Acaba el cole, llega el calor y hasta los juegos cambian. En nuestra casa, al menos, cambian radicalmente. ¿Será porque ahora los juegos son más al aire libre? Puede ser, una parte de ellos cambia por esto, pero no solo…

Este verano, ahora que la peque es más consciente de que el tiempo libre es para jugar, lo está aprovechando al máximo y no tolera perder un minuto.

Os contamos algunos datos curiosos de cómo ha cambiado nuestro ocio en el que quizá os veáis reflejados. A nosotros este año se nos ha manifestado la diferencia con total claridad y nos apetecía compartirla con vosotros:

• Salimos a la calle y hay que llevar algo para combatir el calor. Botella de agua en el bolso de mamá, está claro, pero también pistolas de agua o incluso algún globo que poder llenar en una fuente que descubramos por el camino. ¡Hay que estar preparados para el calor! En verano, el bolso parece una eterna bolsa de piscina…
• Ya sabéis que en casa somos muy de Peppa Pig. Un cambio muy, muy curioso este año ha sido que desde que acabó el cole, la escuela de Peppa pasó a la historia y lo que más atrae es la caravana de Peppa. ¿Será que la mente de la peque está deseando irse a ver mundo como hace con Peppa cada tarde? Por otro lado, soy muy fan de la caravana de Peppa… me encantaría probar unas vacaciones así… ¡ya os contaré si un día lo logramos! De momento, nos lo imaginamos casi a diario.

• En invierno las manualidades son las reinas de la tarde. No hay tarde que no haya una pintura o una obra creada en casa. Ahora, de repente, los libros de actividades son los reyes. Los redescubrimos hace unos días en la piscina (ya os contábamos en Facebook que había sido una gran herramienta para superar la hora de la digestión en la piscina) y desde entonces ha sido nuestra gran aliada. Creo sinceramente que la reducción de tareas dirigidas con el fin del cole hace que la peque tolere mejor este tipo de actividades que no dejan de ser un juego. Además, refuerzan lo aprendido en el cole (trazos, letras mayúsculas y minúsculas…) lo que hace que sean libritos muy interesantes para estos meses de tranquilidad. Una pista, tened presente que se trate de libros para la edad adecuada.
• Libros y cuentos, preferiblemente interactivos. Libros de pegatinas, historias vivas son geniales para mantener más tiempo aún la atención de los niños (me refiero a niños en edades en las que aún no saben leer). Hace unos días descubrimos un libro de Ben y Holly que consiste en buscar y buscar. Buscar a Gastón, la mariquita, en todas las páginas, buscar 5 flores, etc. El hecho de que estos libros tengan personajes que ya atraen a los peques siempre ayuda.
• Pelis y aplicaciones. Durante el curso no tenemos mucho tiempo para tele o iPad. Sin embargo, en verano se da un hecho “curioso”, por definirlo de alguna forma: los niños tienen tiempo libre pero los padres tenemos que trabajar. Así que necesitamos un recurso ”educativo” a poder ser con el que el niño se entretenga y lo pase bien mientras nosotros seguimos trabajando, especialmente si trabajáis en casa. El iPad también puede ser un gran aliado, especialmente en los viajes, que en verano se convierten en una parte fundamental de las vacaciones. Personalmente, nos ayudan a que el comienzo y fin de las mismas sea más llevadero. Es curioso cómo durante el curso no echamos apenas mano de esto, pero en verano es casi imposible huir de ello… las pantallas, en según qué ocasiones, ¡pueden ser una bendición!