Cuando una productora decide crear un musical basado en una película tan genial y mítica como “Ghost”, creo que se expone mucho más a la crítica que con cualquier otro musical. Nosotros hemos asistido, este fin de semana, a ver “Ghost, el musical”, al Teatro Albéniz y hemos salido fascinados por lo bien llevada que está a escena. Un elenco muy bien elegido, una escenografía y unos efectos especiales impresionantes y unas composiciones musicales preciosas, hacen que magia surta efecto.
“Ghost, el musical” ya estuvo durante unos meses en la capital y ahora, tras su gira por España, ha vuelto a Madrid hasta finales de mayo. Nosotros nos quedamos con las ganas de verlo cuando se estrenó y ahora no queríamos perdérnoslo. Cuando el telón se abre, lo primero que el público ve es el apartamento de Sam y Molly de Nueva York. Esas grandes
columnas blancas y esos enormes ventanales de la cinta, están ahí, ante los ojos del respetable. Sin duda, una de las cosas que más impactan de este montaje es su escenografía tan dinámica, que igual te traslada al metro, como a las oficinas de Sam o al ascensor; que a la casa de la médium Oda Mae, a las calles de Manhattan o al Bronx. Y todas las transiciones están magistralmente hiladas para que ni siquiera se perciba el cambio.
Otro aspecto que hay que destacar en el musical son los efectos especiales. Está claro que en una historia como “Ghost” la iluminación y el sonido juegan un papel importantísimo. Las luces y las sombras están presentes a cada momento, pero también lo está la muerte violenta y la salida del espíritu del cuerpo del fallecido, algo que solventan de manera extraordinaria, ante la impresionada mirada del público. Como sabéis, la película “Ghost” no es una obra musical, aunque su tema principal, “Unchained Melody”, que va inevitablemente unido a la escena del torno, ha pasado a la historia del cine. Los temas musicales creados expresamente para la obra musical, son geniales y empastan muy bien con toda la historia, aportándole los datos necesarios para comprenderla -el que no se la sepa de memoria ya, claro-. Por supuesto, esa banda sonora de la peli está muy presente en varias escenas, tanto cantada en directo por el protagonista, como sonando en la radio.
Pero todo este despliegue técnico y musical no serviría de nada, sin unos intérpretes cualificados. En la función a la que asistimos, fue Ricky Merino quien encarnaba a Sam. Pensé que me iba a chirriar un poco ver a un Sam moreno de pelo, al tener en mi cabeza al gran Patrick Swayze, pero nada de eso. Merino hace un papel sensacional y se introduce en la piel del atractivo banquero. La voz que tiene es una pasada. Interpreta, a la guitarra, una versión de “Unchained Melody” que nos encantó. Ana Dachs es Molly y a ella sí que la vi para ese papel desde el minuto cero, por su físico tan similar al de Demi Moore en la cinta. Pero, cuando comenzó a interpretar en la obra, me enganchó aún más si cabe. Es impresionante cómo te envuelven ambos protagonistas. Cómo parece que estás viendo la antológica película sobre las tablas del Albéniz.
Ela Ruiz interpreta a Oda Mae. Al igual que en la película, en la obra musical, aporta el toque de humor. Nos encantó su interpretación. Borda ese personaje, que en su día interpretó Whoopi Goldberg. Y el chorro de voz de Ela es una pasada. Por su parte, Alberto Collado es Carl, quien también realiza un gran trabajo escenográfico en la obra.
Me encantó no echar de menos partes míticas de la película, que no podían faltar, como la mencionada banda sonora, la escena del torno, la del ascensor, la del metro o frases míticas como el final “Molly no te imaginas cuánto amor me llevo” o “¿Me regala el boli?”, cuando Oda Mae va a retirar el dinero del banco.
El resultado de una obra tan bien llevada a las tablas fue un público entregado y visiblemente emocionado, que rio y que lloró. Salimos del Teatro Albéniz con un muy buen sabor de boca. Y si “Ghost, el musical”, ya es un imperdible, el lugar en el que se representa, el Albéniz también lo es, tras la rehabilitación. No podéis dejar de ir a este imponente y mítico teatro de la capital que acaba de reabrir sus puertas con un concepto hotelero-cultural-musical que os fascinará. El edificio es una joya en sí mismo.
“Ghost, el musical” estará en el Teatro Albéniz solo hasta el 28 de mayo. Entradas aquí.