Mañana de un domingo cualquiera. Nueve y cuarto de la mañana.
«¡Chicos, a desayunar, nos vamos
«¡Qué bien!» dijeron mis chicos al saber que ya era la hora.
Aunque la obra empezaba a las 12h, y a pesar de levantarnos con tiempo… ¡llegamos por los pelos! La puesta en marcha la hicimos a las 10h, preferíamos dar un paseo por la zona centro, que nos gusta mucho. La función a las 12h nos aguardaría.
Nos cogió de sorpresa el Paseo del Prado cortado y retenciones entre Atocha-Bailén, pero finalmente, llegamos. ¡Misión cumplida!
Una vez allí, luces apagadas y … ¡comienza el espectáculo!
Esos locos fantasmas es un musical lleno de color, en el que los actores interactúan con el público, vibrante como sus voces que nos emocionaron (a servidora, la primera)…
La trama se centra en una niña huérfana que se esconde en un viejo teatro. Allí se encuentra con unos fantasmas, los de los personajes de distintas obras de teatro, que en su día fueron brillantes actores. Ahora los fantasmas están preocupados porque el Gobierno quiere demoler el teatro.
Una trama que nos enganchó desde el primer momento y que, además, tiene mensaje: que no nos quiten la cultura.
Las canciones son preciosas y las voces estupendas; hay que oírlas para sentirlas. Tienen un Cd recopilatorio de ellas que se puede comprar al finalizar la función.
A la salida hay firma de autógrafos y fotos con los personajes: Dramón, Comedia, Melo, Espectro y la Niña.
En resumen y a pesar de la carrera, la obra nos encantó. Muy recomendable para niños a partir de 4 años.