Si hay un espectáculo que marca el inicio de la Navidad en Madrid es el del Teatro Circo Price, además de estar entre los imperdibles de estas fechas por su gran calidad. Por supuesto, no nos queríamos perder el montaje de este año y estuvimos ayer mismo con las niñas. Solo os puedo decir una cosa: después de dos horas de espectáculo, Pilar, de 7 añitos me dijo: “mami, ¿no me digas que ya está terminando?” y cuando le dije que sí, que ya era el número de despedida me dijo: “¿podemos venir otro día, porfaaaa?” Así es el Price en Navidad: nunca decepciona.
El montaje de este año nos ha traído muy gratos recuerdos porque ha vuelto a tener como protagonista al mítico personaje de Cometa. Para los que no la conozcáis, Cometa es un ser luminoso y muy gracioso que viene de otra galaxia, como cualquier superhéroe, cuando se le necesita. Sobre todo, cuando los niños tienen problemas. Y en el montaje de este año, el problema surge cuando el/la malvada Malasombra empieza a robar todos los juguetes a los niños para evitar que sean felices. Me hizo mucha gracia mi pequeña, que exclamó, muy metida ella en el montaje y en la historia: “¡mami, noooo! ¿Y si viene a casa y me quita a mí los juguetes?”. Luego se le fue quitando ese “miedo” cuando empezó a reír con los chistes de la señora/antiheroína Malasombra.
Se trata de un montaje con mucha luz y colorido. De hecho, se desarrolla en un almacén de juguetes, que tiene “hacinados” y encerrados el malvado personaje y que cobran vida para intentar escapar. Todo tipo de juguetes, caracterizados de manera muy cuidada, que dan un colorido espectacular al escenario del Price. En particular uno de ellos brilla con luz propia: Piquito de Oro, una muñeca vestida de rosa que, casi al final del espectáculo, cuenta con un número especial que nos encantó y en el que se mezclan los juegos tradicionales con la realidad virtual de los videojuegos cuando ella nos descubre su gran secreto: que quiere ser la superheroína de un videojuego. Ese número en fascinó. Bueno, en realidad nos fascinaron todos, sin excepción.
El encargado de salvar a los juguetes secuestrados, la ilusión y la luz de la Navidad, junto con Cometa será Millán (Millán de Benito), un niño que abre el espectáculo en la escena en la que Malasombra le roba su monopatín. Es a partir de esta escena cuando en el escenario del Price comienza la magia. Todo se ilumina para dar paso a la fábrica de juguetes. La historia se intercala con números imposibles de acrobacias, malabarismos, contorsionismos y con coreografías que nos dejaron con la boca abierta.
Los acróbatas eran parte activa de esos juguetes secuestrados. En cada número, la luz, la música y la decoración de la escena se transformaban por completo para empastar a la perfección con las imposibles actuaciones circenses perfectamente mimadas y cuidadas al milímetro en toda su estética. Las muñecas contorsionistas y acróbatas. Un Neptuno realizando imposibles colgado de su tridente. Unos duendecillos que se balanceaban a gran distancia del suelo y hacían
equilibrios sobre dos maxi bastoncillos de caramelo. Un especialista de la bicicleta que nos dejó alucinados con su gran dominio. Un pinocho haciendo malabares con incontables elementos. Un número de acrobacia en cintas que dejó a mi pequeña con el susto en el cuerpo de “¿y si se cae, mami?” -hasta hubo un momento de descuelgue que pegó un grito, de tan metida que estaba en el espectáculo-. ¿Os imagináis? Todo ello con la iluminación y la estética perfectas para cada número. Desde luego se puede afirmar que la magia en Navidad vive en el Price.
No quiero dejar de hacer una especial mención a las coreografías. Fantásticos, los bailarines y los montajes. Una en particular me fascinó, en la que los artistas interactuaban junto con lucecitas individuales que formaban parte activa de la coreo y que le daban un dinamismo y un misterio especial al número.
Por supuesto, entre acrobacia y acrobacia, la historia llena de peripecias para que Cometa y Millán puedan liberar a los juguetes de su reclusión se va sucediendo entre aventuras y muchas, muchísimas risas. ¡Ay! Lo que nos pudimos reír con Cometa. La artista Carla Pulpón hace que mayores y pequeños se desternillen con ese desparpajo nervioso que pone sobre el escenario. Ella misma llena la escena sin necesidad de aderezos. También nos encantó Íñigo Sádaba, en el papel de la señora Malasombra y sus puntazos haciendo guiños a que no se le viera “el fraude” por debajo del refajo, jajajajaja. Humor con chistes aptos para todos los públicos. Esta es la guinda del espectáculo. Lo que hace que sea completamente redondo. Mis niñas reconocieron música famosísima de TikTok y se desternillaron en muchos momentos. Los adultos también tuvimos nuestros momentos de llorar de la risa.
Qué más puedo añadir. Que tenéis una cita estas Navidades en el Teatro Circo Price de Madrid. Toda la información sobre las medidas de seguridad -tienen un protocolo Covid bastante estricto- y el espectáculo y la venta de entradas la podéis ver en www.teatrocircoprice.es.
Increíble!!
Hay que vivirlo!!
Hola María!
Realmente parece mágico! 🤩
Sin duda una actividad más que hacer en Madrid estas Navidades!!
Muchísimas gracias, un saludo 😀