Ya os hemos contado numerosas propuestas de campamentos para este verano. Como sabéis, hay todo tipo de opciones con temáticas muy diversas, sin embargo, una de las más clásicas y que siempre triunfa, es la de pasar unos días en la naturaleza.
Hace años, los campamentos en la naturaleza solían centrarse en dormir en tiendas de campaña y jugar durante el día, hacer alguna excursión y disfrutar de veladas nocturnas con los amigos.
Hoy las cosas han cambiado y las ofertas que proponen contacto con la naturaleza lo hacen de verdad. En Granja Escuela El Álamo, con 35 años de experiencia y unas instalaciones de 200.000 metros cuadrados, nos cuentan que su oferta va mucho más allá y convierte a los niños en verdaderos responsables de las instalaciones.
En esta propuesta, las actividades estrella son talleres como el de ordeñar, dar de comer a los caballos, limpiar sus establos, hacer mantequilla o galletas de leche, trillar como se hacía antaño o esquilar ovejas. Es decir, todo aquello que tenga que ver con las tareas propias de un granjero.
Bárbara Luenzo, coordinadora de la granja y de los campamentos, nos comenta que las tareas se organizan de distinta manera según la franja de edad de los participantes: «obviamente un niño de 4 años no va a esquilar una oveja entera ni podrá sujetarla, pero los niños de 13 sí lo hacen. Todos hacen la misma actividad adaptada a su edad y a todos les encanta».
De hecho, sus campamentos se dividen en dos modalidades distintas: por un lado el interno, en el que los niños se quedan a dormir (en pabellones con literas y camas) y, por otro, el externo, que se estructura como un campamento urbano. Las actividades son más o menos las mismas. «La principal diferencia es que los más pequeños, entre 3 y 5 años, se quedan en el externo. Los padres no suelen plantearse dejarlos a dormir hasta los 5 o 6 años», comenta Bárbara.
Estos programas son, además una buena forma de que los niños se alejen unos días de las omnipresentes pantallas (los móviles los guardan los monitores) y disfruten más del aire libre, jueguen juntos, disfruten del deporte (cuentan también con piscina y organizan multitud de actividades) e incluso aprendan inglés. «El inglés no es el punto principal por el que los padres apuntan a sus hijos a este campamento», reconoce Bárbara, «porque nuestro plus es, sin duda, el contacto con la naturaleza y nuestras instalaciones, pero es también un punto positivo porque ayuda a que los niños que saben mucho inglés no pierdan su nivel de conversación y los que saben menos aprendan de una forma divertida». Por otro lado, aprender inglés en un entorno rural no tiene nada que ver con aprenderlo en clase.
Para Granja Escuela El Álamo, trabajar la cooperación es fundamental. «Los grupos eligen un nombre con el que se identificarán durante todo el campamento, hacen un logotipo y trabajan con un equipo fijo durante toda su estancia. De esta forma aprenden a trabajar en equipo de forma solidaria, que es otro de nuestros pilares fundamentales».
Si creéis que a vuestros hijos les puede gustar este campamento (¡atención porque suelen repetir!) y queréis más información, pinchad aquí.
Hola y sabéis si se puede ir a pasar el día en familia?gracias
hola! sí, tienen visitas para familias 🙂
Hola Diana,
Muchas gracias por tu blog. Haces un trabajo magnífico. Yo soy madre de tres niños adolescentes y estoy buscando algún campamento que aúne deporte, naturaleza y clases de inglés. El año pasado probé este Campamento The Camp Doniños que se encuentra al lado de la playa de Doniños y ofrece campamentos con sesiones de surf, fútbol y clases de inglés. Mis hijos vinieron encantados y este año repetimos. ¿Qué te parece?