¡Me declaro muy fan de los Brunch en Madrid! Del momento Brunch, en familia y del momento Brunch, entre amigos. Porque ¿para qué madrugar para desayunar en finde? si podemos quedar para hacer esta primera comida, que es la que más nos gusta, de manera tardía y de forma contundente, para así cargar pilas a tope. Pues bien, este fin de semana, hemos probado el Brunch del Museo Chicote, diseñado para adultos, aunque, si os gusta lo que os vamos a contar, también os recomendamos el de Diurmo, muy parecido y al que podéis ir con vuestros peques.
Museo Chicote es uno de nuestros lugares favoritos de Madrid, por su carta de bebida y comida, su historia y su privilegiada situación en plena Gran Vía madrileña. ¡Y ahora también por su fantástico Brunch!
Antes de entrar en Museo Chicote, se nota que es un lugar con historia, nada menos que 90 años, aunque sigue en plena esplendor. En la puerta un guía, rodeado de turistas, explica a su nutrido grupo la alucinante historia del castizo local. Nada más entrar en Museo Chicote, por su famosa puerta giratoria, nos trasladamos a otro mundo. Un lugar en el que se respira arte y glamour.
En esta ocasión, nos ubicaron en el lugar favorito de Audrey Hepburn. Todo un privilegio. En la anterior visita a Museo Chicote -nuestra primera vez-, pudimos probar su deliciosa carta de raciones y nos ubicaron en el lugar de Ava Gardner. Podéis leer toda la información sobre sus cenas y nuestra primera impresión, aquí. Y, una vez acomodadas en sus míticos sillones, nos trajeron la primera parte del Brunch, una torre de bienvenida que es para alucinar.
De verdad que, allá donde me reciban así, os puedo asegurar que me quedo o, al menos, tardo poco en volver. La torre estaba compuesta por dulce y salado y llevaba bollería hojaldrada -ensaimadas, cruasanes y napolitanas, así como salados-; tostadas de distintos panes, con mantequilla y mermelada; frutas variadas; quesos y embutidos; brownie y yogures, además de frutos secos y encurtidos. Como imaginaréis, terminamos la torre de bienvenida, llenas pero felices 😉
Pero el Brunch no acaba aquí, sino que puedes elegir el segundo plato entre huevos benedictinos con bacon o salmón ahumado o la versión vegetariana, sobre pan de mollete o huevos rotos con jamón ibérico y patatas fritas o hamburguesa de ternera gallega con queso arzúa y salsa de pepinillos y patatas paja. Como buena castiza yo pensé para mis adentros: ¡total ná! Nosotras nos decantamos por los benedictinos con bacon y estaban deliciosos, pero por allí vimos pasar otras versiones de segundos y tenían, todas ellas, una pinta fantástica.
Pero el Brunch, tampoco acaba aquí. Para beber puedes elegir entre cafés, tés o infusiones y, como bebida fresca, entre zumo de naranja o tomate natural o smoothies naturales: el Río de Janeiro, compuesto por acai, arándanos, fresa y fruta de la pasión; el madrileño, por naranja, melocotón, fresa y papaya o el tailandés, que lleva naranja, mango, plátano y remolacha. Nosotras optamos por el smooty madrileño y por el tailandés. Y ambos estaban riquísimos. No sabríamos cuál recomendaros…
Pero el Brunch tampoco acaba aquí… No os podéis ir de Chicote, sin probar sus míticos cócteles y, así, rematar de la mejor manera. Nosotras optamos por poner el broche de oro con un Margarita y una Piña Colada. Todo un espectáculo, ver al barman preparar ambas bebidas. Es pura alquimia verlo realizar las mezclas en vivo y en directo, detrás de la barra. Pero, como en Museo Chicote, sabes cuándo entras, pero no cuando sales…
Quisimos probar algún cóctel más de la carta, aprovechando que era un Brunch -ya casi merienda- “only adults”. Probamos dos a base de cafés, uno de ellos con crema de Nutella y Tía María, que era un auténtico postre en sí mismo. Como sacado de una heladería. Por supuesto, y por expresa recomendación de Raúl, uno de los socios del local, probamos el Martini de Chicote, una auténtica delicia con el que, seguro, repetiré.
Todo ello amenizado por la mejor música en directo de un DJ. Porque Chicote, sigue siendo Chicote. Y aunque se coma -y muy bien- y se beba, a Chicote se va a divertirse, a reír y hasta a marcarse un baile. Si no lo conocéis, ya no tenéis excusa para entrar en uno de los locales más míticos de Madrid.
Museo Chicote. Gran Vía, 12.
Info y reservas en www.museochicote.com.
Me encanta el rollo en Chicote, con ese aire tan castizo, pero modernillo al mismo tiempo. Lo conocía por sus cócteles, pero no me lo imaginaba como plan de medio día/tarde . Desde luego, un plan distinto y atractivo.
La verdad es que nunca hubiera pensado ir a Chicote al brunch! Qué pintaza todo. Lo probaremos!