en sus centros (en la Calle Tutor y en Príncipe de Vergara) y buscan potenciar, en esencia, el autoconocimiento del niño para que ponga en marcha las herramientas que necesita en su día a día para lidiar con éxito con sus emociones, con las de otros y con el ritmo que impone la vida hoy. Entre los contenidos concretos de su programa de Inteligencia Emocional, los niños aprenderán:
- Autoconocimiento. Conozco cómo soy, lo que pienso y siento.
- Autorregulación. Manejo mis emociones y pensamientos, sé qué hacer cuando me enfado, me pongo triste o tengo miedo.
- Autoestima y Autoeficacia. Valoro cómo soy, me quiero y me cuido.
- Empatía. Me pongo en el lugar de los demás, comprendo cómo se sienten y les ayudo en lo que puedo.
- Comunicación. Soy eficaz hablando con los demás. Resuelvo conflictos con mis amigos. Tengo iniciativa.
- Asertividad. Respeto a los demás y a mí mismo. Expreso correctamente lo que siento y pienso, una petición, un “no”, un cambio en el otro.
Los programas se pueden combinar y los horarios son flexibles para ayudar a los padres en una temporada en la que conciliar el trabajo con las vacaciones escolares es especialmente difícil y, por encima de todo, el aprendizaje busca que los niños se diviertan. Por eso buscan dinámicas y enfoques prácticos, basados en los role playing, juegos adaptados a cada edad, videos o demostraciones.
Si queréis más información, no dudéis en contactar con centros Crece Bien.
Reflexionar sobre el autoconocimiento y las dudas existenciales nos hace vivir: ¿quiénes somos? ¿Cómo suceden las cosas? ¿Con qué propósito? ¿Qué es el amor? ¿Quiénes son los amigos? ¿Cómo nos relacionamos con las personas? Te invito a leer el libro No soy un Robot que lo puedes descargar https://goo.gl/S7a58G