Dentro de poco estaremos preguntándonos qué haremos con los niños durante todas sus vacaciones escolares. Que son largas y de difícil organización, especialmente en las familias en las que los dos padres trabajan fuera de casa y no tienen familiares cerca. O enviamos a los niños fuera con la familia, si tenemos la suerte de tener abuelos o tíos disponibles, o nos vemos obligados a buscar un mejor plan.
No es fácil aguantar económicamente el que los niños enlacen campamentos fuera de casa. Tampoco es algo que los padres estén dispuestos ha hacer: si tenemos un trabajo con jornada de verano, también apetece disfrutar de los niños por las tardes, así que llega el momento de pensar en campamentos urbanos, una gran alternativa para que los niños se diviertan y, porqué no, para que aprendan cosas nuevas.
Los campamentos urbanos tiene temáticas muy diversas, pero una de las más reconocidas por los padres es la temática artística. El tiempo libre extra de los peques lo convierte en ideal para alejarlos de aprendizajes más reglados o de una disciplina más rígida y la oferta es muy amplia. Hay campamentos de música, canto, teatro, pintura, escultura, danza y muchas propuestas creativas más que no exigen que los peques tengan una relación previa con ellas.
Así que… ¿por qué no acercarles a este mundo ahora que tienen más tiempo y más ganas para probar cosas nuevas?
En Escuela de Nuevas Músicas organizan campamentos urbanos para niños basados en la danza, el teatro y la música. Los niños, desde los 3 años, elaboran su propia creación de teatro musical que interpretan ante sus padres al finalizar el programa y lo hacen explotando al máximo la creatividad de los alumnos. «Son ellos lo que proponen basándose en cosas que han visto ya en el teatro o el cine o a través de su propia imaginación», comenta Marisa Moro, Directora del Área Infantil de la Escuela de Nuevas Músicas, profesora de piano y musicoterapeuta en esta misma escuela.
«En este campamento trabajamos con el desarrollo de la creatividad infantil para romper dinámicas de juego demasiado organizadas; queremos volver al sistema antiguo de crear y que los niños sean capaces de hacer su propio un camión a partir de una caja y cuatro ruedas, por ejemplo». En definitiva, volver a lo simple y empoderar al máximo la imaginación infantil.
Marisa asegura que en este campamento «todo gira en torno a una pieza de teatro musical porque engloba todas las artes plásticas: la música, la letra, los bailes, crear el decorado, los disfraces,… y siempre damos importancia a que todo estén basados en materiales reciclados».
Además de música, teatro y danza, en este campamento hacen también talleres de cocina: «Es una forma de que compartan con el adulto cosas divertidas que han aprendido» y otros talleres de manualidades como hacer collares o carteras… sin olvidar de las salidas propias del verano. «Todos los días vamos a la piscina» y juegan libremente, hacen deporte e incluso aprenden juegos tradicionales de cartas, por ejemplo. Algunas de las actividades son en inglés así que además mantienen fresco este idioma durante los meses de verano.
Sobre si es imprescindible que los niños tengan conocimientos previos de música, teatro o danza, Marisa lo tiene claro: «No es necesario. Algunos de los alumnos que están con nosotros durante el curso se unen al campamento, pero no son los únicos. El objetivo de este campamento es que los niños experimenten con los recursos artísticos y nos cuenten qué se les ocurre poner en práctica. No hace falta saber nada concreto». Para los antiguos alumnos es una forma de dejarse llevar y para los niños que tienen su primer acercamiento con el mundo del arte es una ocasión perfecta para experimentar.