¿Estáis a punto de vivir vuestras primeras vacaciones de playa con vuestro bebé? Pues preparaos porque la primera vez que un bebé ve el mar es todo un espectáculo… ¿estais listos para disfrutarlo tanto o más que él? Os contamos algunos trucos para que estar en la playa sea cómodo y seguro y toda una serie de juegos divertidos para que lo paséis en grande.
Lo que necesitas llevar para sentirte seguro con tu peque en la playa
Una de las cosas en las que menos se piensan es el calzado. Según la playa a la que vayáis, es posible que necesitéis unas zapatillas que llaman «de río» que se ajustan muy bien al pie y nos ayudan a no resbalar en caso de visitar playas con más piedrecitas. Si, por el contrario, optáis por playas de arena fina sin piedras y una entrada gradual a la zona de arena y al mar, lo que vuestro peque va a necesitar son unas chanclas para bebé que le protejan de la arena excesivamente caliente pero que dejen que pase la arena entre sus deditos. Son más fáciles de poner y quitar y sin duda querrán estar sin ellas mientras juegan tranquilamente.
Por supuesto el gorrito es fundamental, especialmente cuando el peque no está debajo de la sombrilla que también es imprescindible si vais en las horas de sol más intenso. En cualquier caso, como imaginaréis, os recomendamos no ir a la playa en las horas de más calor. Los bebés, y en general los niños, son muy sensibles al calor y no solo corréis el riesgo de que se quemen sino también de que les dé un golpe de calor. No os fieis de si habéis estado mucho o poco tiempo en la playa. La intensidad del sol, aunque sea poquito rato, puede afectarles más de lo que imaginamos así que nunca sobra la sombrilla, el gorro y, en la medida de lo posible, ir antes de las 11h o después de las 18h.
Por supuesto, la crema de sol es un básico y, si son muy claritos de piel, incluso camiseta de las que no deja pasar rayos ultravioleta. Son más incómodas con la arena, pero la seguridad es lo primero.
Agua, agua y más agua y si vais a estar más de una hora y media, algo de comer, preferiblemente fruta, siempre es bienvenido. ¡Qué tendrá la playa que todo nos sabe mejor!
Y ahora que lo tenéis todo llega lo divertido… ¡a jugar!
Os damos unas cuantas ideas sencillas para que no se os acabe el repertorio:
- Con los más chiquititos, os recomendamos llevar una bañerita hinchable y llenarla de agua de mar. Debajo de la sombrilla lo pasarán en grande chapoteando y vosotros estaríes más tranquilos.
- Trasvasar agua de un recipiente a otro siempre es una fiesta para los más pequeñitos y además es un ejercicio genial para su motricidad.
- El clásico hacer castillos de arena seguro que va a haceros recordar tiempos pasados y volveréis a querer crear enormes construcciones… ¡que vuestros hijos van a destruir emocionados!
- Sentaros en la orilla y dejar que las olas os vayan mojando los pies.
- Por supuesto, saltar olas.
- Recoger conchas o piedrecitas pero, eso sí, devolverlas a la playa antes de iros a casa.
- Relajarse escuchando el sonido del mar.
- Enterrar un piececito o una mano al peque para que sienta el fresquito de la arena… ¡y dejar que nos entierre también a nosotros!
- Buscar el agua excavando en la orilla. Si hacéis un agujero suficientemente profundo no tardará en salir agua del fondo. Si son un poco más grandecitos, les encantará esta sorpresa.
- Buscar colores en las sombrillas de los demás bañistas y contar cuántas hay azules, cuántas encontramos rojas…
- Dibujar caras en la arena de la orilla. Una cara feliz, una triste… ¿Cómo será la siguiente? ¿Podemos imitarla?
- Dejar huellas en la arena: probad a poner todos vuestros pies uno junto a otro a ver qué tal queda.
- Si son más inquietos y ya saben andar, animadles a que pisen vuestras huellas como si se tratara de un circuito de motricidad.
- Y si aún se animan más, cread un circuito verdadero: pisar las huellas, rodear el castillo, hacer la croqueta junto a la toalla, correr a la orilla a mojarse los pies, saltar dos olas…
- Bañarse en familia es algo que les fascina, chapotear en brazos de papá o mamá siempre es bienvenido por los más pequeños, ¡a menos que les dé miedo el mar, claro!
¿Estáis listos para pasarlo en grande?