Ayer vivimos una experiencia maravillosa: pudimos asistir al preestreno de Encanto, la nueva película de Disney que llegará a la gran pantalla el próximo 26 de noviembre. Sin duda la película fue en gran acontecimiento, porque ya os adelanto que nos encantó, pero no fue lo único que nos conmovió por dentro.
Volver a las salas a lo grande -¡y tan a lo grande!-, volver a ver a amigos y compañeros, volver a las actividades mágicas de los preestrenos de Disney y, finalmente, volver a disfrutar de una película en pantalla grande, hicieron del evento algo inolvidable.
Y diréis: pues vaya cosa, como si no hubiéramos ido ya al cine después de todo esto del coronavirus… pues os va a resultar raro, pero no hemos ido en demasiadas ocasiones y nos sigue resultando excepcional todo lo que se siente en el interior de una sala. Porque sí, hemos visto películas en casa (muchas) durante en confinamiento y en los meses posteriores, pero, aunque tengamos saciado nuestro consumo de contenido audiovisual, la parte experiencial, la que te da el cine, no se puede igualar con la que tenemos en casa.
Pero vamos a lo importante: el preestreno de Encanto que comenzaba con divertidísimas actividades para ir entrando en ambiente: los niños pudieron pintar sus propios platos, bailar la cumbia, llevarse un precioso y colorido pintacaras de recuerdo o participar en los numerosos photocalls que había por allí instalados.
El corto que precede la película: Far from the tree
Después de una hora de actividades, entramos palomitas en mano a la sala y nos sentamos a relajarnos para ver la película que comenzaba con un regalazo: un cortometraje de Disney titulado «Far from the tree» (Lejos del árbol) que nos pone a los padres en nuestro lugar porque habla de una manera muy clara, y sin decir ni una palabra, de educación. Una pareja de mapaches, madre e hija, salen a coger conchas a una playa del Pacífico pero entonces, chocan frontalmente la curiosidad de la pequeña y la precaución llevada al extremo por la madre que bajo ningún concepto va a permitir que le ocurra algo a su cría.
Tras varios intentos de fuga por parte de la cría para disfrutar de un entorno espectacular y desconocido, frustradas por su madre que le echa la bronca correspondiente en cada uno, la cría acabará exponiéndose al peligro en primera persona. Por suerte, su madre está allí para salvarla inextremis y la pequeña entenderá todo en un momento.
En la siguiente escena, la cría ha crecido, ha tenido un bebé… y la historia se repite. Aunque la nueva mamá comienza comportándose exactamente igual que su madre, regañando a su hijo, pronto se da cuenta de que su hijo no entiende lo que pasa y decide cambiar de método: le enseña el peligro desde la distancia, le cuenta su experiencia y le acompaña en su investigación y en sus descubrimientos, compartiendo sus logros y animando sus retos.
Un corto precioso que nos hace reflexionar de una manera muy clara e intensa sobre esa maleta que todos llevamos en etso de educar.
Encanto: una historia familiar sumergida en realismo mágico
Finalizado el corto, llegó el turno a la película: Encanto. Una película que nos ha sorprendido por su colorido, su música -maravillosa-, por una animación espectacular y por un mensaje conmovedor que, de nuevo, nos deja con el corazoncito tocado.
Ambientada en Colombia y en una época indeterminada (o al menos yo no la he identificado, aunque hablan de una huída y un ataque que probablemente quien conozca mejor la historia de Colombia pueda situar), Encanto nos presenta a la familia Madrigal, una familia que tiene un particularidad: cada miembro de la familia tiene un don, un superpoder. Pero la magia de los Madrigal no se queda sólo en su familia, sino que se extiende a su propia casa y a todo el pueblo de Encanto, que vive, de alguna manera, volcado con la familia, a su sombra y beneficiándose de esos dones.
La magia de la familia nació el mismo día que murió el abuelo Pedro dejando a su esposa viuda con sus trillizos. En el momento de su muerte, en medio de la desesperación de la abuela Alma, aparece frente a ellos una vela con una llama que nunca se ha apagado. Se alzan ante sus ojos unas montañas que los protegerán de todos los peligros y una casa donde la familia será feliz y cultivará esos dones para beneficio de toda la comunidad.
Sin embargo, no todos los miembros de la familia tienen un don: la pequeña Mirabel, una joven inquieta e inteligente, no recibió ningún don en la ceremonia correspondiente. A cambio, lo que recibió fue una visión de arena cayendo que daba ya un presagio bastante oscuro a lo que se podía esperar de ella. Mirabel vive sumergida entre la culpa y la vergüenza, pero llena de amor hacia los suyos, lo que le lleva a hacer constantes esfuerzos por la familia. Esfuerzos que nunca le parecen suficientes pues le resulta inevitable sentirse inferior a los demás.
Lo cierto es que su posición no es nada sencilla conviviendo con personas tan excepcionales como su madre, que es capaz de curar cualquier mal con la comida; su hermana mayor que tiene una fuerza sobrehumana; su hermana Isabela que es belleza y perfección aderezada con las flores más impresionantes; su prima mayor que tiene un oído agudísimo y es capaz de escuchar lo que se dice al otro lado de Encanto; su primo que puede cambiar de aspecto en un santiamén o su otro primo que recibe el don de entender a los animales.
La pobre Mirabel comienza su búsqueda por su valor hacia la familia el día que su casa comienza a resquebrajarse. ¡La casita de la familia está en peligro! Entonces comienza una investigación que le llevará a enfrentar a su abuela y a encontrar a uno de los miembros perdidos de la familia: el tío Bruno, quien recibió un don que no gustaba a nadie: el de tener premoniciones muy poco populares.
No os queremos contar mucho más para no arruinar el final de la película, pero sí os diremos que esta nueva obra de Disney rebosa realismo mágico del bueno, del que nos daba Gabriel García Márquez en sus libros -incluso las mariposas amarillas que tanto aparecen en los libros de Gabo están presente en la historia haciendo un evidente homenaje al escritor- y nos hará pensar y sentir mucho y muy intensamente.
¿Qué podemos dar a la familia? ¿Qué podemos esperar de ella y qué pueden esperar de cada uno de nosotros en nuestras familias? ¿Debemos esperar algo de los demás o no es esto la familia? Porque la MAGIA de la familia Madrigal que se materializa en los dones de cada uno bien podría simbolizar el amor, sin más (ni más ni menos). El AMOR en mayúsculas.
Yo no sé si os ocurrirá a vosotros, pero yo he acabado con la lagrimilla colgando porque la historia de la abuela es potentísima como también lo es la búsqueda de Mirabel por esa aceptación, principalmente por parte de su abuela, la matriarca de un clan con mucho carácter.
Estoy segura de que os vais a sentir muy identificados con uno o varios de los miembros y os va a encantar esa magia que rodea estas relaciones familiares tan maravillosas e increíbles.
Esta nueva obra maestra de Disney que hemos tenido el privilegio de ver en exclusiva, se estrena en salas el próximo día 23 de noviembre y no os la podéis perder. Para nosotros ha sido un privilegio haberla visto ya… ¡y volveremos esta Navidad a las salas a disfrutarla de nuevo!